Nuevo Plaza Gourmet Bar, alma vasca y corazón extremeño

Nuevo Plaza Gourmet Bar es el nombre del proyecto que acaba de abrir sus puertas en Montijo en plena Plaza de España. Se trata de un proyecto liderado por Francisco Javier Burgueño Macarro y Catalina Jerez Tienza, un matrimonio con varios años de experiencia en hostelería, que ya gestiona otros espacios como el local de copas Atrio Lounge Bar o la Terraza UDM, un escenario habitual de eventos musicales y celebraciones.

La nueva apuesta, que abrió el pasado 13 de junio, está concebida como un espacio moderno, amplio y versátil, con capacidad para un centenar de comensales sentados y una zona chill out con sofás. El local ocupa un edificio antiguo muy conocido en Montijo, que fue reformado hace unos años y que recientemente había cerrado. Ahora, con una nueva reforma integral, ha vuelto a cobrar vida bajo un nuevo concepto gastronómico.

La propuesta culinaria gira en torno a 17 pinchos de estilo vasco –fríos y calientes–, pensados para quienes buscan una opción rápida, informal y económica, ya que tienen un precio de 3,50 cada unidad. Pero la carta también incluye platos tradicionales con un toque personal, así como una cuidada selección de productos locales como jamones de bellota, lomos doblaos de Hornachos o quesos extremeños. Por las mañanas, además, ofrecen desayunos.

A todo esto se suma la posibilidad de pedir bajo encargo arroces, guisos y cuchareo en general, como una 'olla podrida' o una caldereta clásica. La cocina está en manos de Abraham Melitón Pérez –el que fuera copropietario de 19/91 Restobar y Posada 91–, que no dudó en subirse al carro cuando escuchó las palabras «alta calidad» y «algo nuevo y diferente» en boca de los propietarios. «Solo necesité eso para decir que sí, y la verdad es que estoy muy contento», reconoce.

Este chef montijano propone algunos de los platos que más le gustan a él, como los morros, los huevos al ajillo con oreja adobada,los caracoles cabrilla, los torreznos, la oreja a la plancha o las almejas con fino de Jerez, entre otras elaboraciones.

En la bodega no faltan los clásicos vinos de la tierra, Rioja y Ribera del Duero. Pero también están incorporando referencias más especiales, algunas de ellas con historia propia, como vinos que formaron parte de la carta de la última cena del Titanic.

El local abre de miércoles a domingo, de 9.00 a 2.00 de la madrugada, y cuenta con tres ambientes diferenciados: terraza, zona chill out y comedor interior. Una distribución pensada para que cada cliente encuentre su lugar. «El objetivo es que nos conozca el mayor número de personas posible, que se sientan cómodos y disfruten. Al fin y al cabo, de eso va este oficio: de que quien entre, salga con una sonrisa», indican Catalina y Francisco.

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