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R. P.
Mérida
Sábado, 17 de mayo 2025, 22:02
Lo dijo nada más sentarse por primera vez en la sala de prensa del Romano y lo tomamos, todos, como un típico mensaje de ... pretemporada más. Y ya ven: a falta de una jornada para el final de Liga, aquel que lo dijo primero no paró de saltar junto a sus jugadores en la esquinita del Colombino, mientras lo celebraba junto a la gran masa desplazada. Era el sueño de Sergi Guilló, que ha arrastrado a todo un vestuario, a toda una afición, a toda una ciudad. El Mérida soñará en las próximas semanas con regresar al fútbol profesional.
Ya hasta da igual lo que haga en la última jornada ante el Atlético B. Aunque si saca un punto más que el Antequera, que va a casa de un Marbella que se juega la salvación, los emeritenses escalarán una posición más en la tabla. Pero después de la clasificación matemática para el playoff y, de paso, para la Copa del Rey, en lo que menos piensa ahora el Mérida es entrar como quinto o como cuarto. Lo que quiere es celebrar y recuperar jugadores para dentro de dos semanas. Porque el equipo ha llegado a este tramo agotado físicamente a causa de las lesiones que han mermado a sus jugadores más trascendentales.
El partido de Huelva no será para enmarcar: el equipo sufrió más minutos de los que hizo sufrir, y sólo un detalle personal de Doncel hacia el ecuador de la primera parte decantó el choque para los emeritenses. Este 0-1 descendió matemáticamente a un Recreativo que lo intentó, a pesar de las muchas bajas, que encerró en varias fases del partido al Mérida, a pesar de su inferioridad futbolística, y que lo hizo sufrir, aunque más por el corazón que por el juego.
Porque fue el Recreativo, con esa alineación de piloto automático, quien salió mandando en el partido. El Mérida, con Saúl en la línea de tres y Álvaro Juan en el carril zurdo, tardó en entrar al duelo. No era capaz de robar en la presión, estaba lento en la circulación e impreciso cuando progresaba. Los onubenses le estaban atropellando: con un tiro alto de Davinchi en el 1', un tiro cruzado de Antonio Domínguez en el 10' y un remate de cabeza de Armero en el 15'.
Pero entonces, el mejor jugador del Mérida en los últimos meses, decidió cocinarse y comerse él solito el partido. Agarró una bola en zona de tres cuartos, se marchó de dos en apenas una baldosa, aceleró para acercarse a la frontal y se inventó un latigazo que ni Rubén Gálvez lo vio venir. Era lo primero realmente peligroso del conjunto emeritense en todo el partido. Ese gol lo puso cuarto durante mucho tiempo, hasta que el Antequera remontó el tanto inicial del Betis Deportivo. A partir del 0-1, los de Guilló se asentaron y comenzaron a tener más balón y pisar más el área recreativista.
Recreativo de Huelva:
Rubén Gálvez; Dani Perejón, Juancho Villegas (Becken, 65'), Raúl Navas, Davinchi (Ale Limón, 85'); Iván Romero (Almeida, 57'), David del Pozo, Luis Alcalde (Caballero, 85'); Antonio Domínguez, Paolo y Sergi Armero (Kai, 65').
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Mérida:
Palomares; Ismael Athuman, Bonaque, Saúl del Cerro; Felipe Alfonso, Álvaro Juan (Liberto Beltrán, 55'), Pablo Ganet (Miki Muñoz, 55'), Juanjo Sánchez (Busi, 73'); Beneit, Doncel (Carvalho, 73') y Eslava (Herculano, 79').
Goles: 0-1, min. 24: Doncel.
Árbitro: Roberto Gonzalo Sánchez, del comité castellanomanchego. Amonestó al emeritense Juanjo Sánchez y a los onubenses David del Pozo, Juancho, Davinchi y Luis Alcalde.
Incidencias: Alrededor de 4.500 espectadores en el Nuevo Colombino, 1.000 de ellos procedentes de Mérida.
Tras el descanso, con el Sevilla Atlético perdiendo y el Atlético B empatando, el Mérida agarró el partido por la solapa con más personalidad. Y la sentencia estuvo siempre más cerca que el empate, sobre todo en una cabalgada de Álvaro Juan que acabó con un disparo flojito al centro de la portería. Pero los cambios a partir del 55' le sentaron mejor al Recre, que empezó a empujar al Mérida hacia su campo. Le faltó al cuadro emeritense pulmones para salir y matar y a los locales, calidad para materializar algunas de las muchas llegadas que tuvo.
La salida de Busi y Carvalho en el último tramo del partido volvió a tranquilizar y darle aire al Mérida, que aun así acabó encerrado, achicando balones y suspirando en cada llegada, aunque sin sufrir remates ni claros ni francos. Aunque más que eso, lo importante de esta crónica es que 17 años después, el Mérida volverá a disputar un playoff de ascenso a Segunda A. Es el sueño de Guilló y el legado de Heffernan.
«¿Que qué he sentido con el pitido final? No sé lo que se me ha pasado por la cabeza. Mi familia que está muy lejos, el esfuerzo que hemos hecho durante el año, el sueño grande que hemos cumplido… En el fútbol se celebran pocas cosas y creo que nosotros hemos tenido más momentos felices que tristes este año. Hay mucho trabajo detrás y este premio es muy bonito. Y ahora a disfrutarlo, porque no somos un invitado, nos lo hemos merecido». Estas fueron las primeras palabras sobre el playoff del técnico del Mérida.
Un Sergi Guilló que reconoció el flojo partido de su equipo: «Nos ha podido la presión de lo que nos jugábamos. El equipo sabe que no ha hecho un buen partido. Si no hubiésemos hecho el gol tan pronto, creo que hubiéramos jugado mejor, porque lo habríamos buscado más, porque hubiéramos asumido más riesgos… Pero no nos hemos encontrado con balón y ellos tienen buenos jugadores. Tenemos que mejorar para el próximo partido, pero ahora mismo no me preocupa eso en exceso. Hemos estado flojos más por la tensión de lo que nos jugábamos que por el juego en sí».
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