Un amor en Venecia
Carlo Fruttero y Franco Lucentini firman esta novela original, atrevida y triste protagonizada por una ejecutiva y un guía turístico
J. Ernesto Ayala-dip
Viernes, 17 de enero 2025, 23:11
La novela que comento hoy, 'El amante sin domicilio fijo', a tenor de sus autores, me obliga a hacer un resumen. Firmaban como Fruttero (Carlo) & ... Lucentini (Franco). Escribieron a cuatro manos varios títulos, entre los cuales fue el más exitoso y refrendado por los mayores expertos en la materia (me refiero a los estudiosos de la novela negra y de intriga) 'La mujer del domingo'. Esta novela tuvo tanto éxito en su tiempo que incluso se hizo una película en la que trabajaron Marcello Mastroianni, Jean-Louis Trintignant y Jacqueline Bisset. Este increíble dúo escribió otras novelas no menos excelentemente recibidas. Una de ellas, 'La verdad sobre el caso D', está basada en la novela inacabada que dejó Dickens al morir, 'El misterio de Edwin Drood'.
'El amante sin domicilio fijo' me dejó absolutamente desconcertado, tal es su misteriosa trama junto a una historia de amor como nunca había leído antes. Una mujer, ejecutiva en una empresa de compra y venta de arte, y un guía turístico se conocen durante un vuelo que tendrá como destino Venecia. Todavía no logro explicarme como cuatro manos pudieron concebir semejante historia. No logro hacerme a la idea de que dos escritores se repartieran el trabajo de narrar con tan compacta unidad de sentido y fervor emocional. Con tanta sincronía. ¿Cómo lo hicieron? ¿De quién fue la idea? ¿Y si a los dos escritores se les hubiera ocurrido esta novela al unísono? O a lo mejor solo se le ocurrió a uno y el otro corrigió el original o hizo alguna, no muchas, sugerencias.
Ambos personajes se encuentran de nuevo ya en Venecia. Él se llama Mr. Sivera. Ella no tiene nombre, pero sí una biografía clara y transparente. Él no, solo se sabe y ella sospecha que Mr. Silvera ha dejado de hacer de guía casi en el momento de conocer a la ejecutiva. Cada uno va por su lado, pero un día deciden conocerse más. Hablan y se ríen como si acabaran de descubrir justo en ese momento la felicidad. La novela se narra a dos voces, la primera persona es la de ella, la omnisciente sigue los pasos del él. Esa voz es la que reflexiona con magistral exactitud: «La primera mirada, el primer beso, la primera noche de amor no son nada en comparación con la primera risa juntos».
En el último tercio de la novela surge el enigma que la ejecutiva necesita desvelar. ¿De quién está enamorada? ¿Quién es Mr. Silvera? Parece un hombre de mundo, un habitante de puertos y aeropuertos sin destino, como si no lo necesitara. Habla varios idiomas, conoce, más que lugares del planeta, el planeta entero. Como si hubiera estado en el pasado y se encaminara hacia el futuro. Ya lo dije, esta es una historia de amor. Como tal, más original, atrevida y triste, imposible. Para terminar, sugiero a lectura del libro de Josep Brodsky 'Marca de agua', un largo poema en prosa dedicado a Venecia.
El amante sin domicilio fijo
Fruttero & Lucentini. Traducción: Natalia Zarco. Editorial: Siruela. 284 páginas. 21,95 euros.
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