Los restos hallados en las obras del AVE en Cáceres son romanos y se volverán a tapar

La aparición de estos restos, adelantada por HOY, ha obligado a intervenir a la Consejería de Cultura, que este lunes comunicó a este diario las medidas que se adoptarán una vez que sus técnicos han calibrado el valor del hallazgo. Se hará una excavación «en profundidad» de los restos con el objetivo de documentarlos y precisar su cronología. De momento, la Junta no aclara si las ruinas corresponden a una explotación de aceite o están relacionadas con el mundo del vino.

«Una vez excavados y documentados, los restos arqueológicos se cubrirán con arena y material geotextil para garantizar su preservación bajo la superficie pero no se alterará el trazado del proyecto de obra», apostilla la Consejería de Cultura.

Hay que recordar que estos restos han salido a la luz en las obras que Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) ejecuta en este punto para suprimir el paso a nivel existente y sustituirlo por un paso inferior. Todo ello, encaminado a facilitar la circulación de los nuevos trenes rápidos que llegarán a la región.

El yacimiento surgido durante el movimiento de tierras ha sacado a la luz un contrapeso de granito, sillares, material cerámico en superficie y mampuestos alineados formando estancias y estructuras hidráulicas, según la información facilitada por la administración autonómica.

Investigadores y conocedores de la zona ya habían apuntado el posible origen romano del hallazgo. De hecho, el punto donde ha aparecido la explotación agraria se conoce como Cerro de los Romanos. En diferentes localidades de la provincia, como Arroyo de la Luz o Alcuéscar, existen yacimientos de similares características.

Adif alertó a la Junta de Extremadura de la aparición de restos arqueológicos el 22 de marzo. Entonces, según precisa el administrador de infraestructuras ferroviarias, los trabajos se encontraban en su fase inicial, consistentes en las tareas de desbroce y preparación del terreno. Las obras han seguido su marcha sin afectar al yacimiento.

La posible aparición de vestigios estaba contemplada en el proyecto, según indica Adif. El hallazgo no ha sido una sorpresa. De hecho, la obra cuenta con su propio seguimiento arqueológico y antes de proceder al movimiento de los terrenos se solicitaron los permisos pertinentes a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura, explica Adif.

Los restos se encuentran en el punto kilométrico 61/026 de la línea de ancho convencional Aljucén-Cáceres, a unos cinco kilómetros al sur de la estación ferroviaria de la capital. La zona se encuentra precintada y se prohíbe el paso a toda persona ajena a la obra.

Los trabajos proyectados por Adif en este enclave plantean como alternativa al paso a nivel ejecutar un paso inferior y su camino de acceso, cuyo trazado discurrirá en paralelo a la línea férrea en la mayor parte de los 479 metros de su recorrido. El paso inferior consistirá «en una estructura prefabricada construida en otro lugar cercano, para su posterior emplazamiento bajo la vía mediante el empuje en diferentes fases con gatos hidráulicos», detalló Adif el pasado noviembre cuando adjudicó las obras.

El del camino de Santa Olalla es uno de los 20 pasos a nivel que Adif está suprimiendo en toda la región con el objetivo de reforzar la seguridad y facilitar de esta manera la circulación del tren rápido. Los pasos a nivel existentes suponen una situación de riesgo por la confluencia del tráfico ferroviario y el de vehículos en un mismo punto.

Muy pendiente de estos hallazgos ha estado Rubén Núñez, autor del blog 'Cáceres al detalle', donde cuenta curiosidades sobre la ciudad y su entorno. Su última entrada ha estado dedicada, precisamente, a este yacimiento. «Con mucha probabilidad nos encontramos frente a los restos de una villa romana, una de las que sembraban los campos que rodeaban a Norba Caesarina y que se dedicaría al cultivo de la aceituna, la uva y el trigo, donde se produciría un gran aceite y un gran vino y donde vivirían los dueños o señores junto con los esclavos que trabajarían la tierra», escribió el 29 de marzo.

El protocolo que maneja la Consejería de Cultura para este tipo de hallazgos establece que el primer paso consiste en catalogar y documentar las piezas. Más tarde, si los restos tienen entidad y pueden transportarse, pasarían a los depósitos del Museo de Cáceres. Si los vestigios no tienen mucha relevancia, se cubren. Y si son muy importantes pero no se pueden desplazar, se modificaría el proyecto de obra, cosa que no se va a hacer en este caso.