Amigos de la Ribera del Marco de Cáceres: «Nos han roto vallas, bancos y hasta algunos olmos»

Las escenas han sido visibles en puntos como la parcela que se ubica frente al residencial San Francisco, en la que se colocó mobiliario urbano para habilitar el terreno como área de esparcimiento con unos merenderos. También se han encontrado elementos de protección de madera en Fuente Fría destrozados. Algunos árboles han sido víctima de esas acciones vandálicas.

Amigos de la Ribera ha pedido una entrevista con el concejal de Seguridad, Pedro Muriel, para exponerle la situación y buscar soluciones que pongan fin a lo que consideran es un escenario nuevo ya que normalmente la Ribera ha sido una zona tranquila y en la que, más allá de sucesos puntuales, no se han dado casos de este tipo.

En un escrito firmado por Pedro Moreno Rey se reseña que las recientes pintadas en la Ciudad Monumental se ha sumado el auge de otras «pintadas y grafitis descontrolados por todos lados» y del que se no se libra la propia Ribera. En conversación con este diario, el portavoz del colectivo medioambiental pone el ejemplo que se da en paso peatonal inferior de la ronda sureste, una estructura de hormigón a pocos metros de las huertas del arroyo y en la que abundan los grafitis. Moreno Rey reclama que los políticos tomen la palabra ante acciones que se están produciendo desde el «anonimato» y casi siempre de noche, ya que este vandalismo, menciona, «atenta a la integridad de Cáceres, de su joya de la corona, su Ciudad Monumental, o a su abandonada Ribera del Marco».

Se fija Pedro Moreno Rey en «los destrozos de bancos y mesas de merendero que literalmente han sido deterioradas de forma irreversible y que tenían un uso lúdico y recreativo» cerca de la Huerta del Conde, además de árboles que se plantaron el pasado mes de marzo.

Menciona el presidente de Amigos de la Ribera que se han observado concentraciones de jóvenes a altas horas de la madrugada que coinciden con los hechos acaecidos. Llama la atención la expresión que se está multiplicando por la Ribera con pintadas en paredes y zonas de paso con el mensaje 'Atrapa y destruye', cita Moreno Rey. En el colectivo son conscientes de que aumentar la presencia policial no es fácil, ni siquiera sería la solución, aunque quieren tratar con el concejal de Seguridad las posibles medidas que el Ayuntamiento puede tomar para poner coto a este vandalismo. Los bancos rotos ya han sido retirados y se está a la espera de su reposición, inciden en la asociación. Pese a todo no se ha presentado denuncia ante la Policía.

«Asumimos que Cáceres tiene un término municipal muy amplio y los agentes no pueden estar en todas partes pero creemos que es necesaria una campaña de concienciación. El problema ha llegado ahora aquí, a la Ribera, pero se está extendiendo por toda la ciudad», sugiere Pedro Moreno. Pide un «plan de acción contra el vandalismo urbano», por entender que se trata de un asunto que está ganando magnitud y se requiere poner coto a lo que parece «un permiso social para justificar al individuo su frustración» personal con acciones de este tipo, opina.

«Lo que hemos hecho es avisar al Ayuntamiento de lo ocurrido y de momento se han llevado los bancos rotos. Esto exige una actuación más profunda», resume. «No solo son las pintadas, cada vez más. Nos han roto bancos, vallas y hasta algún olmo», concreta, Pedro Moreno, a la espera de esa reunión con el concejal de Seguridad. Muriel, hasta este miércoles 9 de agosto, ha venido ejerciendo además como alcalde en funciones.

Hay que recordar que en la Ribera del Marco ya ha habido quejas anteriores por el abandono de la zona y la falta de desbroce en determinados terrenos, así como la limpieza del cauce del arroyo. El alcalde, Rafael Mateos, presentó como uno de sus proyectos estrella de la campaña electoral la rehabilitación de la propia Ribera.

De momento, primero se tendrá que encargar a los servicios técnicos la redacción de los pliegos con vistas a una futura intervención que será costosa y que se ha ido posponiendo a lo largo de los años. La reforma integral se cuantificó en 50 millones y hubo una primera partida de seis que se fue incluyendo por la CHT en los presupuestos del Estado hasta que desapareció en 2014. De hecho, se dejó caducar la declaración de impacto ambiental (DIA) favorable en 2019.