Golazo de Alejandro Sanz en Villar del Rey

Cuando Alejandro Sanz comenzó a cantar Viviendo deprisa, Pisando fuerte o Corazón partío, Arturo, Carlos y Óscar aún no habían nacido. Por su corta edad, puede que hasta hace unos meses ni siquiera conocieran al cantante. Sin embargo, hoy no sólo se saben sus canciones sino que juegan al fútbol con las equipaciones que el propio artista les ha regalado.

La historia no queda ahí. Ni estos niños sabían quién era Alejandro Sanz ni éste sabía colocar Villar del Rey en un mapa. De esta población, de unos 2.300 habitantes y situada a 33 kilómetros de Badajoz, es la nueva asociación deportiva a la que pertenecen Arturo, Carlos, Óscar y otros doce pequeños más que ya tienen equipaciones para jugar los amistosos.

El equipo existe desde octubre. Quince niños, de entre 4 y 12 años, habían mostrado su intención de formar parte del novel grupo de fútbol sala. Pero un balón no era suficiente. Afrontar el pago de una pista para los entrenamientos semanales, recaudar fondos para comprar al menos una camiseta con la que jugar contra otras agrupaciones... Al echar cuentas, los números no salían.

En ese momento, la entrenadora y fundadora de la escuela, Montse Bustos, se acordó de su amigo. «¿Y si llamo a Jesús?», se preguntó. Cogió su teléfono y Jesús Sánchez el hermano de Alejandro Sanz no tardó en aceptar el reto. Dicho y hecho. «Hablo con mi hermano y te mando unas camisetas», le contestó.

La amistad de Monste y Jesús viene de lejos. Bustos, de familia villorra aunque criada en Madrid, asegura tener un trato familiar tanto con Jesús como con Alejandro. Con ellos trabajó en la capital. Los negocios de hostelería les unirían durante un largo periodo. Ahora Montse, con 36 años cumplidos y una larga trayectoria deportiva como jugadora internacional con España tanto en fútbol como en fútbol sala, ha decidido llevar una vida más tranquila en el que considera su pueblo. Retirada de los campos, se niega a abandonar su pasión: el deporte. Esta vez transmitiendo sus conocimientos a pequeños que están dando las primeras patadas al balón.

Las primeras 58 camisetas de algodón llegaron con destino a la Escuela Villar del Rey F. S hace unos meses. No eran prendas cualquiera. Eran de esas que el artista vende como merchandising después de cada concierto. De algún disco antiguo y con la cara del famoso ocupando toda la parte delantera. «Bienvenidas sean», pensó Montse. Les hizo un álbum a los críos con sus camisetas tamaño XXL. Se las envió por whatsapp a su amigo Sánchez, y éste a su vez a su hermano. «¡Pero qué vergüenza, quítale eso a los chiquillos! ¡Mándales algo en condiciones!». Así recuerda la entrenadora las palabras de Alejandro Sanz en boca de Jesús. Y de esta manera fue como pasaron de tener camisetas por los tobillos a lucir equipaciones completas, con su pantalón y sus medias correspondientes incluidos.

No son clases de guitarra ni de canto. Pero esto al músico no pareció importarle. De Madrid a Villar del Rey viajaron 64 equipaciones. En azul celeste y blanco, y en el frontal una firma gigante en la que se lee claramente Alejandro Sanz. Les quedan grandes, a algunos demasiado. Pero no pasa nada porque ahora sí que van uniformados.

Afición por Extremadura

Sabida es la afición del cantante por Extremadura. Es propietario de una finca en Jarandilla de la Vera. En la misma que se casó por sorpresa en 2012 con Raquel Perera. Pero seguro que en sus planes no entraba patrocinar a un equipo de una pequeña población pacense como es Villar del Rey. Según Bustos, puede que sea de los pocos equipos, por no decir el único, que cuenta con el apoyo gratuito de un reconocido cantante. Sin embargo, Alejandro es ahora casi embajador de honor.

Los chavales rebosan ilusión. Pero cuando en mitad de un entrenamiento se les pregunta por sus nuevas equipaciones, les entra la timidez. Poco a poco se sueltan. «Si no fuera por él no tendríamos tanto», dice uno. «¡Y encima es famoso!», añade otro. Alguno hasta se atreve a soñar con que vaya al pueblo a conocerles. Y quién sabe si Alejandro Sanz se anima y, ahora que comienza la gira Un zombie a la intemperie por España, se escapa entre concierto y concierto y su simpatía por el Cádiz CF pasa a ser por el Villar del Rey.