Vecinos de Pardaleras piden alejar una colonia de gatos de sus viviendas
Los vecinos se quejan porque los felinos acceden a su patio a defecar y ellos temen contraer infecciones
Excrementos de gatos es lo primero que ve cada mañana Carmen Ortega al levantar las persianas que dan al patio de su comunidad de vecinos.
Una estampa que se repite cada día desde hace dos años, justo cuando el Ayuntamiento de Badajoz instaló una colonia felina protegida en una de las aceras de la calle Lucas Vázquez Ayllón. Allí se reúnen casi una veintena de gatos que la asociación Adana cuida llevándoles comida y proporcionándoles control veterinario, algo que los vecinos aplauden de no ser porque este punto de encuentro felino está a pocos metros de sus casas.
«Tengo que limpiar a diario todas las heces que los gatos dejan en el patio. Aún así, el mal olor es insoportable y nuestro temor es contraer alguna infección», contaba indignada Ortega.
Ella vive en un bajo y las seis ventanas que tiene su casa se comunican con el patio exterior. Este está separado de la calle donde está la colonia solo por unas rejas, por donde acceden los gatos.
Asegura que está desesperada porque cuando llega el calor ni siquiera puede abrir las ventanas de su casa, y aunque ella limpie y desinfecte a diario, los felinos siguen accediendo a este espacio, donde un olor desagradable da la bienvenida al salir al él.
Pese a que el hedor y las posibles infecciones afectan a todo el bloque, Carmen es una de las más perjudicadas. Por eso desde hace meses ha trasladado varias quejas al Ayuntamiento para que se solucione la situación. «Convivimos con una colonia felina de la que es responsable el Consistorio, los gatos acceden libremente al patio de nuestra comunidad de vecinos para defecar, orinar, y destrozar el suelo de nuestro patio. Por eso solicitamos que estudien el caso y se hagan responsables de la situación», decía la última queja que Carmen remitió a la Alcaldía el 13 de mayo, y de la que aún no ha obtenido respuesta.
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Esta situación ha obligado a que esta vecina no deje a sus nietos salir a jugar al patio. «Tenemos un miedo enorme de contraer alguna infección. Los días de más calor nos vemos en la obligación de cerrar ventanas para que el olor no nos entre en casa», aseguraba Carmen, que lo último que ha hecho para ahuyentar a los animales ha sido colocar unas rodajas de limón en el suelo. «Nosotros no tenemos necesidad de tener estas preocupaciones. No estamos en contra de los animales, al contrario, quiero que quede claro que los respetamos, pero sentimos que los gatos están más protegidos que los propios vecinos», subrayó.
La protección de los felinos se lleva a cabo en Badajoz desde que en 2023 se pusiera en marcha el proyecto CER (captura, esterilización y retorno). Un programa que los defensores de los animales reclamaban desde hacía años, y que recibió un presupuesto de 50.000 euros de fondos municipales. Como su nombre indica, se captura a los gatos ferales (callejeros), se les esteriliza y se les devuelve a sus colonias. También se asiste médicamente a los que necesiten. Con esto pretenden controlar el número de animales, y por tanto que su calidad de vida sea mejor. También se controla que su alimentación sea sana y no sufran enfermedades.
Cuidarlos en otro espacio
Pese al control que desde Adana tienen sobre estos animales los vecinos, que aseguran que sus quejas no son contra la asociación ni los gatos, piden una solución para que no tengan que limpiar a diario las heces de su patio. Por ello quieren que la caseta que hace dos años se instaló cerca de sus viviendas, donde ya había gatos callejeros, sea trasladada a otro lugar. «Para nosotros la única solución sería mover la caseta de sitio, creemos que estarían mejor en un lugar más adecuado para ellos», cuentan los vecinos,
HOY ha preguntado al Ayuntamiento, que no ha dado ninguna respuesta. Adana por su parte asegura que está dispuesta a llegar a un acuerdo.
«Los gatos son territoriales, las colonias no se pueden mover»
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Raquel García-Hierro Adana
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Desde Adana aseguran que están dispuestos a llegar a un acuerdo con los residentes de la zona para ofrecerles a una solución. «Nuestra labor es meramente intermediaria entre los gatos y los vecinos. La colonia no se puede mover porque la forman animales territoriales y se van a reunir en el territorio donde ya están familiarizados y donde hay comida», contaba la coordinadora de la asociación, Raquel García-Hierro.
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Según cuenta, hoy día es una suerte para los residentes en los barrios donde hay colonias que estas estén controladas. «Existen desde siempre, pues hay personas que le echaban de comer. Lo bueno es que ahora están reguladas, controladas y los animales esterilizados», asegura García-Hierro.
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Desde que en el año 2022 Adana comenzó a recibir la ayuda del Ayuntamiento se han esterilizado a más de 800 gatos.
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«Ahora mismo tenemos contabilizadas unas 120 colonias en Badajoz, Gévora y Sagrajas. Es muy difícil controlar todo esto de golpe», destaca.
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El control y cuidado de estas colonias felinas irá creciendo con el tiempo, para que las condiciones en ellas sean lo mejor posible. Desde Adana han formado a voluntarios para que tengan un mínimo de conocimientos de veterinaria, y que cuenten con una acreditación oficial para cuidar a los gatos de las colonias.
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«El problema que tenemos es la burocracia y la irresponsabilidad de la gente». En este sentido destaca que Adana no tiene recursos económicos salvo la subvención que reciben del Ayuntamiento, que la reciben tarde y retrasa la esterilización de los gatos que viven en la calle. Aún así asegura que este control sanitario es una tranquilidad para los vecinos.
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