Absuelta la médica que mató en Tornavacas al hijo que la maltrataba
En la actualidad la mujer tiene 75 años y, aunque esté en libertad, tendrá que someterse a un tratamiento psiquiátrico durante los próximos 15
Ni será juzgada por un tribunal de jurado, como estaba previsto, ni volverá a la cárcel. Rosa A., la médica jubilada de Madrid que en ... agosto de 2020 mató a su hijo de 45 años en su casa de Tornavacas, ha sido absuelta del delito de homicidio que cometió al haber envenenado a su hijo, al hacerlo estando trastornada mentalmente. No irá a la cárcel, pero debe estar sometida a un tratamiento ambulatorio psiquiátrico durante 15 años.
La sentencia es de la Audiencia Provincial de Cáceres y el magistrado ponente Jesús María Gómez. No se forma un tribunal de jurado, ya que la condena ha sido consensuada por el ministerio fiscal y la defensa.
En este caso no ha habido acusación particular. Los dos hermanos del fallecido, a su vez hijos de la médica, no la han acusado en los tribunales y han renunciado a que ella les tenga que indemnizar por la muerte de su hermano.
Rosa A., que en la actualidad tiene 75 años, es muy conocida en Alcalá de Henares al ser la viuda de un afamado cardiólogo. Su hijo Antonio, al que envenenó, fue un empresario dedicado a la hostelería. Ella se encargaba de su hijo que padecía alcoholismo crónico, trastorno mixto de la personalidad y diabetes. En el año 2019 ella decidió comprar una casa en Tornavacas para pasar tiempo en este pueblo con su hijo, esperando que mejorara su estado de ánimo ya que tenía un fuerte carácter, llegando a agredir físicamente a la madre.
Angustia y tristeza profunda
Según señala la sentencia de la Audiencia de Cáceres, Rosa llevaba varios años sufriendo una situación de angustia y tristeza profunda a causa de su hijo.
A finales del mes de julio de 2020, madre e hijo se fueron a pasar el verano a Tornavacas, en donde la madre, «en un estado de total desesperación –dice la sentencia–, quiso acabar con la vida de su hijo. Para ello le suministró durante varios días, en los días finales de julio de 2020, Haloperidol hasta que, en la mañana del 1 de agosto de 2020, vació un bote de Haloperidol en un vaso de vino y pastillas de Lorazepam». Sabía que así mataría a su hijo. Luego ella ingirió muchas pastillas de benzodiacepinas, y en la mesita de noche de su habitación dejó una nota de despedida para su familia.
La familia supo que algo ocurría porque ni Rosa ni Antonio cogían sus teléfonos móviles. La familia avisó a un vecino del pueblo para que viera si estaban bien, ya que él tenía las llaves de la casa al haber realizado en ella una obra. Fue a la casa con otra vecina. Encontraron a Rosa tirada en el suelo y a su hijo muerto en una cama. Rosa, que estaba al borde la muerte, les dijo: «Dejadme morir tranquila». Tenía un hematoma en el ojo izquierdo y un corte en el labio superior, al haber sido agredida por su hijo. La sedaron para llevarla al Hospital de Plasencia, en donde estuvo 36 horas en urgencias.
Los forenses indicaron que este es un caso de suicidio ampliado, suicidio altruista u homicidio-suicidio por compasión. La sentencia reitera que el intento de suicidio de Rosa no tuvo nada de teatralidad, que ella hizo todo lo posible para quitarse la vida, y hubiera muerto de haber tardado un poco más en ir a su casa, y en ser atendida por el 112.
Una vez recuperada Rosa ingresó en prisión, pero en septiembre de 2020 su abogado logró que la dejaran en libertad tras pagar una fianza de 12.000 euros. Se le retiró el pasaporte y tenía que ir a un juzgado una vez a la semana. Desde entonces sigue un tratamiento psiquiátrico y es cuidada por su familia.
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