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J. Ernesto Ayala-dip
Viernes, 4 de abril 2025, 22:57
Revisando los títulos de autores japoneses sobre los que he escrito desde comienzos del siglo actual, independientemente del género que cultivaran, resultó que fueron seis, ... entre ellos uno que, habiendo nacido y vivido en Japón, escribió en alemán una hermosa novela protagonizada por osos. Los otros cinco son autores de novela de género. Hoy reseño 'El misterio de la mujer tatuada', de Akimitsu Takagi (1920-1995). Todavía no estaba traducida al castellano, aunque en su idioma original salió en 1951 y consiguió una difusión mayúscula en todo el mundo. Está considerada como una obra de referencia del género negro japonés. Si la leen, verán el por qué.
En esta obra convergen fundamentalmente los criterios intuitivos antes que los lógicos de investigación. Aclaro esto porque en las últimas décadas se dieron casos de autores japoneses entregados claramente a los razonamientos lógicos para desentrañar enigmas policiacos. Takagi desgrana en sus novelas algunos de sus débitos literarios en materia de género negro. Cita 'El halcón maltés' y 'Adiós, muñeca', clásicos del género y campeones de la intuición o las «corazonadas». Es normal que esto ocurriera. Esta novela se escribió a principios de los cincuenta del siglo pasado. Era la época en la que los lectores se rendían a Dashiell Hammett o Raymond Chandler.
Takagi ambienta su novela en plena posguerra. Japón ha sido derrotado. Pese a la destrucción de los bombardeos americanos, las calles de Tokio muestran el ajetreo de una ciudad que quiere y debe levantarse sí o sí. También sobrevive el delito, entre otras cosas como una manera de supervivencia. Pero, además, el autor saca en su argumento el tema de los tatuajes, una práctica clandestina, contraria a la moralidad imperante y a la vez practicada en determinados círculos sociales de alto poder adquisitivo. El tatuaje en todo el cuerpo es un rito que se pone de moda, proveniente de las zonas más oscuras de la sociedad japonesa.
Es entonces cuando entran en liza Daiyu Matsushita, del Departamento Metropolitano de Policía y su hermano menor Kenzo, médico forense. Un día aparece descuartizado el cuerpo totalmente tatuado de una bella mujer. Se da la circunstancia que Kenzo conocía a esta mujer y estaba enamorado de ella.
En esta novela las psicologías se cruzan en claro contraste con la compleja investigación. También llama la atención la decisión del principal investigador de no hacer caso de la belleza de los paisajes naturales de Tokio, ante los que se enfrenta durante sus peripecias en busca del asesino. Muy curioso después de confesar que ha leído 'Musashino', una de las grandes obras maestras de la literatura japonesa del siglo XIX, de Kunikida Doppo, que hizo de las descripciones paisajistícas el leitmotiv de su obra. Solo un reproche a esta edición, que no se haya traducido directamente del japonés.
Akimitsu Takagi. Traducción: Eduardo Hojman. Editorial: Salamandra. 400 págians. 23 euros.
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