Médicos del Mundo ve graves carencias en el acceso a la salud de los temporeros migrantes de la provincia de Cáceres
Un informe impulsado por la Diputación y centrado en la población marroquí de Campo Arañuelo detecta un importante déficit en la atención sanitaria a este colectivo
«El ejercicio del derecho a la salud por parte de la población migrante temporera está determinado por el contexto social y político». Así arranca ... un extenso informe de Médicos del Mundo, impulsado por la Diputación de Cáceres, que advierte de notables carencias en la atención sanitaria a los inmigrantes de la provincia que se dedican a las tareas agrícolas, especialmente en la comarca de Campo Arañuelo, donde se ha centrado el estudio al ser la zona en la que se concentra una mayor cantidad de temporeros extranjeros, la inmensa mayoría marroquíes.
El informe ha sido elaborado a partir de un trabajo de campo realizado de mayo a noviembre de 2022 por Guillermo Yunquera y Sylvia Martín Sánchez, con el apoyo en la traducción e interpretación de la voluntaria de Médicos del Mundo Salma Afkir, además de la colaboración de Pablo Iglesias Rionda, técnico de Incidencia Política de esta ONG en España. Incluye más de medio centenar de entrevistas personales y grupales en las que participaron 60 mujeres y 30 hombres.
El diagnóstico parte de la base de que «la situación actual del sistema de salud es crítica a nivel general, particularmente en el área de salud de Navalmoral de la Mata». Habla de falta de médicos, pocos recursos, servicios saturados, largas listas de espera, sobrecarga de trabajo, bajas no cubiertas y excesiva rotación del personal, una realidad que afecta a toda la población de la zona pero se ceba especialmente, según señala Médicos del Mundo, con una población inmigrante mayoritariamente de origen marroquí y que se dedica en su práctica totalidad a trabajar en el campo como temporeros.
Médicos del Mundo detecta además que esta situación está generando un fenómeno preocupante, que define como «una actitud protectora del sistema sanitario frente a la población 'que no es de aquí', incluso frente a la población de origen extranjero nacida en España. Menciona en concreto reticencias a aplicar programas que favorezcan la interculturalidad y una idea extendida de que «las mejoras de determinados aspectos del sistema sanitario deben hacerse para la población autóctona, sin incluir a las personas migrantes».
La investigación señala también que esta falta de recursos sanitarios dirigidos a la población, junto con las costumbres marroquíes, han hacho surgir «estructuras de apoyo» ajenas al sistema que se articulan casi siempre en torno a las comunidades religiosas.
El informe de Médicos del Mundo identifica varias barreras a las que se enfrenta la población migrante de Campo Arañuelo en relación a la sanidad. La primera de ellas es que, para obtener la tarjeta sanitaria, Extremadura es una de las comunidades que exigen a los extranjeros el «certificado de no exportación», que emite el consulado de cada país y además hay que renovar con frecuencia, y que en el caso de la población marroquí de la provincia de Cáceres les obliga a desplazarse a Sevilla. También tienen a menudo dificultades para encontrar un domicilio en el que empadronarse, algo imprescindible para obtener la tarjeta.
«Si no hablas español el médico te da un paracetamol y te manda para casa»
El informe de Médicos del Mundo sobre el acceso a la salud de los migrantes temporeros incluye diversos testimonios de primera mano recogidos durante el trabajo de campo, en el que los investigadores se entrevistaron con un total de 90 personas.
Una de ellas es una inmigrante de segunda generación que se refiere a la barrera que supone el idioma. «Hay gente que viene de la montaña y que no ha visto un colegio en su vida, y si no hablas español el médico no te hace caso, te da un paracetamol y te manda para casa», afirma esta mujer, cuya identidad se omite.
Sobre cómo afecta su condición de inmigrante a la salud mental habla en Navalmoral de la Mata una temporera sin papeles llegada desde Huelva, cuyo marido, hijos y padres se han quedado en Marruecos: «Desearía irme a mi casa, pero allí vivimos en unas condiciones muy malas, por lo que tengo que sufrir un poco. Les echo de menos (silencio y lágrimas). Pido que a mis padres no les pase malo porque son muy mayores».
Otra barrera es el idioma y las dificultades de comunicación. La mayor parte de los inmigrantes de la comarca proceden de la zona rural de Oujda, una de las más pobres de Marruecos, y presentan altos niveles de analfabetismo. La cultura, la tradición y la religión también actúan a menudo como barreras, según el informe, al determinar los estilos de vida o los conceptos de salud y enfermedad. En este sentido, Médicos del Mundo se hace eco de los profesionales sanitarios que consideran «fundamental» crear programas de mediación intercultural que trabajen con las familias marroquíes, y en especial con las mujeres.
Tratos discriminatorios
El estudio destaca por otro lado que los migrantes entrevistados, si bien en un principio valoran el sistema sanitario en comparación con el de su país de origen, a medida que avanza la charla comentan «tratos discriminatorios o negativos» en la atención.
Médicos del Mundo aborda a demás en el informe otros aspectos vinculados con el derecho a la salud. Uno de ellos son las condiciones del trabajo agrícola, sobre las que se refieren ante los entrevistadores largas jornadas, salarios bajos, incumplimiento de contratos, impagos, trabajo a destajo y hasta «malas formas verbales y abusos basados en la discriminación y la xenofobia», todo ello «acentuado entre las mujeres y en mayor medida si son de mayor edad y no conocen bien el castellano», señala el estudio, que concluye que «el bienestar de la población temporera se encuentra a merced de la buena voluntad de los empresarios y capataces (a menudo de origen extranjero), generando un estado de gran dependencia, ansiedad e indefensión».
Ante este escenario, Médicos del Mundo ve necesario realizar estudios sobre problemas de salud vinculados al trabajo agrícola, que sí existen entras comunidades autónomas pero no en la provincia de Cáceres. «Se han observado entre la población marroquí temporera decenas de lesiones de espalda (hernias), articulaciones, cáncer, depresión, ansiedad, etcétera.», indica la ONG, que advierte de un fenómeno «alarmante»: «La identificación de varios casos, no puntuales, de marroquíes con enfermedades graves a quienes se mantiene en Atención Primaria a base de calmantes, sin una correcta derivación ni diagnóstico».
El estudio se fija también en la salud mental de los migrantes temporeros. La mezcla de falta de estabilidad económica, trabajo precario y sensación de desarraigo repercute especialmente entre las mujeres marroquíes, que a menudo sufren además una represión dentro del hogar de la que solo se hacen conscientes una vez que llevan tiempo viviendo en España. «Son ellas quienes más acuden a las ONG de la zona manifestando problemas como depresión o ansiedad», apunta el informe.
Recomendaciones
Médicos del Mundo realiza en su informe varias recomendaciones para mejorar la atención sanitaria a los migrantes de Campo Arañuelo. Ve «alarmante» que no exista ningún registro del SES en la zona que analice el vínculo entre el trabajo en el campo y determinadas dolencias y enfermedades, por lo que urge a realizar estudios específicos al respecto. Además, considera necesario «adaptar el sistema sanitario a las realidades migratorias».
También pide Médicos del Mundo simplificar y flexibilizar los trámites administrativos, adaptar el sistema de citas, compatibilizar horarios o mejorar el transporte público. Otra recomendación es formar a los profesionales sanitarios en orientación intercultural y crear una bolsa de traductores y mediadores con la población migrante.
Dedicar programas específicos para las mujeres y mejorar el apoyo psicológico también son peticiones del informe.
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