Luis Rodríguez Ardila
Luis Rodríguez Ardila ·
«El jugador extremeño que sale tiene más mérito que el resto porque aquí la base se trabaja poco», afirma Ardila, que se jubila después de 36 años en clubes como Alavés, LIverpool, Villarreal y AtléticoSu teléfono sigue sonando con llamadas desde todos los rincones del planeta como ha sido su rutina habitual en los últimos 36 veranos de su ... vida. Pero ahora es muy distinto. Se acaba de jubilar y disfruta estos días de su familia en la playa. Deja el fútbol, pero el fútbol no le deja a él. Luis Rodríguez Ardila (Castuera, 1958) es el gran 'scout' extremeño. Su base de datos de jugadores le llevó al Liverpool de Benítez campeón de Champions cuando estaba negociando con el Don Benito y a ser parte activa de la época gloriosa del Alavés, de la explosión del modelo de cantera del Villarreal y del mejor Atlético de Madrid del Cholo. Un viaje soñado que tuvo su punto de partida en otra etapa dorada, la del Badajoz del ascenso en 1992 de la mano de Paco Herrera. Blanquinegro de cuna, lo lleva en la sangre hasta el punto que el viejo Vivero fue su hogar, en el sentido literal del término. Se casó con la hija de Emilio, el conserje de El Vivero. Ahora cierra su libreta para recuperar todo el tiempo pedido que le robó a su mujer, sus hijas y sus nietos. Se va sin hacer ruido, como ha sido su paso por el fútbol a pesar de ser todo un referente en el mundo de los ojeadores. Discreto, trabajador y en alerta las 24 horas del día.
-¿Le costó tomar la decisión?
-Muchísimo. Una decisión de las más difíciles de mi vida porque tenía sensaciones contrapuestas. Quería descanso y familia, pero no quería dejar el fútbol. Soy muy agradecido a todo lo que me ha dado, que ha sido mucho.
-¿Cómo lleva el verano sin esa vorágine de fichajes?
-Con más tranquilidad. Evidentemente con lagunas mentales porque cuando te despiertas haces un repaso de lo que va a ser el día y me falta el guion de la mañana. Reuniones, llamar, fichar, me falta un lateral... Con un vacío grande, pero mi familia se está involucrando para que lo lleve de la mejor manera posible.
-¿Ya lo echa de menos?
-El fútbol lo echaré de menos siempre. Siempre irá conmigo. Si me llamara Luis Fútbol Fútbol sería la definición más completa de mi rasgo. He tenido apartada a mi familia por el fútbol. He trabajado como se dice ahora 24-7. Para mí ha sido toda la vida. No he tenido descanso. He llegado a terminar un partido en San Sebastián a las once de la noche, viajar toda la noche y a las siete de la mañana estar en mi puesto de trabajo como contable en la empresa Casa Pablo Moreno (dedicada al aire acondicionado y calefacción) y al día siguiente verme tres partidos por televisión. El fútbol ha sido mi ilusión, mi pasión, mi profesión. El fútbol no se va de las venas. Ahora estoy viendo el Mundial femenino, el otro día vi el Benfica-Al Nasser, al Sevilla, al Betis... Quien lleva el fútbol en la sangre no lo pierde en dos días.
-¿Qué deja atrás?
-Muchísimas experiencias, pero sobre todo grandes amigos y profesionales con los que he trabajado. Dejo atrás mi vida que ha sido el fútbol y empiezo una nueva. Dejo atrás a todas esas personas que han apostado por mí y a las que he intentado no defraudar. En ese sentido he sido excesivamente responsable para no fallar a nadie.
-Ha participado hasta el último minuto en la planificación de la nueva temporada del Atlético.
-Hasta el día 30 de junio a las seis de la tarde que salí del Metropolitano he participado en todas las decisiones que se han hecho en la planificación de la temporada 23-24 del Atlético de Madrid.
-Y se marcha dejando el sello extremeño con el fichaje de Javi Galán como último servicio al Atlético.
-Sí, se podría decir así.
-¿Cómo se llega a ser ojeador?
