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Imagen promocional de Leonard COhen en 2016.
Leonard Cohen, medio siglo de influencia

Leonard Cohen, medio siglo de influencia

El polifacético artista canadiense afianzó su asalto al mundo musical con 'Songs from a room', su segundo disco, en 1969

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Viernes, 19 de abril 2019, 21:48

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«Me encanta que las amas de casa tarareen algún tema mío. En serio».

Leonard Cohen (Montreal, 21 de septiembre de 1934 - Los Ángeles, 7 noviembre de 2016) quería algo más. Aquel veinteañero bohemio entre la reducida vida de los anglosajones de Quebec miraba más allá del horizonte al que había llegado. Como recuerda el periodista Xavier Moreno en cada entrega de 'Pioneros' (RNE) dedicada al canadiense, el amante de los hoteles ya había publicado varias novelas y poemas cuando decidió intentarlo con la música. Si el disco de debut 'Songs of Leonard Cohen' había marcado un comienzo destacable con su icónica 'Suzanne', sería en abril de 1969 cuando el lanzamiento de 'Songs of a Room' abriría una carrera que le encumbraría como uno de los compositores más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y de las décadas posteriores.

Aquel segundo disco reflejaría basado en «la abrumadora sensación de fracaso -definición del musicólogo Piero Scaruffi-» repartiría varios canciones que el mismo Cohen recuperaría constantemente hasta un nuevo recopilatorio en 2007. Trabajó en la fértil Nashville, donde encontró su propia voz para trasladar unas letras siempre reconocidas. Aquel hombre que durante años se había concentrado en sí mismo en una isla griega respiró inspiración junto Bob Johnston (también productor de Johnny Cash, Bob Dylan y Simon & Garffunkel) con una decena de canciones.

Cohen elaboró un álbum trenzado con los acordes que le enseñó un guitarrista español antes de suicidarse y trazó lo que sería su abecedeario exitoso de los primeros años. «Las atmósferas siguen intactas: el canto en un tono bajo, la guitarra acústica para subrayar los puntos más destacados con picos mínimos», compara el experto Scaruffi es su web de análisis de música contemporánea. Saludó al mundo con la apertura de 'Bird on the Wire', una canción que se convertiría en identitaria del bardo.

Un aspecto importante de aquella entrega es que sería la presentación exitosa del universo Cohen. Durante los casi 50 años de su carrera su voz se convertía en más cavernosa y rasgada para aportar matices de profundidad a sus interpretaciones, pero sus reflexiones perseguían las mismas cuestiones. «Hay muchos temas y palabras que se repiten en el trabajo de mi padre: 'roto', 'congelado', 'desnudo', 'fuego' y 'llama'», revela Adam Cohen en 'La llama' (Salamandra), el libro con poemas, dibujos y notas personales que el canadiense errante preparó antes de morir como última obra.

Poema de Leonard Choen en 'La llama'

  • «No quiero ir a ninguna parte

  • He estado en la Acrópolis (1959)

  • Me senté en las viejas piedras

  • Y me fotografié con una mujer (1970)

  • Que me atormentó toda la vida

  • Desde entonces hasta hoy (2008)»

Comparado siempre con el hoy Premio Nobel de Literatura Bob Dylan, Cohen pudo presumir de haber recibir el Príncipe de Asturias porque siempre estuvo unido a España. Enamorado de la figura de Federico García Lorca (llamó a una de sus hijas 'Lorca') y encadenado con el arte Enrique Morente, vivió uno de sus momentos más celebrados en Asturias con un discurso que recoge 'La llama'. «Todo, todo lo positivo que hayan encontrado en mis canciones y en mi poesía está inspirado por este suelo», aseguró en Oviedo.

Entre medias, vivió una vida bohemia de mujeriego enamorado de los hoteles al tiempo que guardaba un gran sentimiento religioso. Su respeto hacia la divinidad le impedía escribir la palabra 'Dios' completa incluso en sus notas personales -«una vieja costumbre judía», según su hijo.

Poema de Leonard Choen en 'La llama'

  • «Yo soy una puta

  • y un yonqui.

  • si alguna de mis canciones

  • te hizo más fácil

  • algún momento,

  • por favor, recuerda esto»

El legado de Cohen se prolongó con su actividad y se expandió amplificado por su himno 'Hallelujah' (1984). Y medio siglo después de que 'Songs of a Room' se vendiera en Estados Unidos su influencia es indiscutible. En el homenaje tras su fallecimiento se escucharon versiones de las canciones del canadiense por parte de Elvis Costello, Sting, Damien Rice, Courtney Love o Lana del Rey. Y muchas amas de casa tararearon sus canciones.

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