Valencia de Alcántara acogió la segunda clasificatoria del Circuito de Novilladas de Extremadura

María del Mar Santos abría cartel con un novillo burraco al que tenía que hacerle las cosas muy bien. Supo torearlo a media altura pegándole tandas por ambos pitones rematadas con pases de pecho ovacionados por los tendidos. A pesar de todo era un novillo con muy poca trasmisión. Media estocada certera y la gente aplaudió a la novillera.

Manuel Caballero salió a por todas en el segundo de la tarde al que paró con una larga cambiada desde el tercio, que continuó con un ramillete de verónicas rematado con una revolera. Brindó al público y lo paró por abajo, flexionado con la muleta. Continuó con la muleta, generando emoción desde el inicio, dando tandas rematadas con pases por abajo, que llegaron mucho a la afición. El mal hacer con los aceros hizo que la actuación quedara resumida en ovación con saludos.

Tomás Bastos salió con ganas al de Guadajira. Paró y sacó al utrero al centro del ruedo con un ramillete de verónicas rematados por dos medias. Quitó por tafalleras y puso banderillas. Con la muleta, tras brindar la muerte del novillo a su compañero Sergio Sánchez, supo entenderlo pese a que el de Guadajira estuviera parado desde el principio. Supo llevarlo a su altura en tandas cortas bien rematadas que llegaron a los tendidos. Tras unas manoletinas, una espada muy certera y como resultado, dos orejas.

El cuarto de la tarde no se lo puso nada fácil a María del Mar Santos pese a que salió con mucha decisión. Lo paró con el capote flexionada, para seguir con verónicas rematadas con una media. Brindó al público, lo paró con la muleta flexionada, pese a las dificultades del animal, y se fue de vacío.

El quinto de la tarde de Guadajira no se lo puso fácil en los primeros tercios a Manuel Caballero. Lo brindó al publico. Con la muleta no fue fácil, pero el novillero consiguió meterlo dejando tandas por derechazos que llegaron a los tendidos y quedándose al toro en distancias cortas mostró valor y torería pese a las dificultades. Una buena estocada y cortó dos orejas que le abrieron la puerta grande.

Tomás Bastos salió decidido al sexto de la noche. Se fue a la puerta de chiqueros para pararlo con una larga cambiada de rodillas y colocó los tres pares de banderillas antes de brindar al público. Con la muleta consiguió transmitir al público a base de esfuerzo y mucha torería. Dejó una buena estocada y consiguió otras dos orejas.