Proust privado
Laure Murat combina la autobiografía con la literatura en este ensayo que disecciona a la aristocracia de la que proviene
Pablo Martínez Zarracina
Viernes, 2 de mayo 2025, 18:40
Al comienzo de este ensayo que combina de un modo intenso autobiografía y literatura, la historiadora francesa Laure Murat ve reflejado su origen aristócratico en ... una escena de 'Downton Abbey' en la que el servicio, al poner la mesa para la cena, mide con una regla la distancia entre los cubiertos. Si cumpliendo con su deber de suspicacia, el lector tiende a cuestionar el brillo de esa genealogía, la autora no tarda en disipar sus dudas: la boda de sus padres unió nada menos que a la nobleza monárquica y a la bonapartista. Mientras que la rama paterna de su familia viene del cuñado de Napoleón que reinó en Nápoles, la materna proviene del duque de Luynes que fue favorito de Luis XIII y mariscal de Francia. La vida de Murat –que se define como «mujer sin hijos, soltera, homosexual, profesora universitaria, votante de izquierdas y feminista»– ha consistido en parte en escapar de una clase social a la que en este libro disecciona. Lo hace con la complicidad de Marcel Proust, un intruso en los salones de la 'belle epoque' que, en opinión de la autora, desveló en su gran obra la vulgaridad sin fondo de un universo privilegiado y apenas sostenido en sus propias formas.
Dispuesta a matizar la fascinación de Proust por la aristocracia, Murat celebra 'En busca del tiempo perdido' como una demolición inteligente que a ella le sirvió como tabla de salvación. Su análisis de la heptalogía es personal en todos los sentidos. La obra de Proust está poblada para ella de presencias familiares. Su bisabuela paterna recibía al novelista en el palacete Murat –«el más hermoso de París» para Proust– y recordaba décadas después al genio ya consagrado como «ese plumífero al que sentaba en el extremo de la mesa».
Proust, novela familiar
Laure Murat.
Traducción: María Teresa Gallego y Amaya García.
Editorial: Anagrama
282 páginas.
19,90 euros.
Mientras tanto, el bisabuelo materno de Murat no solo trató al autor de 'En busca del tiempo perdido' –Proust consideraba al duque de Luynes como «la donosura en persona»–, sino que mantuvo con él una correspondencia que en su mayor parte se ha perdido. Estas conexiones constantes entre la obra maestra y la biografía personal transforman el libro de Murat en una obra singular. Se alimenta de un testimonio íntimo, pero uno de sus empeños es demostrar que Proust es mucho más brillante que el universo que retrató en su gran ciclo narrativo.
Entre los aciertos de la autora, abordar sus circunstancias familiares con naturalidad y su historia personal con una mezcla adecuada de sinceridad y contención. Al mismo tiempo, su mirada literaria resulta siempre fina y reveladora. El resultado es un ensayo que huye del rigor académico, pero no de la profundidad, y constituye, rebosante de anécdotas, detalles e historias paralelas, una original y estimulante invitación a la lectura de Proust.
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