Las lesiones asfixian al Mérida

De ahí que este viernes viajen con el primer equipo cuatro chicos: tres del filial del Don Álvaro y uno del juvenil de División de Honor. Y no solo para rellenar convocatoria sino para jugar. El extremo izquierda Borrella, que ya debutó en los últimos minutos ante el Melilla; el extremo derecho Dabo, un portento físico y muy desequilibrante en banda al que ya vimos jugar con el primer equipo en pretemporada; el interior o mediapunta Miguel Carvajal, el mejor de su equipo el pasado domingo ante el Trujillo, con gol incluido; y el delantero Pepe, un atacante tan bajito como desequilibrante.

Bajo esta tesitura tendrá que afrontar el Mérida el choque de este sábado en el campo más complicado del grupo: el del líder Castellón, que cuenta con cuatro victorias y un empate en este arranque liguero. Al técnico emeritense sólo le salen Akito titular en la izquierda y Busi en la derecha, y nada más del primer equipo ni para el once inicial ni para los refrescos de la segunda parte. Sólo podrá tirar de tres jugadores con ficha de la primera plantilla para sustituciones, y dos de ellos son defensas.

La baja más grave es la de Dani Sandoval, uno de los estandartes del equipo. El pasado sábado, al intentar hacer un control ante el Real Madrid Castilla, se rompió el psoas y las pruebas del lunes le diagnosticaron que es de grado II. O sea que tendrá que estar un mes fuera de los terrenos de juego, aproximadamente.

Por su parte, el lateral Diego Parras ha vuelto a sufrir una microrrotura muscular, esta vez en el otro isquio, y estará alrededor de diez o doce días de baja. Se trata de la tercera lesión muscular del defensor canario en los dos meses que se llevan de entrenamiento. «Está jodido y decaído. Pero no queda otra que seguir y recuperarse lo antes posible», explica Rai. «El año pasado acabó jugando partidos y con ritmo competitivo, así que no creo que sea debido a la inactividad. Luego trabajó bien en solitario este verano y, al empezar la pretemporada, le llegó la mala suerte. Ojalá le cambie, a él y a todo el equipo».

Encima, este jueves no pudo entrenar el mediapunta titular, Álex Escardó, por molestias en el cuádriceps. Aunque viajará, las sensaciones del jugador no son buenas y, probablemente, también sea baja para el duelo ante el Castellón. Sufre una contractura. Y todo esto unido al partido de sanción que le queda por cumplir a Padilla, a las tres semanas que le quedan a Iñaki Elejalde y a los tres meses que le quedan a Álvaro Juan.

Porque luego está el asunto Palomares, que sufrió en la primera semana de entrenamientos de pretemporada una fractura en un dedo de su mano izquierda. Este jueves acudió a su cita con la mutua para solicitar el alta voluntaria, pero la cita con el médico que le tiene que dar de verdad el alta no es hasta finales de octubre. Es decir, que si juega antes de entonces, lo hará presumiblemente con molestias en el dedo fracturado. La decisión dependerá por tanto del propio Palomares: si decide ayudar al equipo aún con dolor o recuperarse totalmente de la lesión y seguir ausente hasta finales del mes de octubre.

«No hay que poner excusas e ir a Castellón con lo que tenemos para competir. Es verdad que arriba tendremos pocos recambios, pero tenemos que ir sin complejos», se anima el propio Rai. Aunque por dentro debe de estar sufriendo un intenso calvario el entrenador del Mérida, perseguido y asfixiado por las lesiones desde el comienzo de la pretemporada.