Garbanzos con níscalos, sepia y gambas
Sorprende tu paladar con este irresistible guiso, sencillo de preparar y lleno de sabor
Damián Serrano (Estoy hecho un cocinillas)
Miércoles, 8 de enero 2025, 18:01
¡Hola, cocinillas! ¿Te gusta combinar sabores de tierra y mar en un solo plato? Sí bueno, es un mar y montaña, pero esta última bajo la forma de setas de temporada. La suavidad de los níscalos con el toque marinero de la sepia y las gambas juntos en un plato de cuchara delicioso, de los que a mí tanto me gustan. ¡Espero que a ti también! Un plato muy fácil de preparar, ideal si buscas sorprender con algo diferente en la mesa en esos días más fríos o simplemente para disfrutar de una comida casera y reconfortante. ¿Te animas a probarlo? Sigue leyendo y te cuento cómo hacerlo paso a paso.
-
Tiempo total
30 minutos
-
Comensales
4
-
Calorías
2.530
Categorías
legumbres
Ingredientes
-
400 g de garbanzos cocidos (pueden ser en conserva)
-
300 g de níscalos frescos o en conserva
-
300 g de gambas frescas (mejor si son gambones)
-
1 sepia limpia y troceada
-
1,5 litros de agua para el caldo de gambas (o caldo de pescado si lo tienes)
-
1 cebolla grande, picada
-
2 o 3 dientes de ajo, picados
-
1 puerro, sólo la parte blanca, limpio y picado
-
200 g de tomate triturado
-
1 hoja de laurel
-
1 cucharadita de pimentón dulce
-
1 patata grande pelada y troceada (chascada)
-
2 o 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra (más un chorrito más para el caldo y para la picada)
-
Sal y pimienta al gusto
-
30 g de almendras
-
30 g de avellanas
-
1 rebanada de pan (mejor si es del día anterior)
-
1 diente de ajo, pelado y partido por la mitad
-
Perejil fresco (un puñado pequeño)
Preparación
-
Comienza preparando el caldo de gambas. Pela las gambas, separando los cuerpos de las cabezas y retirando la cascara de la cola. Retira también el intestino. Reserva las colas peladas en la nevera.
-
En una cazuela con un chorrito de aceite de oliva, sofríe bien las cabezas y cáscaras durante 5 minutos, machacándolas con una espátula o mejor un pasapurés para extraer todo su sabor.
-
Añade el agua y la hoja de laurel. Deja que hierva a fuego medio durante 15-20 minutos. Cuela, reserva el caldo y deshecha cabezas y cáscaras.
-
Engrasa ligeramente la olla y ponla a calentar. Cuando esté bien caliente, añade la sepia troceada y dora solo 1 minuto para que suelte todo el agua de congelación. Cuela.
-
En la misma cazuela, pon 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva y cuando esté bien caliente, pero sin humear, dora la sepia unos 5 minutos.
-
Ahora, añade la cebolla y rehoga otros 5 minutos. Agrega el puerro, mezcla bien y sofríe 10 minutos más. Por último, añade el ajo bien picado, mezcla y rehoga 1 minuto más.
-
Retira del fuego, deja templar 30 segundos y acto seguido añade el pimentón dulce y remueve rápidamente para que no se queme.
-
Ahora, incorpora el tomate rallado y cocina hasta que reduzca y se forme un sofrito espeso. Verás que el aceite se empieza a separar del tomate.
-
Por otra parte, ponte con los níscalos. Límpialos bien cortando la parte fea del tallo y retirando toda la suciedad con un paño húmedo. Lamínalos o córtalos en trozos del tamaño de un bocado.
-
Agrégalos al sofrito y cocina a fuego medio durante 5-7 minutos, dejando que suelten su jugo.
-
Incorpora los garbanzos cocidos a la cazuela. Vierte el caldo de gambas reservado hasta cubrir bien los ingredientes e incorpora la patata.
-
Salpimienta y cocina a fuego lento durante 15-20 minutos hasta que tanto la sepia como los níscalos estén tiernos.
-
Mientras cuece, prepara la picada. En una sartén pequeña, añade un chorrito de aceite de oliva y sofríe el diente de ajo y la rebanada de pan hasta que estén dorados.
-
Retira y en la misma sartén, tuesta ligeramente las almendras y las avellanas hasta que cojan color.
-
Finalmente, en un mortero o un procesador de alimentos, machaca las almendras, las avellanas, el ajo, el pan frito y un poco de perejil fresco y termina diluyendo un poco con caldo, aunque tiene que quedar espeso.
-
Cuando falten 3 o 4 minutos para terminar, añade la picada al guiso junto con las colas de las gambas que teníamos reservadas. Prueba y ajusta de sal y pimienta y cocina sólo hasta que éstas últimas estén rosadas y jugosas.
-
¡Y ya está! Sirve el guiso bien caliente en platos hondos y, por supuesto, acompaña con buen pan para no dejar ni una gota del caldo. ¡Buen provecho!