Rotundo triunfo de Garrido, a hombros con Juli y Perera

El pacense José Garrido logró ayer un triunfo rotundo de cuatro orejas en el segundo festejo de la Feria de San Julián de Cuenca, y salió a hombros junto a Julián López 'El Juli' y Miguel Ángel Perera, que pasearon dos apéndices cada uno.

El Juli arrancó una oreja de su primero gracias, sobre todo, a la amabilidad de los tendidos conquenses, pues a sus manos fue a parar un toro manso y distraído. El madrileño puso ganas, mas no alcanzó las cotas artísticas deseadas. La eficacia con la espada fue crucial para la concesión de la oreja. El cuarto fue un sobrero de José Vázquez noblote y bajo de raza, con el que El Juli desplegó todas sus armas para lograr el objetivo de la Puerta Grande. Se esforzó al máximo. Soberbio espadazo, que ya por sí sola valía la oreja que paseó.

Perera saludó con cadenciosas verónicas en el recibo a su primero, un toro mansurrón al que el extremeño exprimió en una labor de mucha seguridad y temple, basada, sobre todo, en el toreo al natural. Labor de menos a más, y con un final explosivo en la corta distancia. Anduvo también certero con la tizona y paseó un apéndice. El quinto fue otro manso, al que Perera, todo voluntad, le arrancó una oreja gracias a una faena en la que tuvo que acabar metiéndose entre los pitones.

Garrido toreó de maravilla a la verónica a su primero, otro toro manso, al que se impuso en una faena encimista y de mucha exposición, muy bien acogida por el respetable, que vibró, y de qué manera, con el de Badajoz, que agarró una soberbia estocada, que le granjeó el doble trofeo.

Lo mejor llegaría al final con el sexto, el mejor de la corrida, con el que Garrido, que volvió a brillar con el percal, se 'emborrachó' toreándolo por los dos pitones en una faena compacta. Gran actuación del extremeño, que aprovechó a las mil maravillas la sustitución, y acabó cortando otras dos orejas para el deleite de unos tendidos entregados.