La Policía no descarta la participación de una tercera persona en el robo de Atrio

Sin embargo, todavía quedan muchas incógnitas por despejar. Además del paradero de los caldos y de identificar al comprador o a los compradores, hay otra cuestión, sobre la que ya se habló cuando sucedieron los hechos, a la que la Policía trata de dar respuesta.

¿Participó una tercera persona en el que ya ha sido calificado como el robo del siglo? ¿Había alguien esperando en el coche que había estacionado en las proximidades del casco histórico al que se subió la pareja cuando abandonó el hotel a las cinco y media de la mañana con el botín?

Tras ser preguntados por la posible implicación de otras personas en el caso, los agentes que forman parte de la investigación policial no quisieron entrar en demasiados detalles, pero no descartaron esta opción. «Tenemos diferentes vías de investigación pero en principio los autores materiales fueron ellos dos», respondió sobre esta cuestión Luis Carlos Caballero, jefe de la brigada de la Policía Judicial de Cáceres, el pasado miércoles durante la rueda de prensa ofrecida tras la detención el lunes por la tarde del hombre de 47 años y doble nacionalidad rumana y neerlandesa y de la mujer de 29 años mexicana como presuntos autores.

La grabación de las cámaras de seguridad que maneja la Policía permite ver cómo la pareja sale por su propio pie del hotel de Atrio con la mercancía repartida en tres grandes mochilas. También se ve cómo descienden por la calle Ancha, a la altura del Parador de Turismo, en dirección hacia el vehículo. La cuestión es si había alguien al volante del coche para escapar lo más rápido posible.

Por cierto, el vehículo que emplearon para iniciar su escapada a Madrid, donde tenían fijada su residencia, fue localizado abandonado. Lo usaron para salir de Cáceres y no volvieron a cogerlo. Estuvieron poco tiempo en la capital de España. Rápidamente pusieron rumbo a Rumanía.

Otra de las incógnitas abiertas durante la investigación planteaba la posibilidad de que los autores materiales hubieran recibido ayuda de alguien que conocía bien el funcionamiento de Atrio. Los agentes dejaron claro en su comparecencia que los arrestados han demostrado estar altamente especializados al perpetrar el robo «con una planificación milimétrica». Visitaron, además, hasta en tres ocasiones el restaurante antes de cometer los hechos para estudiar el escenario a la perfección. Y la llave maestra con la que abrieron la bodega para sacar los vinos la sustrajeron la noche del robo.

«Estaban alojados. Pidieron una ensalada al recepcionista, que era el único empleado que estaba en el hotel, y aprovecharon el momento en el que se fue a la cocina para bajar –fue el varón; ella se quedó en la habitación–, sustraer la llave maestra, entrar en la bodega y llevarse el vino», detalló Caballero.