Doncel sigue siendo Doncel en el Mérida
Él y Beneit dibujan el gol del primer triunfo del curso, merecido pero sufrido por los últimos minutos, con jugada de VAR incluida
R. P.
Mérida
Sábado, 30 de agosto 2025, 22:14
Han pasado tres larguísimos meses, pero Doncel no se ha ido. Está tal y como terminó el curso pasado: tirando del equipo y siendo decisivo. Y si encima tiene un escudero fiel como Beneit inflando pulmones y asistiendo por detrás… pues no podían ser otros los que se inventasen el gol de los tres primeros puntos de la temporada. Merecidos por el cómputo global de los minutos, pero sufrido por los últimos, porque el Barakaldo llegó hasta tres veces con peligro al área de Csenterics y pidió una revisión de VAR (por pedir) que el árbitro no concedió.
Pero un arranque de temporada más, el Mérida cumplió con nota en el estreno ante su gente. Sobre todo en el arranque del segundo tiempo. El control de la primera mitad se acentuó, las llegadas fueron más constantes y sólo le faltaba atinar con la última decisión, ya fuera un disparo o un pase. Hasta que el conjunto vasco se equivocó dos veces dudando. Y lo hizo, precisamente, ante los dos que más castigan los titubeos. Beneit encontró en la medular el hueco para filtrar a Doncel, que rompió en velocidad y se aprovechó del resbalón de Ispizua para embellecer un gol que, a priori, estaba cantado.
Partiendo desde la derecha pero rompiendo hacia dentro, Doncel traumatizó a la defensa vasca cada vez que entraba en contacto con el balón. Y como encima Chiqui se movía como le daba la gana por todo el frente de ataque, ellos dos más Beneit y Álvaro García completaron un partido notable.
Le costó al Mérida arrancar, sobre todo en los primeros diez minutos, con un Barakaldo más asentado y tranquilo. Pero a partir del 10', los de Fran Beltrán se hicieron dueños del partido. A ratos con mejor fútbol, a ratos con un fútbol más espeso e impreciso. Pero no sufrieron atrás y todo lo que le pasó en ataque al partido, lo elaboraron ellos.
Mérida AD
Csenterics; Felipe Alfonso; Gaizka, Javi Lancho, Vergés; Víctor Corral, Martín Solar (Miki Muñoz, 86'), Doncel (Areso, 86'), Beneit, Chiqui (Benny Dibrani, 79'); y Álvaro García (Artola 79').
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Barakaldo:
Ispizua; De Jesús, Dufur (Ropero, 77'), Arana, Albizua (Eric Muñoz, 59'); Naveira (Valiño, 73'), Huidobro, San Bartolomé (Ekaitz, 46'), Pedernales, Íñigo Muñoz (Mandiang, 59'); y Galarza.
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Gol: 1-0, min. 69: Doncel.
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Árbitro: Francisco Javier Expósito Jaramillo, del comité andaluz. Amonestó al emeritense Víctor Corral y al vasco Galarza y Naveira.
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Incidencias: 3.390 espectadores en el estadio Romano José Fouto. Se guardó un minuto de silencio antes del comienzo del partido por los abonados fallecidos durante el verano.
Faltó la profundidad de Felipe Alfonso, pero era lógico: está saliendo de lesión y arriesgarse físicamente en la primera parte era de locos. Ya en la segunda, tras el empate sin goles al descanso, empezó a ser el Felipe Alfonso de siempre, y a partir de ahí, de percutir su banda, el Barakaldo comenzó a sufrir. Un disparo precisamente del capitán y lateral derecho del Mérida en el 49' abrió la veda. También eso lo notaron los rivales y empezaron a alargar cada saque del portero desde bien temprano.
Aunque, eso sí, la ocasión hasta el momento más clara del partido la fabricó el Barakaldo en el 64': Csenterics tuvo que salir de su zona de confort y mientras volvía a ella se encontró una vaselina lejana de Huidobro que impactó en el larguero. Minutos después llegaría la obra de arte de Doncel y, a partir de ahí, el partido se vio obligado a cambiar. Primero porque el Mérida, en lugar de ser vertical, empezó a ser horizontal, cosechando algunos olés de la grada. Y segundo porque, conforme se acercaba el final, el Barakaldo arriesgó y empezó a pisar con peligro el área local. Sobre todo en los últimos diez minutos.
Y ahí empezó la picaresca que protagonizará toda la temporada. Ya durante el partido, cualquier jugada en el área, en lugar de reclamarla a los árbitros, era un dechado de mirar al jugador en cuestión para pedirle si levanta el dedo o no. Pero en las últimas jugadas del partido, por detrás en el marcador, es que ni eso. Dedo al aire directamente. Así que el árbitro estrenó el VAR en el Romano a petición del Barakaldo, que perdió una oportunidad porque el colegiado no encontró nada punible en una caída en el área en el tiempo de añadido. Y con ese suspense en el pecho, el Romano terminó otra primera jornada feliz. Porque este Mérida, con esta propuesta, tiende a convertirlo un año más en otro fortín.