-En la vida hay que estar en el sitio y en el momento. Pasé por toda la base hasta el primer equipo, aunque no llegué a debutar en partido oficial con el Badajoz y cuando lo dejé, Paco (Herrera) me dio la oportunidad y yo le di la continuidad. Paco me dio los valores, yo luego le puse mis matices. No sé si he llegado donde he llegado por conocimientos, pero sí por ser humilde, trabajador, recto y mantener unos matices en mi vida que me han hecho ser especial en la forma de vivir mi profesión. Una dedicación máxima, plena, dejando al margen lo que más se quiere que es la familia. Por eso en mi carta de despedida les pido disculpas a mi mujer, a mis hijas y nietos y les doy las gracias porque no han podido disfrutar de su padre o su abuelo.
-¿Siempre supo que era a lo que quería dedicarse?
-Muchos ojeadores han sido entrenadores o preparadores físicos, han tenido diferentes puestos. Y han tenido lagunas en el tiempo en lo que es el seguimiento del futbolista. Yo no. Quise ser lo que he sido. No quise ser entrenador ni preparador físico. Tenía un objetivo, conocer la carrera de los jugadores desde el principio hasta el final. Con eso creo que me ha valido para llegar a donde he llegado.
-¿Qué cualidades se deben tener para ser un buen ojeador?
-Hay que ver mucho fútbol, conocer al futbolista para fichar o no, para saber si es para tu equipo y sobre todo estar muy al día en el mercado. Vivir el día y la noche. Por la noche no descansas porque América trabaja. Llamadas a la una, a las dos, a las tres, a las cuatro... hay que atenderlas. En el fútbol no te puedes parar, un minuto que te pares lo pierdes todo.
-¿Cuál ha sido su mayor acierto? ¿Y el fracaso?
-Hablar de un acierto o de un error creo que nos estaríamos equivocando porque son 36 años y hay muchos errores y algunos aciertos. La balanza para estar 36 años se tiene que vencer del lado positivo cuando los equipos te mantienen durante tanto tiempo. Pero tengo especial cariño por dos jugadores muy jóvenes. A Gerard Moreno le saqué del Badalona con 15 años y a Manu Trigueros le llevé al Villareal con 17 del Murcia. Después de 15 años los dos siguen en la élite, uno ha sido internacional y el otro también lo merecía porque reúne condiciones. Me siento feliz de esas dos operaciones, que a lo mejor no son de mucha relevancia, pero sí me llenan de orgullo.
-¿Y el jugador extremeño que más le haya sorprendido?
-El fútbol extremeño está tan cualificado como cualquiera del territorio nacional. Los jugadores nacen en cualquier sitio. Extremadura tiene un déficit en la base, una rémora que nos cuesta, pero Badajoz, Cáceres y Extremadura en general sacan muchos jugadores y de grandísimo nivel. El jugador extremeño que sale tiene más mérito que el resto porque aquí la base se trabaja poco. Soy miembro de los veteranos de la selección extremeña y los del Badajoz, coincido con muchos de ellos y veo que muchos han llegado por su tenacidad y otros por sus condiciones innatas. El fútbol extremeño tiene mucho que dar, no solo futbolistas, sino entrenadores y gente que puede gestionar. Podemos llegar. Tenemos que creer en lo nuestro y no valorar tanto lo que viene de fuera porque posiblemente lo tengas en casa.
«Tenemos que creer en lo nuestro y no valorar tanto lo que viene de fuera porque posiblemente lo tengas en casa»
Luis Rodríguez Ardila
-¿En Badajoz se podría aplicar el modelo del Villarreal?
-Todo es aplicable en la vida. Necesitamos un mecenas que ponga algo de dinero para hacer. Pero yo viví una etapa en el Badajoz sin mecenas, con Félix Castillo, y las relaciones institucionales las manteníamos muy vivas con partidos los jueves por toda la provincia. De ahí salieron Marcos, Izquierdo, De Paula... Aquellos jugadores que formaron el sub-19 del Badajoz que estuvo en la élite nacional juvenil. Para formar un proyecto hay que trabajarlo. Pero hay que tener paciencia para dejar trabajar a la gente en un proyecto ilusionante y si te vienen recursos económicos, mejor. En mi despedida digo que ojalá pudiera devolver al fútbol todo lo que me ha dado y si algún día se lo pudiera devolver sería con eso, intentar hacer un proyecto con gente de la tierra. Hay que ilusionar y la ilusión se genera por dinero o por proyectos y el proyecto tendría que anteponerse al dinero. Mi nieto nunca se iría con un representante. Lo primero es la formación y se puede hacer aquí. Tiempo para llegar siempre hay. El que es bueno llega y se mantiene. El que es bueno diez minutos a los diez minutos puede volver. Hay que tener las ideas claras y pensar y el Badajoz necesita de un proyecto pacense y extremeño.
