Poeta intermitente
Precedida por un gran éxito en Estados Unidos, esta novela brilla en las composiciones metafóricas pero naufraga en los diálogos
Pablo Martínez Zarracina
Viernes, 27 de junio 2025, 23:25
El protagonista de esta novela comparte algunas características con su autor. Ambos nacieron en Teherán y crecieron en EE UU, ambos son poetas y ambos ... han superado la adicción a las drogas. Kaveh Akbar es, sin embargo, un joven escritor de moda que publica en el 'New Yorker' y aparece en la 'Paris Review' mientras Cyrus Shams, su 'alter ego', es un fracaso andante que oscila entre la depresión y la exaltación y lleva una vida de estudiante perpetuo. Su madre, a la que apenas conoció, murió en el avión comercial de Iran Air que fue derribado en 1988 por el Ejército estadounidense. Aun así su padre se instaló en Indiana y Cyrus se crió «como iraní en el Medio Oeste en el contexto del 11 de septiembre y el patrioterismo consiguiente». Tras la muerte del padre, el joven está solo en el país. Se dedica a la poesía, aunque no escribe. También quiere morir, aunque no parece quererlo muy en serio y sí de algún modo relacionado con el martirio, pero por el lado del arte antes que por el de la violencia. El propio Cyrus reconoce que ser «normal» es en el fondo lo que no desea. «Quiero hacer algo relevante», le dice el protagonista a su amigo y amante ocasional Zee. «Quiero que mi existencia importe». La misma mezcla de ensimismamiento y patetismo que se advierte en el discurso de Cyrus domina una novela que se adapta a las corrientes de la época. Lo hace con la ligereza edificante de un texto juvenil y sin esquivar el riesgo de la autoparodia. Un ejemplo: la mínima trama que soporta un texto con altos niveles de afectación es el viaje del protagonista a Nueva York para verse con una artista visual iraní enferma que pasa sus últimos días recibiendo visitas en un museo de Brooklyn. Alrededor de ese encuentro pretendidamente epifánico, Akbar realiza el retrato de su personaje. El libro se completa con los capítulos en que sus allegados (los padres muertos, un tío traumatizado por la guerra entre Irán e Irak…) cuentan sus historias en primera persona. Todo fluye bien, pero sin alcanzar la frecuencia poética, reveladora, a la que el autor parece aspirar constantemente y que se concreta en los textos del protagonista que se van incluyendo en la narración.
La escritura de Kaveh Akbar brilla en algunas composiciones metafóricas y naufraga llamativamente en los diálogos. También incluye los efectos especiales y el libro contiene apariciones imposibles de Kareem Abdul-Jabbar, Donald Trump e incluso Lisa Simpson.
'Mártir' llega precedida de un gran éxito en EE UU. También del prestigio de ser una de esas lecturas que recomienda Obama, presidente al que quizás habría que comenzar a incluirle los juicios literarios entre los errores de gestión.
¡Mártir!
Kaveh Akbar. Editorial: Blackie Books. 405 páginas. 23 euros.
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