San Roque se vuelca en Badajoz con su Borriquita

A esa hora del Domingo de Ramos estaba previsto el inicio de la procesión de la hermandad de San Roque, la popular Borriquita, que un año más abrió en Badajoz los desfiles procesionales que entran en carrera oficial. Con bastante antelación se fue llenando de vecinos la plaza Santiago Arolo Viñas, donde se ubica el templo.

Los integrantes del cortejo –formado por cerca de 400 personas– fueron tomando posiciones a la hora prevista, aunque hubo que esperar para ver salir de la iglesia el paso de la Entrada Triunfal de Cristo en Jerusalén, conocido popularmente como la Borriquita. Lo hizo entre vítores y emoción, junto a los que se coló también algún gesto de alivio al ver confirmada la previsión meteorológica en cuanto a la ausencia de precipitaciones.

Quizá esa amenaza de lluvia que se cierne sobre la Semana Santa, ya a partir del día del lunes, llevó a más ciudadanos a la barriada de San Roque para ver la procesión de la Borriquita ante el temor de que sea una de las pocas que puedan pisar la calle este año. Se cumplieron los deseos que verbalizó el sábado Sergio Martínez, hermano mayor de San Roque. «Esperemos que no llueva», decía no del todo confiado Martínez, que está afrontando su primera Semana Santa como máximo responsable de la hermandad mientras colocaba las flores al paso de la Virgen.

No ha llovido y tampoco ha hecho el calor que se preveía. El día nublado ha evitado que los termómetros hayan alcanzado cotas demasiado elevadas y el cortejo ha afrontado su duro recorrido con una temperatura agradable, que ha ayudado sin duda al buen seguimiento del desfile.

Móviles en alto, fotografiando y grabando, siguieron la primera parte del recorrido del paso del Cristo, que giró a la derecha para abandonar la calle de acceso a la puerta lateral del templo y en seguida a la izquierda para incorporarse a la calle Toledo en dirección a la avenida Ricardo Carapeto. Ahí se detuvo y la mirada de los asistentes, y los teléfonos móviles, se giraron para enfocar de nuevo hacia la iglesia y ver salir el paso de Nuestra Señora de la Paz.

Volvieron los aplausos a la plaza y los gritos de cariño a la imagen de la Virgen. Dentro del cortejo, tras el primer giro, había quienes se enjugaban las lágrimas a causa de la emoción.

Siguiendo los pasos del Cristo y rodeada de un intenso olor a incienso, sobre todo en el primer tramo del desfile, Nuestra Señora de la Paz avanzó al ritmo que marcaron los sones de la Banda de Música de la Soledad de la Algaba, de Sevilla, situada detrás del paso.

Junto a la talla de la Entrada Triunfal de Cristo en Jerusalén fue la Agrupación Musical Santísimo Cristo Rey, de Badajoz, la encargada de la banda sonora.

En esta ocasión, la procesión entró en Ricardo Carapeto, la vía que vertebra la barriada, por la calle Toledo, que se estrecha cerca de la bocacalle. La salida hacia la amplia avenida fue muy aplaudida por el numeroso público que se congregó en este punto. Incluso a los miembros del cuerpo de costaleros que en ese momento descansaban les costaba avanzar para seguir a su paso.

Tanto en las aceras, como entre los coches, que no se retiraron con motivo de la procesión, y desde los balcones vieron los vecinos como en dirección al parque de la Legión se alejaban la Borriquita, adornada por flores iris de color morado, y la Virgen, rodeada de rosas y claveles que con mimo colocaron los miembros de la hermandad.

Tras ascender por Eugenio Hermoso, la cruz de guía entró en la carrera oficial sobre las siete y media de la tarde, cumpliendo el horario previsto.

Los pasos, tras pasar por la puerta de la catedral, iniciaron bajando por San Andrés el camino de regreso a su templo en San Roque, al que todavía no habían llegado al cierre de esta información.