Giménez Bartlett y seis buenas piezas
Petra Delicado. En estos relatos, la autora almanseña logra conciliar las tramas policíacas con las anécdotas domésticas
Iñaki ezkerra
Sábado, 26 de julio 2025, 10:35
Entre las innovaciones que ha venido experimentando la novela negra en las últimas décadas, una de las más relevantes ha sido la de la progresiva ... humanización del héroe a través de la filtración en la trama argumental de distintos aspectos de su vida familiar y privada. Es ya un tópico del género el policía que, por culpa de un caso peliagudo en el que anda metido, se olvida de asistir al cumpleaños o a la fiesta de graduación del hijo, lo que enrarece aún más de lo que ya está su relación con la pareja. El caso de Petra Delicado, la inspectora de la Policía Nacional española que protagoniza la conocida serie de Alicia Giménez Bartlett, se sitúa dentro de esas coordenadas, hasta el punto de que, en 2020, comparecía, en una curiosa entrega del ciclo, recluyéndose voluntariamente en un convento gallego, sin ningún asesinato que resolver y con el propósito de hacer recuento de su vida y de enfrentarse a sí misma. Sin llegar a tal extremo, ese aspecto de su intimidad cotidiana también va a estar presente en la media docena de relatos reunidos en 'Una buena pieza' y que responden de una manera ortodoxa a seis genuinos casos de la literatura policíaca, que la inspectora Delicado narra desde una directa primera persona.
En el relato que abre el libro, 'Una mala mujer', nuestra heroína y su incondicional ayudante, el subinspector Fermín Garzón, se enfrentan al caso de un personaje femenino entrado en años, que ha aparecido asesinado de una navajazo profundo en el vientre en una carretera de las afueras de Barcelona. El atuendo barato y estridente que luce el cadáver, que no es precisamente el de una prostituta de lujo, se revelará como una pista teatralmente falsa. El cuento, que resulta impecable tanto en su desarrollo como en su resolución técnica, posee el aliciente añadido de la pintoresca y desconcertante sorpresa, así como su carácter de 'eurocrimen', dada la procedencia francesa de la víctima y la colaboración que el caso reclama de las autoridades policiales del país vecino. En 'Todos quieren ser hermosos', el texto que cierra el volumen, un hombre de unos treinta años aparece sin vida y con la boca llena de veneno para ratas en la cocina de un barrio no precisamente próspero de la capital catalana. El examen forense al que es sometido el cadáver revelará que no había sido víctima de ese rudimentario y mortal procedimiento, sino de otro un tanto más sofisticado. Y entrarán en escena su novia, que le llevaba diez años, la madre de su novia, la hija de su novia y la chica con la que esta mantiene una relación lésbica.
Entre esos dos casos, el lector se encontrará con el de un árbitro de fútbol que, en 'Una siniestra esperanza', aparece desangrado por la acción de un arma blanca en su domicilio; con el de una estudiante de Medicina que, en 'Un auténtico viaje', se topa con un cadáver descuartizado en el interior de su maleta; con el del adolescente problemático de una familia de abogados, biempensante y católica, que aparece muerto en 'Cuando llega septiembre' y, con el que más se ve implicada personalmente Petra Delicado, el que se titula 'Una jornada inusual' y en el que la misma inspectora es secuestrada a punta de pistola por una muchacha de aspecto normal que tiene al noviete en la cárcel por haber atracado a una anciana, y que aspira a lograr un peliculero intercambio de prisioneros.
La modalidad literaria del relato exige la economía de medios, la carencia de elementos superfluos y la proverbial eficacia narrativa sobre las que teorizó Chéjov con su famoso lema del clavo: «Si en un cuento aparece un clavo, el protagonista debe acabar colgado de él». Podría pensarse que esta exigencia, propia de la corta distancia del género, entraba directamente en conflicto con la poética de la vida privada que constituye una irrenunciable 'marca de la casa' en las tramas novelescas que tienen por heroína a la célebre inspectora creada por Alicia Giménez Bartlett. Por fortuna, no ha sido así. En las seis «buenas piezas narrativas» que la escritora almanseña ha reunido en este volumen, la cotidianidad doméstica se sigue colando con absoluta, solvente y magistral naturalidad, a lo cual contribuye probablemente el hecho de que la protagonista sea también la propietaria de la voz que narra, lo que le permite referirse con un desinhibido discurso a sus complicaciones hogareñas y a sus cuitas anecdóticas; a Marcos, su compañero actual, o a la particular relación de compañerismo que mantiene con el inspector Garzón, sin que resulten chocantes en el contexto de la acción criminal.
Una buena pieza
Ed. Destino
288 páginas
19,85 euros
(ebook 10,44 euros)
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión