Antológico oro de Álvaro Martín en los Juegos de París

Álvaro Martín regresaba en la mañana de este miércoles al cobijo de la Torre Eiffel, ese emblemático punto neurálgico de las pruebas de fondo. En el entorno más icónico de la ‘Ciudad de la luz’, el llerenense tenía una segunda cita con el podio tras el tórrido idilio del pasado jueves en el que saboreó sus mieles de bronce.

Lo hacía con esa presea en el bolsillo y sin la presión de ajustar cuentas con un torneo olímpico que era su gran asignatura pendiente. El extremeño concurría a una prueba de nuevo cuño bajo el amparo del COI y la Federación Internacional de Atletismo, empecinados en dar un giro a la marcha y modernizarla para el gran espectador. Bajo esa premisa eliminaron del programa los clásicos 50 kilómetros para introducir el relevo mixto.

Una modalidad por parejas formadas por un hombre y una mujer que en el caso de España contaba con la presencia del propio Álvaro Martín y la subcampeona de los 20 kilómetros, María Pérez, junto con Cristina Montesinos y Miguel Ángel López.

Un total de 25 equipos tomaban la salida de un recorrido compuesto por 42,195 kilómetros con cuatro postas repartidas en 11,395 para el primer integrante, 10 los dos siguientes, para cerrar con un sector de 10,800. Japón, Australia, China y Colombia eran los otros países que concursaban con dos duplas.

Con pulcra puntualidad se puso en liza la competición amenazando lluvia tras caer unas gotas en la víspera. Comenzaba tirando el canadiense Evan Dunfee, como hiciera el brasileño Bonfim en la carrera masculina, lanzándose en solitario en los primeros compases, con el japonés Masatora Kawano siguiendo su estela y con el italiano Stano comandando el grupo perseguidor. Álvaro Martín calcaba la estrategia del pasado jueves manteniéndose arriba pero sin mostrar sus cartas, al igual que Miguel Ángel López, que se emparejaba con Bonfim, plata en los 20.

El ritmo imprimido desde el inicio era bastante potente, con parciales por debajo de 3:50, impensables en los albores de la individual. La idiosincrasia de la prueba, con sectores más cortos para cada atleta, justificaban que los competidores incrementaran la intensidad de la zancada. El gran desafío y uno de los aspectos más peculiares de esta nueva disciplina era el descanso de unos 40 minutos tras entregar la posta para luego regresar al asfalto.

Los españoles corrían prácticamente en casa, con banderas rojigualdas salpicando toda la zona perimetrada para el público. En el ecuador del primer parcial (5 kilómetros), Álvaro Martín continuaba en la segunda unidad que estaba cerca de dar caza a los intrépidos escapados. Neutralizada la fuga, ahora era el alemán Christopher Linke el que empujaba, con varios de los serios aspirantes muy próximos a él. Tomaban posiciones Kawano, Bonfim y el ecuatoriano Pintado, oro en los 20 kilómetros, que aumentaba la velocidad en los metros previos a dar el relevo; Stano, con algunos problemas, se dejaba varios segundos, Linke se mantenía y Álvaro Martín, que acababa su primera parte de la carrera tercero (43:33), permanecía sin inmutarse ni dejarse influir por las oscilaciones. Cinco atletas daban el primer hachazo.

Turno de las mujeres, con la ecuatoriana Glenda Morejón liderando una unidad de siete con la española María Pérez en segunda posición y la campeona olímpica, la china Yang Jiayu, esperando el momento para lanzar su ofensiva; la italiana Antonella Palmisano recuperaba la rémora dejada por Stano en los últimos metros y se ponía en cabeza pasado el kilómetro 15. La brasileña Viviane Lyra cerraba ese quinteto con la japonesa Kumiko Okada y la alemana Saskia Feige perdiendo comba.

El ritmo bajaba revoluciones y se estabilizaba con una fina lluvia como compañera de viaje que suavizaba el ambiente. La peruana Kimberly García se integraba a un grupo en el que también se refugiaron la australiana Jemima Montag y la mexicana Alegna González que, con dificultades con sus zapatillas, regresaba por dos veces con las líderes. A punto de alcanzar los 20 kilómetros, y por ende el segundo relevo, de ese conjunto de ocho corredoras se quedaban atrás la italiana y, sobre todo, la brasileña. María Pérez no participaba en el esprint de sus rivales y cedía algunos metros pero controlando. Álvaro Martín activaba los músculos en los instantes previos a retomar su participación y paseaba nervioso.

En el kilómetro 21.4, el llerenense regresaba a la competición sexto, a siete segundos de la cabeza pero rápidamente se ponía en paralelo con Pintado comandando la carrera. Ambos abrían una tímida brecha de cuatro segundos con respecto al peruano César Rodríguez y al chino Zhanle Pan, que recibía la tercera penalización (teniendo que parar tres minutos), lo cual descartaba a unos rivales muy fuertes para la pareja española. El australiano Rhydian Cowley era rebasado por Stano, a 17 segundos de la cabeza.

Álvaro Martín no aflojaba a cuatro kilómetros del último cambio, a rebufo de Pintado, que seguía sólido, y las distancias con el resto empezaban a ser significativas, registrando parciales por debajo de 3:50 para dejar a María Pérez una situación de carrera más que propicia para subir al podio. Frenético, descomunal apabullante y extraterrestre la actuación del español, que en el kilómetro 27 ya metía 25 segundos a Stano, tercero.

El metal estaba muy cerca pese a que restaba aún el último tramo de la competición, más aún cuando el ecuatoriano arriesgó para ganar ventaja sobre el extremeño (tres segundos) y recibió la segunda sanción, quedándose al borde del abismo. Una más le concedería el oro a España. Álvaro apretaba los dientes, se vaciaba y forzaba al máximo a Pintado para obligarle a cometer un error que podría ser definitivo. El llerenense lo terminó rebasando y se desplomó en el suelo, exhausto por el esfuerzo, al entregar la posta. Su trabajo estaba hecho y con creces.

María Pérez continuó la herencia de su compañero y empezó a apretar sin piedad para dejar a 13 segundos a Glenda Morejón. Seguía firme en el camino hacia la presea dorada, que ella y Álvaro ya tocaban con la yema de los dedos. La distancia se multiplicaba al mismo ritmo que las esperanzas por un hito para el atletismo español. La granadina, muy entera y sin síntomas de cansancio, se parapetaba con medio minuto sobre su rival.

Tras sonar la campana de la última vuelta, la andaluza ya sonreía pletórica y Álvaro Martín acudía a la meta para recibir a su compañera y celebrar por todo lo alto la gesta. Levantaba los puños, chocaba las manos con españoles que la saludaban y desprecintaba con rabia un sueño compartido. Culminaba de manera brillante una actuación espectacular de la granadina y el extremeño, con un tiempo de 2:50:31, dejando en 51 segundos la ventaja sobre los ecuatorianos, plata, y 1:07 sobre los australianos, bronce. La otra dupla española, integrada por Miguel Ángel López y Cristina Montesinos, se quedó a las puertas del diploma olímpico finalizando novena (2:56:10).

Los flamantes campeones olímpicos recibieron sus medallas en el Stade de France en Saint Denis en la tarde de este miércoles, algo antes de las 19.00 horas.

Así se ha celebrado en Llerena el oro de Álvaro Martín: