El Juan José Millás más destilado
Autoficción. En esta novela, el autor valenciano nos ofrece una parodia de su vida, de sus fantasmas y sus fantasías hipocondríacas
Iñaki Ezkerra
Viernes, 23 de mayo 2025, 23:08
Es un misterio de la actual literatura española. El género de la llamada 'autoficción' crece en nuestra narrativa en la medida en que es más ... denostado. Con toda probabilidad, la explicación reside en esa atávica y extendida pose de rechazar todas las etiquetas y encasillamientos. Pose que dura hasta que el escritor denostador es invitado a dar una conferencia o a asistir a un curso que lleva por título dicha etiqueta y que hace válido dicho encasillamiento: la autoficción en este caso.
Juan José Millás ha optado en los últimos tiempos por un camino más divertido que la denostación, como es el de la parodia del género. En 'La vida a ratos' (2019), se burlaba del 'diarismo' directamente, recurriendo a un 'alter ego' que se llamaba como él y tomando esa fórmula narrativa para contarle al lector todo tipo de fantasías, incluida la donación de un riñón propio a un amigo como si fuera la cosa más normal y rutinaria que puede hacer uno durante una jornada cotidiana. Aquel texto coincidía con la etapa creativa más fantasiosa y despendolada de toda su producción. Solo un año antes había publicado 'Que nadie duerma', una novela protagonizada por una mujer pájaro en la que confluían el onirismo surrealista y la sátira psicoanalítica.
En 'Ese imbécil va a escribir una novela', su nueva entrega, el escritor valenciano no solo recurre a un protagonista que habla en primera persona y que se llama como él, sino que posee unos datos biográficos y bibliográficos que coinciden con los de su propia persona para adentrarnos en un delirante laberinto de fabulación, donde lo ficcional del mundo exterior se funde con lo autoficcional de la interioridad del personaje-narrador.
De 'la vida a ratos' del falso diario pasamos, así, a la 'vida continua' de una reinventada y disparatada autobiografía novelesca en la que cobra peso argumental el recuerdo infantil de lo que el autor llama un 'sueño lúcido' y en el que su madre le presentó como si fuera un 'segundo padre' al director de una sucursal madrileña del extinto Banco Hispano Americano. La realidad parece confabularse en alimentar esa rara fantasía cuando, años después, ya matriculado en Filosofía y Letras, conoce, en un bar cercano a la Complutense, a un tal Alberto que estudia Arquitectura y que se presenta como un hijo real del onírico empleado del banco de su infancia. Este personaje va a tener una recurrente y rocambolesca presencia en su vida, entre otras razones por su condición de hermano imaginario.
El juego de duplicidades desconcertantes pronto se amplía con ese tipo de fabulaciones hipocondríacas a las que Millás tiene habituados a sus lectores: la doble cabeza invisible que creía tener de niño junto a la otra y desde la cual podía distinguir, en plena calle, las dobles cabezas igualmente invisibles de otros transeúntes. A ese divertido despliegue de figuraciones entre paranoicas y lúdicas se suma un estilo literario que las acompaña y potencia de una manera cómplice, desarrollando simetrías y paralelismos ingeniosos, originales e irónicos. Sorteando unas y otros, se abren diferentes motivos argumentales: el del reportaje magistral que le han encargado en el periódico donde colabora, y que le trae por la calle de la amargura dada su libertad temática, que le induce a ofrecer a la paciente redactora jefa propuestas de lo más estrafalarias; el tema de la infiltración de chivatos dentro de los movimientos universitarios durante la dictadura, con el que está relacionado el ya citado Alberto; el de las ínfulas literarias de este y el del hackeo que el propio Juanjo Millás ha de experimentar en su ordenador; la historia de Pascual, el compañero de colegio que confiesa haber matado al 'Ratoncito Pérez' y que se ha hecho dentista; el del asesinato a manos de la cónyuge que quedó impune y pasó por un infarto gracias al estatus y a los buenos contactos que la familia mantenía con el régimen franquista…
'Ese imbécil va a escribir una novela' es la parodia de una autoficción, una destilación caricaturesca de la existencia del autor en la que no hay que descartar la posible base real de ciertos episodios. Todo escritor retoca su vida cuando la cuenta. Lo que sucede es que trata de que esa versión resulte verosímil. Millás no se ha preocupado de eso sino más bien de lo contrario. Lo que hace es añadir el humor más desopilante a ese proceso de literaturización. Y el psicoanálisis es otra más de sus víctimas, así como un instrumento de elaboración fabuladora, por si algún terapeuta se propone buscar en estas páginas las pistas de la verdad, que seguro que las habrá.
Ese imbécil va a escribir una novela
Juan José Millás. Editorial: Alfaguara. 170 páginas. 18,90 euros.
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