Fallece a los 89 años Elpidio Bernáldez, referente de la música y la moda

«Luché mucho para que el día de Extremadura coincidiera con la festividad de la Virgen de Guadalupe. Me decían que estaba loco porque no se podía unir la devoción a la Virgen con el día de la región. Todos los años, cuando llegaba el 8 de septiembre, ponía un cartelito en el escaparate de mi tienda en el que recordaba que era el día de Santa María de Guadalupe, patrona de Extremadura y reina de la Hispanidad». Caprichos del destino, Elpidio Bernáldez (Cáceres, 1931) falleció ayer, 8 de septiembre, a los 89 años de edad en el Hospital Universitario de Cáceres como consecuencia de una dolencia cardíaca. Deja viuda, tres hijos y siete nietos. Su funeral se celebrará hoy, a las once de la mañana, en la capilla del tanatorio San Pedro de Alcántara. El aforo está limitado a 25 personas por las medidas preventivas para evitar contagios por coronavirus.

Cacereño y cacereñista, Bernáldez nunca ha ocultado su pasión por la ciudad, la región y su devoción por la Virgen de Guadalupe. Pero su gran reconocimiento local le ha venido de otros dos ámbitos: la música y la moda. Fue uno de los fundadores de la Asociación Musical Cacereña, colectivo que el año pasado celebró su 50 aniversario. Bernáldez ocupó su presidencia durante más de un cuarto de siglo, desde donde programó múltiples conciertos de género clásico y lírico que tenían como escenario habitual la sala Clavellina. También estuvo detrás de la puesta en marcha de la Peña Flamenca de Cáceres.

A los 14 años comenzó a trabajar en una sastrería, donde aprendió el oficio. Más tarde, cambió los trajes masculinos por la confección de modelos de mujer. Junto a su hermano Leo, abrió en la calle San Pedro de Alcántara una boutique que se convirtió durante décadas en una referencia para la ciudad. El local estuvo abierto al público 44 años. Rostros conocidos como la cantante María Dolores Pradera o las actrices Charo López e Irene Gutiérrez Caba lucieron sus modelos. Elpidio y Leo cosían a medida y llegaron a tener cinco empleadas en su taller de costura. Hasta Cáceres llegaban novias de todo el país para adquirir uno de sus diseños. En el escaparate de este local era donde cada 8 de septiembre Elpidio recordaba que era el día de la Virgen de Guadalupe. Los patronos de Extremadura también ocupaban un lugar importante en su lista de prioridades. Presidió la Hermandad de Nuestra Señora de Guadalupe y San Pedro de Alcántara, que cuenta con un centro pastoral en el Cruce de las Herrerías.

Se crió en la calle Parras en el seno de una familia numerosa. Fue el cuarto de siete hermanos. Hijo de un trabajador del Hospital Provincial y de un ama de casa oriundos de Piedras Albas, sintió desde pequeño una especial predilección por la música. Siempre amable y educado, a Elpidio los reconocimientos le llegaron en vida. Uno de los más especiales fue el que en el año 2010 le brindaron la Compañía Lírica Extremeña y el Gran Teatro al dedicarle una butaca del recinto. El asiento 1 de la fila 6 lleva su nombre. Bernáldez también conoció la tragedia. Sus ojos se humedecían al recordar la muerte de una de sus hijas.

Otra de sus facetas era la de recopilar artículos de prensa (desde 1965) relacionados con personajes destacados de la región. Llegó a reunir 4.000 publicaciones, que donó al Museo Pedrilla para ponerlas a disposición de los investigadores.

Ayer, tras conocerse su fallecimiento, se sucedieron las muestras de condolencias desde el ámbito cofrade, al que estaba muy unido. También desde el Gran Teatro. Elpidio Bernáldez se ha marchado con tres deseos por cumplir: «Conseguir un nuevo Conservatorio, un busto para el maestro Solano y que Guadalupe pase a una diócesis extremeña», dijo en su última entrevista concedida a HOY el año pasado.