«El Badajoz jugaba los jueves por toda la provincia y de ahí salieron De Paula, Izquierdo...»
Luis Rodríguez Ardila
-Extremadura, Badajoz, antes el Mérida, Cerro o Sporting Villanueva. ¿Por qué el fútbol extremeño sin manejar grandes presupuestos tiene tantos problemas?
-Porque inflamos el globo sin aire y cuando lo pinchamos se deshincha. Nosotros empezamos los edificios por el tejado y los edificios se construyen desde unos cimientos sólidos. Desde un proyecto planificado con unos objetivos a largo o medio plazo. Para conseguir eso se necesita tiempo y paciencia. Badajoz desde su refundación lo venía haciendo bien. Los problemas han llegado con las ventas porque queremos más. No sabemos a quién le damos el club. Yo viví una descapitalización del Badajoz con Esfinge 20. Se sacó al equipo de la ciudad. Recuerdo que Félix se paseaba por San Francisco y la gente le preguntaba por fichajes, abonos... y con Esfinge 20 no sabíamos nada de abonos ni de cuándo íbamos a fichar. El Badajoz es de los pacenses y a los pacenses hay que darles lo que quieren, saber de su equipo. Yo como padre me preocupo por mi hijo. Así debería ser.
-¿Ese mundo de los representantes es tan salvaje y lleno de avaricia como lo pintan?
-La palabra avaricia la confundimos con ambición y son totalmente diferentes. Soy abuelo y quiero lo mejor para mis nietos, pero tengo que tener cuidado y no cambiarlo por la avaricia porque te equivocas. Quieres algo que es imposible. Los entornos hacen que las situaciones se compliquen. No digo que el mundo de la representación sea malo porque entiendo que hacen un trabajo muy bueno y hacen el bien, pero hay que saber a quién le das tu firma para que te gestione tu futuro. Los entornos complican mucho las condiciones de un jugador.
-¿Qué recuerda de sus inicios en el Badajoz?
-Lo recuerdo con mucho cariño porque fue una etapa muy bonita. Éramos el referente de la región y a nivel nacional. Se creó la competición juvenil sub-19 y el Badajoz se coló ahí. De ahí salieron Cubillas, De Paula, Antonio Moreno... Mis peores recuerdos fueron en mi final ya con Esfinge 20 porque se hacían cosas que no me gustaban. Ese año vi tantas cosas y sufrí tanto con los argentinos que decidí poner fin a mi ciclo con el Badajoz. Paco se había ido al Numancia y ya sabía que si me soltaba de la mano podía empezar a andar y posiblemente a correr. No he sido bien tratado en esa casa, pero no por el club, sino por algunos de sus dirigentes. Y bajo mi punto de vista creo que tampoco han sabido aprovechar mi situación para sacar partido
-Su paso por grandes clubes ha coincidido en sus mejores momentos.
