Un tipo de seta provoca intoxicaciones de perros en el parque del Rodeo de Cáceres

La perra afectada empezó a manifestar síntomas de encontrarse mal unas seis horas después de comer de esta seta. «Se pasó toda la noche vomitando», detalla la dueña, que prefiere no dar su nombre. Por la mañana acudieron a la clínica veterinaria San Martín, en donde aún permanece ingresada, en proceso de recuperación con un tratamiento de fluidoterapia a base de protectores hepáticos. Se trata de una perra de la raza chihuahua de pequeño tamaño (cuatro kilos aproximadamente), por lo que aunque la cantidad ingerida fue pequeña, los efectos han sido potentes. La toxicidad es similar para los humanos, con consecuencias que van desde la intoxicación leve hasta el fallo multiorgánico que puede llegar a provocar el fallecimiento. En algunos casos se requiere también trasplante de hígado.

Este no es el único caso, aunque sí el más grave, que ha pasado por este centro en los últimos días, tal y como explica su director, Renato Asprella, que ha decidido dar la voz de alarma a través de redes sociales. «No podría decir el número exacto de casos porque en los últimos 15 días ha habido también muchas gastroenteritis», precisa, pero sí puede asegurar que han sido varios los canes intoxicados por esta variedad que, tal y como describe este facultativo, «provoca una degradación del citoplasma», es decir, «la muerte celular». Estamos en pleno otoño, temporada de setas, pero este veterinario nunca había tenido en su clínica una situación similar.

Precisa que él no ha visto directamente las setas en el parque del Rodeo, pero sí un farmacéutico al que pidió asesoramiento y que las localizó en esta zona verde en la que suelen pasear muchos perros con sus dueños. Le consta que también han aparecido ejemplares de esta especie en otros parques de la ciudad por lo que cree que la Policía Local debería establecer algún tipo de indicativo para que los dueños extremen las precauciones si pasean por parques en los que puedan darse estas setas.

Señala que son perros urbanos los más proclives a remover la tierra y probar estas setas, ya que los perros de campo están más acostumbrados a ver setas, sin ingerirlas.

Jesús Teixido Gómez es miembro de la Asociación Micológica de Extremadura. Tilda de «normal» la situación y coincide con Renato Asprella en que son los perros más «caseros» los menos acostumbrados al entorno natural, los que suelen remover la tierra y en un momento dado morder alguna seta, pero que «no es lo habitual». Apunta además a que las setas suelen salir siempre en los mismos sitios por lo que no es una situación novedosa ni que justifique una «alarma social».

Según la página web especializada en micología 'Cesta y setas' esta especie «fructifica preferentemente en zonas cercanas a asentamientos humanos, generalmente en zonas herbosas de paseos, parques y jardines, bajo cedros, cipreses y pinos, ocasionalmente en zonas de cultivo, claros de todo tipo de bosques y dunas litorales». Por ello, recomienda esta publicación «extremar la precaución en caso de niños y mascotas».

Una de las características de esta seta, que tiene un olor ligeramente desagradable es su pequeño tamaño, con un sombrero de dos a cinco centímetros de diámetro y un color entre blanquecino y rosáceo con una especie de moteado de color marrón en la superficie.