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Marco A. Rodríguez
Badajoz
Miércoles, 5 de mayo 2021, 08:47
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Puede que en un futuro no muy lejano pase completamente desapercibido. De momento, sí es noticia. Otras comunidades fueron la avanzadilla, pero en Extremadura es la primera vez. El Municipal de Azuaga hizo historia en el arbitrajeextremeño el domingo al contar con un trío arbitral completamente cubierto por mujeres. Encabezado por Melissa López Osorio y con Alicia Galán y Flor Blanco como asistentes, el feudo azuaguense asistió a un episodio más del camino hacia la normalidad que años atrás emprendieron, con éxito viendo como los tiempos van cambiando, nombres propios como Paloma Quintero.
«Somos conscientes de que estamos haciendo historia en Extremadura, pero la verdad es que nos entristece un poco que seamos noticia, pero estamos muy contentas. Yo vengo de una lesión desde hace dos meses con el isquio roto y cuando me comunicaron la designación me hizo muy feliz. Espero que poco a poco la gente se vaya acostumbrando a que las mujeres estén dirigiendo encuentros porque es algo completamente normal. Nosotras pasamos las mismas pruebas físicas y técnicas que hacen el resto de compañeros», explica Melissa, la árbitra principal del Azuaga-Aceuchal, un choque que quedará para siempre en su retina.
Melissa otorga un enorme mérito a sus antecesoras, porque en otras décadas del fútbol, como de la vida, no era tan sencillo derribar barreras. «Ella sí que estuvo sola», aduce Melissa en alusión a la dombenitense Paloma Quintero Siles, todo un referente allá por los 90. «Ahora, gracias a Dios, ya no se ve tan raro vernos pitar, va a mejor. Ya no choca tanto».
Aunque asegura que los jugadores «nunca te lo ponen fácil al cuerpo arbitral», reconoce que el hecho de ser un partido con muy poco en juego, con dos adversarios ya sin metas en nuestra Tercera, lo hizo más asequible. «Fuimos a disfrutar, tanto ellos como nosotros», señala la trencilla. Hay que recordar que el encuentro sirvió además como despedida de todo un mito del equipo local, Neftalí, que continuaba jugando en el Azuaga pese a superar los cuarenta años. «Fue un partido bonito por ambas cosas. Fuimos antes con el chip de que íbamos para disfrutar e incluso los propios jugadores nos lo dijeron, que disfrutáramos de este hecho histórico del que ellos también eran protagonistas».
Melissa ya había coincidido con sus asistentes del domingo en otros encuentros. Con Flor más al ser de la delegación de Almendralejo, afirma. Alicia pertenece a Olivenza y con ella se ha cruzado menos, pero el domingo fue el primer caso en que tres mujeres copaban el trío arbitral de un partido de la Tercera extremeña.
Con apenas siete años Melissa López Osorio emigraba a Almendralejo desde Colombia junto a su madre y sus tres hermanos. Un año antes lo había hecho su padre, profesor titulado en el país cafetero y con el anhelo de labrarse un futuro mejor en nuestro país. Le costó un tiempo y tuvo que trabajar en el campo, por ejemplo en la recogida de la uva en Tierra de Barros, hasta que arreglados y homologados los papeles y títulos conquistó su sueño de enseñar en España. A sus 28 años, más de 20 en nuestra región, dice sentirse una almendralejense más, ella y toda su familia. «Vinimos para que mi padre no estuviera solo y para labrarnos un futuro mejor», recuerda.
Melissa López Osorio
Al igual que sucede con su auxiliar Flor Blanco, que también comenzó en otros deportes como la natación o el socorrismo, a Melissa le inocularon el 'virus' del arbitraje mientras compaginaba distintas disciplinas, en su caso el atletismo. Hasta fue campeona de Extremadura de los 400 metros. Una afición casi heredada, ya que su padre era un gran amante del atletismo. Fue el colegiado Juan Diego Bote, que alternaba entrenamientos con árbitros y corredores federados, quien la introdujo en el gremio.
Su hermano también es árbitro, pero en este caso fue él quien se colegió después de ella. Los dos son sabedores de que vivir del arbitraje en estas categorías es muy complicado. Por eso ella trabaja como auxiliar administrativa en una empresa de licores de su localidad de adopción. «Tienes que ser muy muy buena y tener mucho sacrificio y constancia para poder ser profesional». Su referente actual es Guadalupe Porras, a quien considera amiga y de quien extrae lecciones que pueden valerle en su carrera. «Es una suerte entrenar y tenerla ahí cerca porque es más fácil seguir sus pasos. Nos ayuda a inspirarnos en ella y conseguir sus logros». El de Azuaga es uno más.
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