De fuera aquí
Poesía. Autores de otras demarcaciones que deben encontrar y encuentran en nuestras imprentas unas serias, sólidas y bien presentadas ediciones para sus escritos: Periférica, Aristas Martínez, Ediciones Liliputienses, De la luna libros y hasta la Editora Regional
Enrique García Fuentes
Viernes, 11 de abril 2025, 23:05
Estuvimos celebrando el año pasado los 40 años de «normalización» de la literatura en Extremadura, entendiendo por tal su enganche definitivo a las letras en ... castellano y la asunción por el mérito de encontrar a autores extremeños en primera fila nacional e internacional tanto en el campo de la poesía como en el de la prosa. Nos hemos congratulado también del hecho fundamental de que ya no sea irreversible la salida de nuestra tierra para que los autores se den a conocer y de la existencia de un cada vez más sólido conglomerado editorial, desde lo público y lo privado, como para que los escritores de aquí no precisen necesariamente de editoriales foráneas para dan a conocer sus obras. Permítanme celebrar también un hecho que se me antoja fundamental: este conglomerado de empresas ya no solo se dedica a la publicación de obras de autores de aquí; era necesario (y hasta lógico) que las puertas se abrieran también para autores de otras demarcaciones que deben encontrar y encuentran en nuestras imprentas unas serias, sólidas y bien presentadas ediciones para sus escritos. Periférica o Aristas Martínez llevan desde su fundación haciéndolo; De la luna libros también cuenta en su catálogo con otras de autores contemporáneos de fuera de aquí y Ediciones Liliputienses se ha convertido en el puente más interesante a nivel nacional para que conozcamos desde nuestra región (y desde nuestro país) la más que notable pujanza de la poesía en Hispanoamérica. De uno de estos libros (aunque el autor sea castellano) quiero hablar hoy. El otro es un ejemplo de cómo también las editoriales públicas, por obligación maravillosa más centradas en poner de relieve lo escrito aquí, permiten también resquicios para incluir en sus cuidados repertorios obras de gente que reside y escribe fuera.
Brexit
Isaac Páez
Editorial: Ediciones Liliputienses.
10 euros
Erosión
José García Alonso
Editorial: Editora Regional de Extremadura
104 páginas.
10 euros
Con el caso de 'Brexit', del sevillano Isaac Páez (1984) aprovecho, además, para reivindicar un tipo de poesía a la que mis prejuicios (cuánto tengo que aprender todavía de los que verdaderamente saben) han mantenido alejada de mí y, lo que es peor, de mis lectores; me refiero a esos versos de denuncia y rabia que, al hilo inapelable de estos desdichados tiempos que vivimos, vuelven a llenar de cólera algunas páginas y a manchar ese horizonte expedito que nos prometíamos más o menos antes de que comenzara este torticero siglo. Porque no puedo dejar de asumir que, bajo esa estola de cincelados versos, rimas curiosas y llamativos avisos, laten no solo el despego, la ira y la querella de una voz enfadada que acusa la situación a la que nos hemos visto abocados, sino también una honda vena lírica para conducir esa queja, esa denuncia a donde debiera llegar sin renunciar por eso a la «fermosa cobertura» que el Marqués de Santillana reclamaba siglos ha para aquello que queremos entender por poesía. Isaac Páez nos llega aquí de la mano de la cascabelera Ediciones Lliliputienses del vigía Cumbreño; se trata de un autor que cuenta con una trayectoria ya larga y premiada, tanto en el ámbito de la poesía como en la narración. 'Brexit' es un libro muy breve y, dicho sea de paso, todo un hallazgo de cómo vivir una poética de los días, o cómo lograr que las preocupaciones diarias de un sujeto en la cuarentena, con dos hijos y agobiante situación económica (un ejemplo demasiado común aun en el espacio digamos «acomodado») se tornen en una lírica de muy hondo calado en la que flotan la desilusión, la dependencia casi agónica y la falta de expectativas. ¿Cómo centrarse en escribir poemas? «En cuanto me pongo a escribir mi hijo pequeño se despierta / porque el hambre nunca respetó a la poesía // o es el coche o el dentista o unas gafas nuevas». La generación de nuestros hijos (ya con los suyos) sangra por su herida: «Demasiado jóvenes para dar lecciones / pero viejos ya para aprenderlas / vivimos dentro de una falla que aguarda el justo instante / de la deflagración sonora // nací en 1984 / lo sé porque mi padre aún guarda /la revista Semana del día en que nací y también murió Paquirri».
Por su parte, José García Alonso (Pombriego, León, 1962) fue uno de los fundadores de la placentina Asociación Cultural Alcancía, donde publicó su anterior obra 'Formas de seguir abrazando', y residió en nuestra región por un tiempo. 'Erosión' es un libro mayor, nada volátil pese a su aparente ligereza y sencillo transcurrir, que revela que el tiempo, con su paso, desgasta, erosiona, la vida y los afanes que en ella concebimos, achica la memoria, malea nuestro carácter y carcome nuestro cuerpo. «¡Troppo vero!», dicen que exclamó el papa Inocencio X cuando contempló el casi psicológico retrato que le hizo Velázquez; eso puede parecer al lector cuando se acerca a estos cálidos, pero inobjetables versos en los que nos descubrimos recordando a los que se fueron, evocando infancias, viajes y abandonos, viviendo nuestro cansancio consuetudinario a la par que nos apropiamos de muy cercanas reflexiones y experiencias por las que todos hemos pasado. Aunque predomina el verso en sus cuatro partes, encontramos también poemas en prosa, de un indudable hálito poético (es fácil encontrar endecasílabos si se escanden algunos de sus párrafos). Con todo, no se trata de un libro deprimente; si bien es verdad que «Apretamos el tiempo en nuestras manos / para saber que su calor se extingue» y que «Todo forma parte del mismo viaje, / de este permanecer extraño, / de esa lejanía que nos tienta y escapa» y al final «pasó con asombro la vida / y ya es domingo, su tarde / nocturna y agotada», es fácil encontrar flotando en estos sencillos versos la esperanza, el consuelo que tal vez solo la poesía (en cualquiera incluso de las dos vertientes reseñadas hoy) siempre nos produce.
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