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Cinta de tratamiento manual de los residuos domésticos con operarios trabajando en el ecoparque de Cáceres. :: jorge rey

Freno a los residuos domésticos

El Ecoparque trata anualmente una media de 54.000 toneladas de basura, de las que recupera para nuevos usos un 35 por ciento

Domingo, 17 de noviembre 2019, 09:16

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El sencillo gesto de separar los desechos que generamos en el hogar y depositar la basura en los contenedores y cubos adecuados, puede ayudar a reducir en gran medida la cantidad de residuos domésticos que terminan en el vertedero tras su selección y tratamiento en los ecoparques de la Junta de Extremadura.

La imagen actual de estos vertederos dista mucho de la que veíamos años atrás, cuando montañas de basura y trastos viejos se acumulaban en escombreras próximas a los núcleos de población. Hoy son espacios perfectamente 'ordenados', y con un protocolo de gestión, donde acaban los restos de materia orgánica, enseres y materiales que no se pueden reciclar.

En el caso del Ecoparque de Cáceres, que trata anualmente una media de 54.000 toneladas de residuos domésticos, solo el 35 por ciento de estos se recuperan para una nueva vida en el mercado. El 65 restante es depositado en celdas de una hectárea que tienen una vida útil de dos años. En ellas, compactadas para disminuir su volumen, se encajan como en un puzzle las pacas de rechazo, como se denomina al material que se desecha. En el vertedero cacereño, la celda cinco está al final de su vida y ya se ha construido la sexta.

El objetivo de Europa es que en el año 2035 lleguen a los vertederos el 10 por ciento de los residuos

La normativa europea es cada vez más estricta en cuanto a contaminación ambiental, y el objetivo de la Comisión es que en el año 2035 lleguen a los vertederos solo el 10 por ciento de los residuos que generamos.

El ecoparque recepciona envases (todos los que se depositan en el contenedor amarillo), enseres voluminosos (sofás, colchones, muebles, etcétera) y demás desperdicios, para someterlos a un exhaustivo proceso de tratamiento que concluye, en unos casos, con la reutilización de los componentes que se recuperan y, en otros, con su enterramiento en las celdas del vertedero.

Selección previa

Si se hiciera la selección previa en casa y se usaran correctamente los diferentes cubos de colores, se contribuiría a aminorar la fracción de rechazo con destino al vertedero. Si por el contrario se mezcla, por ejemplo, papel o cartón con materia orgánica que mancha, lo que hacemos es condenar al cementerio a materiales que podrían tener un segundo uso. «Por eso se pide a los ciudadanos ese esfuerzo, porque aunque aquí tecnológicamente si esta línea tuviera 30 pasos y pudiéramos separar las fracciones, de nada nos sirve un plástico que viene manchado de aceite, pierde su valor a la hora de reciclarlo porque ya hay que darlo otro proceso más, habría que lavarlo, etcétera...», detalla Antonio Moreno, jefe de servicio de Prevención y Calidad Ambiental de la consejería de Transición Ecológica de la Junta, que junto al director general de Sostenibilidad, Jesús Moreno, y varios responsables de la sociedad pública GESPESA y de Urbaser, han acompañado a este diario en un recorrido por las instalaciones de la planta cacereña.

El Ecoparque da servicio a una población de más de 131.000 habitantes, con 28 municipios en su área

El periodo de explotación cumple en diciembre y Gespesa tiene que sacar a licitación la nueva contrata

Este Ecoparque da servicio a una población de más 131.000 habitantes, con 28 municipios en su área de gestión, y cuenta con las líneas de tratamiento de envases, enseres voluminosos y restos de origen doméstico. La de envases está más automatizada, mientras que la que gestiona la fracción restos requiere de mano de obra extra por la dificultad que conlleva tratar la basura mezclada. Son los operarios los que se encargan de seleccionarla manualmente en la cinta mecánica. La instalación tiene en plantilla a 36 empleados que completan dos turnos laborales. El de mañana lleva a cabo las principales tareas del proceso de producción, mientras que el de la tarde se encarga del mantenimiento y limpieza.

El ciclo en la planta comienza con la entrada de los camiones de recogida en el recinto. Una vez pesada su carga, en una primera etapa se separan los enseres pesados. Un operario controla este punto para evitar daños en la maquinaria. (El proceso completo no está exento de complejidad y tiene sus particularidades en cada línea).

Grosso modo, en el tratamiento de los restos orgánicos una criba giratoria abre las bolsas, al tiempo que separa del resto de fracciones la de 70 milímetros, es decir, la que se considera materia orgánica. Un electroimán detecta los componentes férreos que pueda contener esa materia antes de pasar a una nave donde fermenta. Tras la fermentación debe permanecer un período madurando. Y en un último afino se aíslan los pequeños residuos que se cuelan en el primer filtrado.

Compostaje

La materia limpia y preparada está ahora lista para su venta y uso como compostaje en agricultura. Sin embargo, la normativa europea es restrictiva con este uso y a partir del 2023 esta materia deberá proceder de la recogida selectiva de la basura orgánica de los hogares. «Una de las ventajas es que si recojo separadamente la materia orgánica voy a poder hacer un compost que podrá ser ustilizado en agricultura y otros usos sin que vaya contaminada de restos inorgánicos», remarca el director general. Precisamente, ya se están llevando a cabo experiencias piloto con la instalación del quinto contenedor para la recogida selectiva de la basura orgánica.

Los objetos voluminosos, por su parte, pasan por una trituradora que, a su vez, extrae sus diferentes componentes (textiles, madera, papel cartón, etc). Las fracciones aprovechables se gestionan en la línea, y las irrecuperables van al vertedero. Un ejemplo son los colchones, que precisarían de tecnología muy específica o mucha mano de obra para separar las espumas, muelles y el resto de sus elementos. En el ecoparque terminan desechados en el vertedero de graneles. Pese a que la recuperación de sus piezas resulta inviable, cumplen un fin: se disponen en los taludes del vertedero para protegerlo.

Las instalaciones del ecoparque, propiedad de la Junta de Extremadura, las gestiona GESPESA y las explota la unión de empresas Urbaser y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). La adjudicación se hizo por diez años que se cumplen en diciembre, por lo que la sociedad pública sacará «en breve» licitación la nueva contrata.

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