Chiisy, el paraíso para los queseros en Badajoz

Según el diccionario de la Real Academia Española, una quesería es un lugar donde se fabrican quesos, pero también la tienda en que se vende queso. Pues bien, ciñiéndonos a esta segunda acepción, desde el pasado lunes, la ciudad deBadajoz cuenta con una quesería.

Se llama Chiisy y detrás de este proyecto se encuentra Sonia Martínez Rosillo, una filóloga inglesa que se replanteó su futuro profesional durante el parón de la pandemia. Trabajaba como administrativa y comercial en una empresa de transportes, pero se dio cuenta de que no le apasionaba su empleo y decidió dedicarse a algo que sí levantara sus ilusiones y que le gustase de verdad: los quesos.

Sonia, que es de Alburquerque (aunque lleva más de veinte años viviendo enBadajoz), asegura que ha comido siempre muy buenos quesos, pues recuerda a su abuelo y a su madre haciéndolos artesanalmente en su casa.A medida que fue creciendo, empezó a interesarse por el mundillo quesero, pero cuando iba a comprar, sentía que había los mismos de siempre y que no existían profesionales para asesorarla y cubrir bien sus inquietudes.

Por eso,Chiisy es un lugar con más de 40 referencias de quesos y con ella, que es toda una enciclopedia del sector. Además, hay otros productos ideales para acompañar una buena tabla: mermeladas, aceitunas, diferentes tipos de regañás, mieles... y por supuesto, vinos.

A la pregunta de si son turófilos los pacenses, responde que sí.«Sospechaba que lo eran, pero la tienda me lo ha confirmado. Se nota que había muchas personas deseosas de probar nuevos quesos y de conocer otras referencias», indica. El establecimiento solo lleva abierto cinco días, pero ha sido un no parar de gente entrando, comprando, interesándose. «Estoy muy contenta», manifiesta.

En Chiisy hay piezas regionales, nacionales e internacionales.Las más caras son un Pecorino riserva del fondatore y un Appenzeller aoc extra. Todos los quesos cuentan con una etiqueta en la que se detalla su país de procedencia, el tipo de leche, la textura, el tiempo de afinado, la quesería que lo ha elaborado, la intensidad y el precio. El objetivo que tiene Sonia es darle cada vez más peso a los extremeños, concretamente a queserías artesanales, pequeñas y que están empezando.«Lo que más me importa es que un queso tenga calidad, pero también que los productos con los que se elabora sean de cercanía», apostilla.

Además, en la tienda, situada en la avenida de Colón, 1, hay una cámara de maduración en la que esta emprendedora quiere, en un futuro, comprar quesos con un ciclo de vida corto y ponerlos a madurar, de tal forma que sus clientes puedan apreciarlo en diferentes etapas. También tiene previsto hacer charlas y catas con afinadores expertos... «Pero todo eso para cuando pase enero, ya que ahora me estoy todavía ubicando». Tomamos nota y esperamos con buen queso y mejor vino, para que sea más corto el camino.

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