-He tenido la gran suerte de vivir etapas bonitas en todos los equipos en los que he estado. Inmediatamente salí al Osasuna, estuve seis meses y me llaman del Alavés donde estuve cinco años maravillosos y crecí bastante porque me dieron mucha libertad. En Vitoria el mismo año que llego se juega la célebre final con el Liverpool que se perdió 5-4. Ahí me di cuenta definitivamente que mi vida es el fútbol. Me llamó Piterman para que siguiera otro año más y en ese momento también me llama el Don Benito que tenía Javi Pereira de entrenador y regresando de esa reunión me llamaron Paco Herrera y Benítez para pedirme si les podía pasar mi base de datos de futbolistas y se la mandé. Esa misma noche me vuelve a llamar Paco para que me fuera al Liverpool y creía que se estaba cachondeando. Pero a la mañana siguiente me llamó Rafa Benítez y me envió el contrato. Ese primer año que llego al Liverpool ganamos la Champions y al tercero la perdimos en Grecia con el Milan. Voy a Villarreal y somos subcampeones de liga. Estuve nueve años, los dos primeros como director de captación y los siete años restantes me pasaron al fútbol profesional para hacer lo mismo que se había hecho con la base. Se crea una estructura de trabajo que es modelo y aún perdura. Y en 2016 llego al Atlético de Madrid y me encuentro a un Cholo ganador y a un Andrea Berta que es 'top' en la dirección deportiva. Villarreal estaba muy lejos de Badajoz y tenía muy mala combinación. Entendía que después de nueve años en Villareal el Atlético de Madrid podía ser el espaldarazo a mi carrera. Llegué como jefe de ojeadores y a los dos años me convertí en secretario técnico y mano derecha de Andrea Berta. No querían que me viniera. Me propusieron un contrato de dos años con unas cantidades importantes, pero entendí que tenía que dar prioridad a la vida, la salud, a la familia y al descanso. Ganamos una UEFA, una Supercopa de Europa, fuimos campeones de Liga y subcampeones durante tres años. En eso he tenido suerte. En todos los equipos hemos conseguido los objetivos. Eso no solo lo da el trabajo, también la suerte. Soy un afortunado porque nunca quise que el fútbol me dijera adiós y soy yo el que le dice adiós.
-¿Qué personas le han marcado en su carrera?
-Me marca Paco Herrera porque es la persona que me tiende la mano y me dice adelante. Me marca Benítez porque me da una forma de trabajar estricta y con mucho criterio. Me marca Antonio Cordón en el Villarreal con el que trabajo nueve años y me da paz y sosiego. Pero sobre todo Andrea Berta, que me ha convertido en su mano derecha y ha conseguido que sea mejor persona y mejor profesional y que todo el cariño que tenía el fútbol se multiplique por dos.
-Se podría decir que Gudi ha sido uno de sus discípulos, ¿cómo cree que lo puede hacer en su segunda etapa en el Badajoz?
-Lo primero es que hay que tener paciencia con él. Conocimientos y actitud los tiene porque lleva muchos años en el mundo del fútbol. Hay que saber si le dejan trabajar. Si decide él, puede hacer un gran trabajo. He trabajado con él en la élite estos últimos años y la Segunda RFEF tiene poco de élite. Son mercados totalmente diferentes, pero creo que puede poner al servicio del Badajoz su experiencia y conocimientos. Hay que tener paciencia y tranquilidad. Los edificios no se construyen en tres meses, se construyen en 18 meses. En diciembre pensarán que tenemos que estar ascendidos. Mira, voy a poner un ejemplo. El Atlético me encomendó llevar los destinos del filial que había perdido dos categorías y se fue a Tercera. Me ofrecieron comprar una plaza en Primera RFEF, pero no quise. Lo quería en Tercera y hacerlo a mi imagen y semejanza. Después de dos ascensos seguidos el equipo está en Primera RFEF con una base importante de jugadores. Eso no está conseguido solo por Luis Rodríguez Ardila, está conseguido por el grupo de trabajo que se forma y eso es algo que debería hacerse en Badajoz. No tanto personalizar, sino agrupar porque la unión hace la fuerza.
-¿Cómo va a ser ahora ir a un estadio para ver un partido sin su libreta?
-Me he hecho socio del Atlético y me voy a hacer socio del Badajoz. Ahora miraré el fútbol desde otra perspectiva. Antes no miraba el fútbol, miraba a los jugadores, que es muy diferente. Ahora disfrutaré. Cuando me nombraron secretario técnico del Atlético una persona me dijo «Luis tienes un puesto importante, no lo sufras, disfrútalo». Y eso es lo que voy a hacer ahora. Lo que sí puedo asegurar es que tengo la conciencia tranquila. Pido disculpas a todas las personas a las que haya podido perjudicar y me gustaría agradecer a todas aquellas que me han ayudado dentro de este mundo tan difícil y también por todos los mensajes recibidos que han sido muchísimos.
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