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Márquez (d) atiende a las palabras de Rossi.
Chispas para la venganza
Motociclismo

Chispas para la venganza

Márquez presionó a Rossi por sus quejas y ahora son los nuevos enemigos

COLPISA

Martes, 27 de octubre 2015, 00:20

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«Si tengo otra carrera así, tengo que hablar especialmente con Márquez, porque durante la carrera era difícil de entender, pero después fue más fácil, porque está muy claro que él jugó con nosotros. Creo que su objetivo no era ganar la carrera, sino ayudar a Lorenzo a escaparse y tratar de que me metiera más puntos. Desde Phillip Island está muy claro que Jorge tiene un nuevo seguidor, que es Marc», avisó Valentino Rossi el jueves en el circuito de Sepang. 'Il Dottore' lanzó ese mensaje en inglés con el fin de desestabilizar al único piloto capaz de interponerse entre las Yamaha para que el español relajara la conducción. Pero el italiano consiguió el efecto contrario porque Márquez apretó los dientes, agarró con más fuerza su montura y se disparó hacia el '46' hasta provocar una de las maniobras más polémicas de los últimos años en el motociclismo. Con el aliento de Márquez a su lado, Rossi pateó a su adversario y le mandó fuera de la pista. Para sorpresa de los aficionados, el líder del Mundial no fue descalificado, aunque saldrá desde la última posición en la última carrera, en Valencia, para intentar levantar los brazos de nuevo como campeón. Para sorpresa de Márquez, la reacción de su rival fue mayor de lo esperado. «Buena carrera, ¿eh?», dijo el italiano en su primer encuentro. «Buena patada, ¿eh?», le respondió el español. La ironía no sentó bien al primero y la discusión se prolongó en los garajes de manera privada.

El enfrentamiento entre ambos ha descubierto un nuevo panorama del que se puede beneficiar Jorge Lorenzo, puesto que necesita que alguien se interponga para aumentar la diferencia al italiano y hasta ahora sólo había encontrado a Andrea Ianonne como inesperado invitado en las últimas carreras. No parecía que Márquez, declarado fan de Rossi, pudiera presionar a su ídolo, pero su afán y su ambición han provocado unas chispas en la pista que se han transformado en ganas de venganza por parte del español después del no bien medido envite del '46'. «Ha sido una desilusión, es desagradable, y también una preocupación porque seguramente intentará hacerlo otra vez aquí y en Valencia. Él prefiere que gane Lorenzo, primero porque está enfadado conmigo. Creo que es algo personal. Por lo de Argentina, porque nunca lo ha dicho pero piensa que yo lo hice aposta, y después por Assen. Desde entonces lo lleva grabado: 'No gano yo pero tampoco ganas tú'», anticipó en italiano el de Yamaha antes de los entrenamientos de Malasia.

El duelo que se avecina en Cheste se presume como un huracán con cuatro enemigos sin escrúpulos. La trayectoria de Marc Márquez en las competiciones enseña varias jornadas de pilotaje agresivo que en otros tiempos terminaron con Pol Espargaró o Thomas Luthi en el suelo mientras Márquez exhibía su sonrisa de niño bueno con la protección de la estrella emergente que le brindaba la organización. Tampoco a Rossi le ha temblado el pulso a la hora de efectuar pasadas agresivas, presionar a sus adversarios en carreras en que el contacto ha sido más habitual de lo esperado a velocidades superiores a los 200 kilometros por hora. Sete Gibernau lo sufrió en el circuito de Jerez y el propio Jorge Lorenzo recibió con perplejidad las arremetidas de 'Il Dottore' en el GP de Japón en el Mundial de 2010 cuando era el compañero que peleaba por el campeonato. El tercero, Jorge Lorenzo, también ha tenido sus más y sus menos con la mayor parte de la cilindrada, aunque con mayor ruido de cascos por su personalidad y sus actuaciones fuera de la pista.

Por otra parte, el duelo entre Márquez y Rossi no es más que el enfrentamiento que el destino tenía preparado. Ambos cuentan con el apoyo de la Dirección de Carrera, de los medios de comunicación, de la gran masa de aficionados y presentan un desafío entre el eterno talento del campeón y el descarado aspirante que ansía empezar ya a superar a la leyenda italiana. En la pasada campaña la Honda de Márquez estuvo tan por encima de sus adversarios que no hubo discusión. En la presente, las Yamaha han rodado tan rápido que el defensor del título se despidió de las oportunidades mucho antes de lo esperado -además de por sus propios riesgos en el asfalto-.

Pero la posible venganza de cualquiera de los dos no se va a posponer hasta la nueva temporada. Habrá mensajes cruzados, indirectas y miradas en los talleres, mientras que en el pavimento esgrimirán el talento, la agresividad y, como se ha visto, hasta se sacarán a patadas de la pista si es necesario.

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