Las religiosas se despiden por carta de sus colaboradores cacereños
M. J. T.
Jueves, 17 de septiembre 2020, 07:52
La marcha de las Hermanitas de los Pobres de la ciudad está a la vuelta de la esquina y las religiosas han querido despedirse de sus colaboradores cacereños. Han remitido una carta para agradecerles su vinculación a la casa y explicar, de paso, los motivos que han provocado la decisión.
«Después de 141 años de presencia en la ciudad de Cáceres, sentimos vernos obligadas a dejar definitivamente nuestra casa en esta maravillosa ciudad, que nos ha acogido y ayudado tan generosamente en el desempeño de nuestra labor», reza el texto, fechado el pasado día 2.
«El único motivo de nuestra partida se debe a la dolorosa falta de vocaciones en la congregación, indispensables estas para poder seguir desarrollando nuestro cometido con fidelidad a nuestro carisma», sigue la misiva. Por ahora, no hay una fecha exacta para que las religiosas abandonen el edificio de la avenida de España. Pero la previsión es que sea este mismo mes, ya que el nuevo grupo propietario del inmueble prevé comenzar a gestionarlo en octubre.
Las religiosas recuerdan en la carta que seguirán ejerciendo su labor en la residencia que tienen en Plasencia «y en todas las demás casas repartidas por el resto de España». Y aprovechan, de paso, para recordar a los colaboradores que pueden seguir realizando sus aportaciones para el resto de centros que gestionan. Por último, facilitan el número de cuenta corriente habilitada para los donativos de la casa de Plasencia.
Desde 1879
Se acaba así una historia que arrancó en 1879, cuando la congregación se estableció en la ciudad. Lo hizo primero en el número 23 de la calle Caleros, un asilo donde empezaron a atender a los ancianos de la provincia que no disponían de recursos ni de familiares que se pudieran hacer cargo de ellos. Debido a la alta demanda, en 1882 comenzó a construirse su sede actual, en Cánovas, que fue totalmente reformada en 1982, justo cien años después.