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El extremeño José Garrido remonta con fibra una tarde perdida en el tedio

El extremeño José Garrido remonta con fibra una tarde perdida en el tedio

paco aguado / efe

Jueves, 15 de marzo 2018, 20:30

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El diestro extremeño José Garrido le cortó al sexto toro de la tarde la única oreja concedida en la corrida de celebrada hoy en Valencia, tras remontar con fibra y entrega el ambiente de una tarde que hasta entonces transcurría anodina y tediosa.

Mediada la faena de muleta del sexto toro, el quinto festejo de las Fallas se perdía en la intrascendencia y el hastío acumulados tras varias faenas de servicios mínimos, mezcla de la poca raza y aparente sosería de los ejemplares de Fuente Ymbro y la labor burocrática de Juan Bautista y Daniel Luque.

La tediosa suma de ambas actitudes, la de los toros y la de los toreros, había sumido los siempre agradecidos y aplaudidores tendidos valencianos en una especie de duermevela festivo, con la gente atenta a casi todo menos a lo que sucedía en el ruedo.

Ficha del festejo

  • Seis toros de Fuente Ymbro. De muy desigual presentación en cuanto a volumen y hechuras. En general, corrida muy medida de raza y de fuerzas pero con varios toros de manejable y noblona movilidad, con más o menos evidentes opciones de triunfo.

  • Juan Bautista. De azul noche y oro: pinchazo, estocada honda tendida y dos descabellos (silencio tras aviso); dos pinchazos y estocada honda (silencio).

  • Daniel Luque. De tabaco negro y oro: estocada caída muy trasera y descabello (ovación); pinchazo y estocada desprendida (silencio).

  • José Garrido. De verde botella y oro: pinchazo hondo y estocada caída (silencio tras aviso); estocada desprendida (oreja tras aviso).

  • En Valencia. Quinto festejo de la feria de Fallas, con algo menos de media entrada en los tendidos (unas 4.500 personas), en tarde agradable Y con algunas rachas de viento.

Y así fue hasta que José Garrido se decidió por fin a enfibrarse y a pasarse por la bragueta las embestidas del feo castaño que cerraba plaza, que se movía hasta entonces mansón y sin clase.

Pero bastó con que su matador pusiera lo que le faltaba al toro, ese punto de garra y de ajuste que la corrida estaba pidiendo a voces, para que cambiara radicalmente el panorama de la tarde.

Lo agradeció el público y lo agradeció el toro, que comenzó a embestir también con mayor entrega y profundidad, especialmente en las dos excelentes tandas de largos y vibrantes naturales que le ligó Garrido para despertar al dormidos graderío.

Fue como una segunda faena, como una prórroga en positivo que el matador alargó a conciencia y adornándose con variedad -resucitó incluso el pase llamado del "tres en uno"- para cortar esa oreja que evitó el vacío estadístico de un festejo conducido hacia la nada.

Tras una estocada volcándose, antes de la que sonó un aviso, y con el toro ya apurado y desentendiéndose, Garrido obtuvo el premio que, básicamente, venía a reconocer la actitud que les faltó a sus compañeros.

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Porque tanto el francés Juan Bautista como el sevillano Daniel Luque tuvieron toros para haber sacado más jugo artístico del que obtuvieron con un faenar casi de compromiso, manejando la lidia a ritmo de tentadero y sin pasar nunca el límite que separa el oficio y la simple corrección técnica de la apuesta y la entrega que calientan los tendidos.

El lote del diestro galo fue, probablemente, el más noble y manejable de la corrida, aun a pesar de su medida raza y fuerzas, solo que, moviéndolos siempre a prudente distancia, con el esfuerzo y el compromiso justo, Juan Bautista no dejó ver su verdadero fondo en dos trasteos comtemplados entre un silencio sepulcral.

Del mismo corte fue el primer toro de Daniel Luque, que lo movió sin exigirle ni exigirse, abriendo hacia afuera las embestidas con una habilidad ventajista que quiso envolver en la apariencia de una pausada maestría.

Los peores toros de la tarde, estos sí, fueron el tercero y el quinto, los que, por su falta de entrega y de clase, sí que justificaron que tanto Garrido como Luque utilizaran con ellos esos recursos defensivos que, por desgracia, se están viendo más de la cuenta últimamente en los ruedos.

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