Muere con 104 años Eufrasio Mariscal, considerado el minero más antiguo

«Empecé a trabajar el 5 de julio de 1939. Ganaba 4 pesetas. Trabajaba ocho horas al día y las que hiciera falta, porque la mina es más rentable que el campo. Me jubilé a los 60 años, después de 34 de servicio». Así resumió Eufrasio Mariscal, que falleció  ayer a los 104 años en Valladolid, su trayectoria como minero en Aldea Moret. Las frases las ha recogido su hijo pequeño, José Manuel, de distintas entrevistas y declaraciones a medios de comunicación. Eufrasio estaba considerado el mineros más antiguo de esta industria. Tal y como explicaba a este periódico en el año 2006, él no bajaba cada día al pozo, su lugar era la fábrica de ácidos, en el exterior. En la fábrica se trataba la pirita que venía de Río Tinto y se quemaba en hornos mecánicos.

La prodigiosa memoria de Eufrasio le sirvió para recrear su pasado y contribuir a tener un relato más vívido sobre ese pasado tan ligado a Cáceres. Tal y como explica su hijo  «relató en numerosas ocasiones con cariño su trabajo en aquellos duros años de la posguerra». Eufrasio recibió en vida varios homenajes desde la Asociación de Minas de Aldea Moret y contribuyó con su memoria a recopilar datos para la Celebración del Centenario de Segismundo Moret. 

José Manuel Mariscal explica que la infancia y la juventud de su padre fueron muy duras. Le tocó vivir etapas difíciles económicamente, de mucha escasez. «Ha sido al final de su vida cuando ha vivido mejor,  rodeado del cariño de sus hijos», explica Mariscal.  Natural de Arroyo de la Luz, vivió los primeros años al lado de la vía en una chabola con su primo Pablo.

Sus anécdotas no solamente ahondaban en el lado negativo de la dura vida minera. Entre los detalles buenos citaba que al salario del trabajador se sumaban suplementos inexistentes en otros sitios, como las horas extras, el sistema de puntos, que incrementaba el salario en función del número de hijos, o el economato, donde podían comprar alimentos los trabajadores de la empresa.

Funeral

A lo largo de sus más de tres décadas de trabajo Eufrasio fue testigo de la decadencia de la mina. Poco a poco el número de empleados se fue reduciendo y cuando la cerraron, en el año 74, el había cumplido la edad justa para jubilarse.

Este viejo minero vivía desde hacía varios años al cuidado de sus hijos. Fue padre de cuatro hijas y un hijo. José Manuel relata que él llegó cuando ya nadie le esperaba, ya que se lleva diez años con su hermana anterior. «Fue una gran alegría para mi padre tener un varón, ese día fue fiesta», explica emocionado. También tuvo 13 nietos, 19 bisnietos y un tataranieto. Una larga estirpe.

Su funeral tendrá lugar esta tarde a las 16,00 horas en la parroquia de San Eugenio, en Aldea Moret, y el entierro tendrá lugar a las 18,00 horas en el cementerio de Cáceres.