La aparición de 17 grabados pastoriles retrasa la conexión de Garrovillas con la A-66

El contrató de la carretera se adjudicó a la constructora Araplasa, que presentó una oferta de 2,5 millones. Se firmó en diciembre de 2021 y los trabajos arrancaron en marzo de 2022. Con un plazo de ejecución de ocho meses, la administración regional contaba con que a finales del año pasado estaría ya operativa la nueva conexión entre la comarca Tajo-Salor y la autovía. La Ex-373 es la salida natural al doble carril de municipios como Garrovillas, Brozas o incluso Portezuelo, Acehúche y Ceclavín, a partir de su apertura. Está previsto que eso suceda «antes de Semana Santa», según el último avance de la consejera de Movilidad.

La principal explicación de ese retraso es la aparición de unos restos arqueológicos. Se trata de 17 grabados pastoriles que fueron localizados durante la intervención en la parte inicial de la vía, la más próxima a la N-630, cerca de las llamadas curvas del Tajo. Los grabados están custodiados en instalaciones del Museo de Cáceres.

«Por ley, todo el material arqueológico pasa al Museo. Queda a su disposición al igual que de los investigadores que quieran trabajar sobre los mismos», detalla Francisco Cerezo, director del propio Museo Provincial.

Con afección sobre la zona de la obra, se contabilizan «un total de siete paneles con 17 grabados pastoriles fechados entre el siglo XVIII y el siglo XX, que no habían sido detectados durante los trabajos de prospección arqueológica», confirma la Consejería de Cultura.

La Dirección General de Patrimonio consideró necesario adoptar «medidas preventivas de documentación arqueológica con levantamiento fotogramétrico en 3D, registro fotográfico digital con apoyo de luz rasante en series perimetrales sobre toma ortogonal a la superficie grabada, y la elaboración de calcos digitales», inciden en el departamento regional de Cultura.

Tras la documentación de las manifestaciones grabadas, se procedió al cortado manual de las superficies que las contienen y su posterior depósito en dependencias del Museo de Cáceres, en unas instalaciones habilitadas para la conservación de estas y otras piezas, que de momento no se encuentran expuestas al público.

Los hallazgos en el área de actuación de la obra de la carretera Ex-373 no han obligado a modificar el trazado diseñado, pero sí han provocado retrasos. La intervención sobre el terreno ha estado tres meses parada. No son, además, los únicos grabados que se han documentado.

Dentro del programa de seguimiento arqueológico que prosiguió en septiembre se hallaron cuatro paneles más con otros ocho grabados en zonas no afectadas por el trazado de la vía. Todos ellos «han sido desmontados» para su traslado al Museo.

Esa aparición de restos arqueológicos es uno de los motivos esgrimidos por la empresa adjudicataria para pedir a la Junta una prórroga en el plazo oficial de final de la obra. Debía haber expirado en noviembre, pero ahora se alarga hasta el 28 de febrero de forma oficial.

La consejera de Movilidad, Leire Iglesias, autorizó esa extensión de plazo en una resolución por razones de «interés público» y por tratarse de causas que «no le son imputables» a la mercantil. Las obras de la carretera estuvieron allí paradas desde el 23 de mayo hasta el 25 de agosto. Se sumó, además, a otras circunstancias sobrevenidas como la restricción de horarios por riesgo de incendio, la huelga de transportistas de marzo o los retrasos en la coordinación de permisos con otros organismos.

La Dirección de Patrimonio notificó en junio la necesidad de elaborar una documentación previa. En julio informó de forma desfavorable y finalmente dio su visto bueno en otro informe del 10 de agosto. Con esa autorización comenzaron «los minuciosos trabajos de levantamiento e rocas con grabados pastoriles, en total 17», detalla el expediente.

Se alude a una zona «de suma importancia para la obra al tratarse del mayor desmonte presente en la traza».

Pese al atraso sufrido, la obra se encuentra a un 75 por ciento de ejecución, según la Consejería de Movilidad. Podrá terminarse a finales de marzo, adelanta. La consejera, Leire Iglesias, en una visita con la alcaldesa de Garrovillas, Elisabeth Martín, avanzó que ha pedido celeridad a la constructora: «Espero que abra antes de Semana Santa», afirma.

La mejora de la Ex-373 supone acabar con cambios de rasante, puntos negros sin visibilidad y adaptar una arteria que no contaba con bermas ni arcenes y que ahora se amplía con seis metros de calzada y otro más de arcén.

No es una carretera cualquiera, ya que dará salida a la autovía a un área de influencia de 7.000 habitantes, con especial incidencia para el turismo.

La próxima apertura de ese enlace pondrá fin de la que estaba considerada hace años como la 'peor carretera de Extremadura', con la particularidad de que era la única salida natural a la autovía para los municipios de la comarca.