«El diseño de nuestra sede en la plaza de los Golfines de Cáceres será también de Emilio Tuñón»
miguel galán. gerente de la fundación atrio ·
Este cacereño está al frente del nuevo proyecto de Toño Pérez y José Polo, cuya puesta de largo es este fin de semana con el festival Atrium MusicaeMiguel Galán Corbacho (Cáceres, 1996) es el gerente de la jovencísima Fundación Atrio, cuya puesta de largo será este fin de semana con el ... estreno de Atrium Musicae, un festival de música clásica que se celebra de viernes a domingo con cinco actuaciones en cuatro enclaves de la ciudad y en el Museo Vostell Malpartida. El reloj de la Plaza de San Mateo marca las once de de la mañana y dentro del hotel-restaurante recién galardonado con tres estrellas Michelin se ultiman los detalles del evento.
Galán estudió Finanzas y Contabilidad en la UEx. Durante su etapa universitaria comenzó a trabajar en Atrio como camarero. Se inició así una relación que se ha estrechado con el paso del tiempo. Más tarde, se marchó a Londres para mejorar su nivel de inglés y ganarse la vida en el sector de la hostelería. Después cursó un máster en Finanzas en la 'Business School' de ICADE (Universidad Pontificia Comillas), en Madrid. Llevaba algo más de un año en Fráncort, donde trabajaba en banca de inversión, cuando recibió la llamada de Toño Pérez y José Polo -Jose, sin tilde, para su entorno más cercano- para ponerse el frente de la fundación. «Estaba bastante cómodo y tenía un buen grupo de amigos», indica sobre su estancia en Alemania. Pero no lo dudó. Hizo las maletas y regresó Cáceres. «Me lo paso pipa», reconoce.
–Hoy, viernes, comienza el festival Atrium Musicae. Es la gran presentación en sociedad de la fundación. ¿Hay nervios?
–Estamos muy nerviosos, ultimando todos los detalles. La suerte es que lo estamos pasando fenomenal. Lo hablaba con Antonio Moral –gestor musical y director del festival–. Es muy bonito que la gente te lo reconozca y te dé la enhorabuena por el proyecto. Queremos que sea lo más. Será anual y puede que con el tiempo en lugar de durar un fin de semana sea más extenso.
–¿Qué previsión de afluencia de público tienen?
–Los únicos números que tenemos son los de las entradas prémium del Gran Teatro, que se han vendido todas. Pero en el resto de espacios, al ser gratuitos, estamos expectantes ante la respuesta de la gente.
–El festival es el inicio de algo más ambicioso. La Fundación Atrio ha nacido con varios objetivos. Uno es el cultural.
–Sí, además del festival, promovemos la formación musical con los niños en las escuelas. Nos gustaría llegar a la mayor parte de los colegios de Cáceres y que los niños puedan tener una buena enseñanza musical en edades tempranas para que les ayude a desarrollarse cognitivamente. Empezamos con el proyecto en el colegio Castra Caecilia –con clases de música creativa y musicoterapia– y desde este enero estamos también en el colegio Gabriel y Galán.
–Otro de los pilares de la fundación es el gastronómico. ¿Cómo será el máster que ofertarán?
–Creemos que con la experiencia y los profesionales que tiene Atrio podemos aportar mucho a la sociedad y a los estudiantes del mundo culinario. Estamos dándole vueltas a ver cómo lo engranamos para que empiece a rodar. La idea sería dar clases tanto teóricas como prácticas en Atrio.
–Hablan también de la rehabilitación del patrimonio como uno de sus fines.
–Sí y ponemos como ejemplo la recuperación de Casa Paredes, que ya la estamos disfrutando. Lo próximo será la rehabilitación del edificio de la Plaza de los Golfines, donde estará la sede de la fundación.
«Me lo paso pipa», admite
–¿Se encargará también Emilio Tuñón del diseño de la obra?
Sí, será el mismo equipo. Queremos que todos nuestros edificios tengan el lenguaje y la personalidad que ellos imprimen.
–También está entre sus fines la investigación.
–Todo empieza porque Jose y Toño tienen unos buenos amigos que tienen la Fundación Cris contra el cáncer y les apetece mucho ese proyecto. Nos gustaría, si en el día de mañana viene una enfermedad como ha podido ser el covid, que en nuestros fines esté ayudar a la población que lo esté sufriendo.
–La idea de los fundadores es que todos sus bienes pasen a formar parte de esta organización sin ánimo de lucro y que su legado permanezca en Cáceres cuando ellos no estén. ¿Con qué presupuesto han echado a andar?
–Se están haciendo donaciones desde las sociedades para llevar a cabo este tipo de proyectos. El objetivo es tratar de conseguir de entidades privadas la mayor cantidad de dinero posible para poder llevar a cabo más acciones sociales. Toda persona que quiera colaborar con la fundación puede hacerlo.
–Destaque una cualidad de Jose y otra de Toño.
–Profesionalmente son brillantes. Toño es el trabajo duro, tiene una capacidad de trabajo brutal. Es alucinante. Si tengo que trabajar con él, soy incapaz de salir a tomarme algo el día de antes porque tengo que estar al doscientos por cien. Y aún así no le llego. Y Jose es mágico. Es una persona muy inteligente, que ve las cosas de una forma que muy pocas personas son capaces de ver. Y eso le permite estar donde está.
–¿Cómo ve la fundación dentro de unos años? ¿En qué le gustaría que se convirtiera?
–No nos ponemos objetivos a largo plazo. Hay que trabajar duro y hacer las cosas bien. Jose y Toño nos han enseñado que hay que cuidar cada detalle de cada proyecto y de cada acción que hagamos. Iremos poco a poco.
Cinco conciertos de música clásica en tres días
El festival Atrium Musicae arranca este viernes con un presupuesto de 41.360 euros. La programación incluye cinco conciertos en tres días. Todos son gratis, salvo el que se celebrará en el Gran Teatro. El concierto a cargo de Schola Antiqua en la Concatedral de Santa María será el encargado de abrir el ciclo. Comenzará a las 20.00 horas. La iglesia de San Juan y el Museo Vostell Malpartida completan los escenarios del certamen. Por Cáceres pasarán este fin de semana el organista Daniel Oyarzabal, el barítono Manuel Walser y el pianista Alexander Fleischer, la violonchelista iris Azquinezer y el Cuarteto Cosmos.
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