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Kike Pina intenta cortar el paso a Chupe. :: A. S.
Mustafá se salta el guion

Mustafá se salta el guion

Un gran gol del extremo al minuto de saltar al campo rescata un punto para el Mérida en Jumilla

JAVI LAIRADO

JUMILLA.

Lunes, 18 de septiembre 2017, 08:39

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Al descanso, una tremenda sensación de 'dejá vù' asolaba al equipo y aficionado romano. Un remate de Caye Quintana, tras un despeje de Felipe Ramos, había adelantado al Jumilla y había puesto ese 1-0 en contra en el marcador con el que el partido llegaba a su mitad. Como en Marbella. Como en Granada. Como en Fuenlabrada. El Mérida volvía a mostrarse como un sí pero no. Una primera parte en la que mostró ideas, buena calidad combinativa, seriedad en el centro de la zaga... pero con dos problemas principales: la falta de colmillo en el último tercio de campo y la capacidad de perder la concentración al menos una vez.

JUMILLA

1

-

1

MÉRIDA

  • FC Jumilla Mandaluniz; Domínguez, Robles, Neftalí, Catalá; Chupe (Álvaro, 68'), Manolo (Borja García, 83'), Manu Miquel; Fran Moreno; Caye Quintana (Txomin, 72') y Chaco.

  • Mérida AD Ramos; Iván Pérez, Aguza, Chino, Pina (Javi Gómez, 46'); Mato, De Dios, Bernal (Mustafá, 63'); Esparza, Villa, Hugo Díaz (Kiu, 88').

  • Goles 1-0: Caye Quintana, min. 32. 1-1: Mustafá, min. 64.

  • Árbitro Carbonell Hernández (Colegio Valenciano). Mostró tarjetas amarillas a Manu Miquel, Domínguez y Fran Moreno por el Jumilla; y Álex Bernal y Hugo Díaz por el Mérida.

  • Incidencias Polideportivo Municipal La Hoya. 400 espectadores.

Comenzó el choque con un Jumilla que, desde su mala posición en la tabla, es muy consciente de a qué debe jugar y como potenciar sus virtudes. Con un juego muy directo sobre su delantero centro, Chaco, y Fran Moreno y Caye Quintana aprovechando todas las segundas jugadas, fue dueño de la posesión en el primer tercio de partido. Cierto es que el Mérida no sufrió más que en un buen disparo lejano de Domínguez al que respondió perfectamente Felipe Ramos, pero le costaba hilvanar jugadas e instalarse en campo contrario. El juego quedaba muy lejos de Álex Bernal y Julio de Dios, los verdaderos motores del equipo, y el principal peligro consistía en las acciones de picardía del trío de ataque. Quedaba, por tanto, muy limitada la capacidad de asustar al Jumilla.

Un Jumilla que se adelantó en una de las segundas jugadas que comentábamos. Un disparo desde la frontal que se topó con los puños de Felipe Ramos, pero el atacante onubense estuvo más listo y rápido que sus rivales y llegó el primero para fusilar a Ramos a placer. A raíz del gol local, el Mérida cambió el chip. Buscó que los dos interiores entraran más en contacto con la pelota logrando dar agresividad a su posesión. Así, Bernal cabeceó fuera desde el punto de penalti y Santi Villa tuvo una gran ocasión a pase de Chema Mato, tras un buen desmarque de ruptura del jiennense, que volvió a demostrar su polivalencia actuando en varias posiciones.

Nuevo dibujo

Porque, tras el descanso, Nafti modificó su dibujo. Javi Gómez sustituyó a Kike Pina, el míster retrasó a Villa al lateral, acercando a Bernal a la banda izquierda y pasando a actuar con dos puntas. Con todo, el resultado no fue el esperado. De hecho, asistimos a los peores minutos del Mérida, situación que cambió de lleno con la entrada de Mustafá. En el primer balón que tocaba, tras un saque de esquina rival, corrió y corrió con el cuero en los pies (tarea de mérito dado el estado del césped) durante setenta metros, sorteando rivales y aguantando empujones y agarrones, para acabar batiendo, con un disparo mordido, al ex del Mérida, Mandaluniz.

Tras el gol, comenzó un nuevo partido. El Jumilla, aún agotado física y mentalmente, tuvo sus opciones, especialmente en dos disparos lejanos de Domínguez y Manu Miquel. El Mérida, por su parte, rozó el gol en un centro de Julio De Dios que no encontró rematador. Hubo tiempo, además, para lo emotivo. Saltaba al campo, defendiendo la camiseta del Jumilla, Borja García, que se enfrentaba por primera vez al equipo de su vida. Disputó los últimos cinco minutos de un partido que murió con la impresión (el mismo Nafti lo reconoció en rueda de prensa) de que, quizá, al Mérida le faltó ambición, y puede que físico, para asaltar la victoria en el último cuarto. En todo caso, buen punto a domicilio que habrá que hacer aún mejor el próximo domingo en el Romano.

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