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El suceso tuvo lugar en Arroyo de la Luz el 24 de agosto. :: Hoy

Denuncian por estafa a las personas a las que Sofía Tato envió 100.000 euros

La defensa de su marido, que la mató supuestamente en defensa propia, sostiene que ella era víctima de las ‘cartas nigerianas’

Sergio Lorenzo

Cáceres

Sábado, 24 de marzo 2018, 08:49

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Sofía Tato, la vecina de Arroyo de la Luz que murió como consecuencia de la puñalada propinada por su marido el pasado día 24 de agosto, podía haber sido víctima de la estafa de las ‘cartas nigerianas’, en las que se habría gastado los 100.000 euros que tenía ahorrados en una cuenta bancaria junto a su pareja, Santiago C.

Como se ha informado, la defensa sostiene que el esposo de Sofía Tato se defendió de los ataques de su ella cuando se encontraba dormido. A las siete de la mañana de ese 24 de agosto se despertó violentamente cuando, según ha alegado, ella le estaba atacando con un arma blanca; su mujer llevaba puesto un guante de látex en la mano con la que sujetaba el arma blanca.

Según el relato de los hechos que ha realizado la defensa, él le arrebató el cuchillo e impulsivamente se lo clavó a su esposa, ocasionándole la muerte. Él tenía 16 heridas y ella una. Santiago C., permaneció varios días ingresado en la UCI del Hospital San Pedro de Alcántara. Cuando se recuperó de las heridas, fue internado en el Centro Penitenciario de Cáceres, de donde salió el pasado 1 de diciembre.

La principal tesis de la investigación es que Sofía Tato se habría gastado todos los ahorros de la familia, alrededor de 100.000 euros. Cuando el marido se dio cuenta, ella aseguró que se trataba de un problema del banco. El mismo día en el que se produjo su muerte, el matrimonio tenía concertada una cita en la oficina bancaria de Liberbank. Desde su cuenta se habían estado realizando numerosos transferencias a países como Nigeria, Ghana y Benín.

Sofía Tato y Santiago estaban casados en régimen matrimonial de gananciales, siendo él el único miembro de la familia que recibía un salario por prestaciones de servicios profesionales.

En un principio se pensó que Sofía Tato podría haber gastado el dinero afectada problemas de ludopatía, aunque también se contempló que pudiera estar involucrada en casos de magia negra. Ahora la investigación parece que se centra en que ella habría sido víctima de la estafa de las ‘cartas nigerianas’, también llamada de la herencia.

Esta estafa se realiza en la actualidad por correo electrónico. Hay muchas variantes, pero normalmente consiste en que una persona que dice ser director de una entidad financiera extranjera le indica que que hay millones de dólares esperándole en el banco, porque una persona con su mismo apellido acaba de fallecer y podía quedarse con una inmensa fortuna. El estafador insta a la víctima a que envíe diversas cantidades de dinero que necesita para realizar trámites y poder acceder así a la fortuna, al tener que pagar diversas comisiones y tasas.

Según datos policiales, desde el año 2003 al 2010, más de 19.000 personas en España denunciaron haber sido víctimas de estas cartas. En 2016 la policía detuvo a una banda de 31 personas, la mayoría de origen nigeriano, que realizaban esta estafa, de ahí el nombre popular con el que se ha bautizado a esta práctica delictiva. Una características de estas estafas es que las cartas están escritas en un mal castellano, al ser producto de traducciones automáticas de internet.

Para intentar recuperar los ahorros de la familia, el abogado defensor de Santiago C., Emilio Cortés, ha denunciado por estafa a las personas a las que Sofía Tato fue enviando el dinero. La querella criminal está presentada en un principio contra siete personas: Okpenyi C., Moses M., Precious O., Audrey G. C., Marvín E., Anita O. y José G.

Ella justificaba sus envíos diciendo que eran para una prima que viajaba mucho

La mujer realizaba las transferencias en beneficio de ciudadanos extranjeros, la mayoría africanos, a través del servicio de Correos y empresas como MoneyGram y Western Union. Cuando en Arroyo de la Luz, al ser atendida para realizar estas gestiones, de forma repetida le preguntaron por el motivo por el que enviaba miles de euros a distintos países de África, ella llegó a decir que el dinero era para una prima que viajaba mucho.

Según ha señalado Emilio Cortés en la querella, Sofía Tato siempre ocultó a su marido esas transferencias, e incluso cuando lo supo le dijo que el dinero estaba en una caja de seguridad de una sucursal del BBVA en Majadahonda, a donde supuestamente lo había enviado. En esa entidad le informaron, sin embargo, que no tenían cajas de seguridad y que ella ni siquiera era cliente.

La defensa sostiene que fue entonces cuando ella habría intentado matar al marido para que no descubriera la pérdida de los 100.000 euros, y probablemente simular un robo.

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Denuncian por estafa a las personas a las que Sofía Tato envió 100.000 euros