El viaje de seis judokas extremeños a la cuna del judo
Los alumnos, junto a su profesor Enrique Palacios, viajan durante 15 días por Japón para entrenar en el Kodokan de Tokio y conocer los enclaves históricos donde nació el deporte
Alba Alcázar Crespo
Miércoles, 23 de julio 2025, 13:49
Un grupo de judocas del 'Club de Judo Enrique Palacios' de Badajoz y de la 'Escuela de Yudo Jorge Palacios' de Mérida ... han viajado a Tokio, Japón, para entrenar en el Kodokan, considerado el epicentro mundial del judo y lugar de referencia para cualquier practicante de esta disciplina.
La iniciativa ha sido impulsada por el maestro Enrique Palacios, quien tras una intensa preparación ha conseguido llevar a cinco de sus alumnos a la cuna de este deporte. «Hemos organizado un viaje para venir a entrenar al Centro Mundial de Judo. Yo ya había venido otras veces, pero esta vez quise hacerlo con los alumnos. Me he traído un grupito de cinco a entrenar aquí en Tokio», explica el maestro.
Con veinticinco años al frente de su escuela y una trayectoria personal de cuarenta y siete años practicándolo, Palacios destaca la magnitud de esta experiencia para todos: «Están flipando en colores, porque claro, estamos aquí rodeados de gente de todo el mundo. Los profesores japoneses nos han acogido súper bien».
El grupo permanecerá en Japón del 15 al 30 de julio. «El judo que hacemos en Extremadura es exactamente el mismo que se practica aquí. No hay grandes diferencias. Eso sí, los japoneses son muy tiquismiquis en las técnicas, pero por lo demás, todo igual. Estamos integrados perfectamente en los entrenamientos», añade.
Además del entrenamiento, los judocas extremeños han aprovechado para conocer lugares históricos vinculados a la tradición del judo, como el templo Eisho-ji, considerado el lugar donde nació esta disciplina, y también tienen previsto visitar la tumba de Jigoro Kano, su fundador.
La experiencia está dejando anécdotas para el recuerdo. «Uno de los compañeros ha hecho judo con un coreano, que lo felicitó por su técnica. Se hicieron hasta una foto juntos. Está siendo una experiencia increíble», comenta Enrique.
Con la intención de repetir esta vivencia en años sucesivos, tanto el maestro como los alumnos coinciden en que el viaje está siendo «difícil de igualar». La inmersión cultural y la convivencia con judocas de todo el mundo están consolidando esta visita como un hito inolvidable para el judo extremeño.
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