John Connolly abona la leyenda negra de Maine
Sergio García
Viernes, 18 de julio 2025, 19:58
Si a algo invitan las novelas de John Connolly es a presagiar que su protagonista, Charlie Parker, no disfrutará de una vejez no digo ya ... tranquila –algo imposible cuando se mantienen lazos tan estrechos con el inframundo–, sino de vejez… a secas. Bueno, pues ya van 22 relatos a cada cual más abracadabrante y el detective más atormentado que cabe imaginar aguanta como un jabato. En 'Los mensajeros de la oscuridad', Parker trata de descubrir el paradero de Henry Clark, un niño de cuya desaparición todos culpan a su madre tras el oportuno hallazgo de una manta empapada en sangre en el maletero de su coche.
Los mensajeros de la oscuridad
John Connolly
Trad: Vicente Campos González
Ed: Tusquets
528 páginas
21,90 euros
Contratado por el escurridizo abogado Moxie Castain, Parker tendrá que proteger a la mujer al tiempo que recaba pruebas de su inocencia. Hay que reconocerle al autor el mérito de mantener viva una saga que avanza con un pie en el más allá, lo que podría espantar a los descreídos del esoterismo, entre los cuales me incluyo. Pero nada más lejos de la realidad, porque en las historias de Connolly los espíritus no son un recurso en el que ampararse para dejar cabos sueltos, sino el decorado donde aliñar historias que no dan respiro, resueltas como solo puede alguien familiarizado con los protocolos policiales y jurídicos. Hablando de escenarios, Maine tiene una importancia capital en los relatos de Charlie Parker. Basta con darse una vuelta por este universo por momentos sórdido para comprender por qué es el estado del que Stephen King no sale ni a tiros.
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