Gallardo vende su cementera y una industria papelera del País Vasco
Alcanza un acuerdo con la banca y con una empresa de capital riesgo estadounidense para refinanciar su deuda y dejarla en 323 millones de euros
Luis Expósito
Martes, 29 de abril 2014, 18:26
El Grupo Gallardo sigue deshaciéndose de activos para reducir su deuda. Ayer el conglomerado industrial con sede en Jerez de los Caballeros anunció que vendía dos de sus empresas más conocidas, la cementera de Alconera (junto a Zafra) y Papresa, una fábrica de papel para prensa que se encuentra en la localidad guipuzcoana de Rentería. Mediante un comunicado, Alfonso Gallardo asegura que con estas dos operaciones reduce su deuda en 500 millones, aunque no desvela el montante de cada una de ellas.
El grupo anunció que en la jornada de ayer había suscrito un acuerdo de refinanciación con la mayoría de la banca de la que es acreedora y la firma de capital riesgo estadounidense 'Kohlberg Kravis Roberts' (KKR), mediante su fondo líder en situaciones especiales.
Precisamente, este fondo y el principal acreedor bancario se asocian para comprar estas dos industrias y además refinanciar su deuda.
La cementera de Alconera era una de las industrias más importantes del Grupo Gallardo. Comenzó a funcionar en el año 2005 al calor del auge del sector de la construcción, pero la crisis hizo caer en picado su producción. Cuenta con 103 trabajadores, de los que solo 23 trabajan a tiempo completo. El resto lo hace tres meses al año después de que se prorrogara un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) el pasado mes de enero que está vigente para todo el año. Ayer este diario contactó con miembros de su comité de empresa y afirmaron desconocer la venta de la industria.
Cementos Balboa ya estuvo a punto de ser vendida en el año 2011. La empresa jerezana alcanzó un preacuerdo para venderla junto a otras tres industrias -las acerías de Thüringen (Alemania), Lasao y Azpeitia (en el País Vasco)- a la multinacional brasileña CSN. Sin embargo, este pacto se rompió para ser retomado en febrero de 2012, aunque en esta ocasión solo se vendió la siderurgia teutona. Por aquella época se conoció que había otras dos empresas interesadas en la cementera, la también brasileña Votorantim y la coreana Daewo.
Por su parte, Gallardo compró en el año 2007 Papresa, que es una fábrica dedicada a la producción de papel para prensa radicada en Rentería. No trascendió en su momento cuánto costó, pero sí que tenía 275 trabajadores. Era la época en la que el grupo estaba en plena expansión, hasta el punto que unos meses más tarde estuvo a punto de adquirir el Grupo Zeta de comunicación.
Centrarse en el acero
En su comunicado, responsables de Gallardo informaron que con estas ventas pretende centrarse en el sector siderometalúrgico, su actividad principal, y así garantizar su viabilidad. La joya de la corona del entramado empresarial extremeño sigue siendo Siderúrgica Balboa, en Jerez. «Mediante el acuerdo, KKR aporta 'capital paciente' al Grupo Gallardo , que además de una inyección de recursos financieros obtiene una estructura financiera estable que le garantiza la actividad», afirma la nota.
En términos económicos, se entiende como capital paciente la inversión que una empresa o grupo de empresas realizan sin tener expectativas de beneficios a un corto plazo. Es decir, sin esperar un retorno inmediato de ese dinero.
Según la información proporcionada por Gallardo, le queda un crédito preferente de 123 millones a pagar en seis años y una deuda subordinada, incluida la provisión de liquidez aportada por los bancos, de en torno a 200 millones a amortizar en un plazo de entre siete y diez años. Es decir, 323 millones de deuda, cuando el 'debe' había llegado a alcanzar los 1.500 millones de euros. Hasta ahora, la cifra que había circulado era de 1.000 millones.
«Los acreedores no financieros y el resto de la banca acreedora deberán sumarse a este acuerdo, que está sujeto a las condiciones habituales de este tipo de contratos», añade la empresa, que también remarca que esta solución dota a las empresas involucradas en la operación de «una estructura financiera estable y supone una mejora de su situación y una garantía de continuidad para las mismas».
Con la firma de este acuerdo, el Grupo Gallardo cierra el proceso de reestructuración que inició en 2012 para centrarse en el sector del acero, reforzar su posición financiera y refinanciar su deuda.