Leonor Celdrán echa una mirada atrás en el pregón de la Semana Santa de Badajoz
Licenciada en Historia, reivindicó el peso del cristianismo en la historia local desde que Alfonso IX conquistó la ciudad
El pregón de la Semana Santa de Badajoz de este 2022 ha tenido un tinte histórico. Leonor Celdrán, licenciada en Historia, colaboradora del Museo de la Catedral, cofrade pacense y entusiasta del pasado de la ciudad y su patrimonio dio la bienvenida a la semana de Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en el Teatro López de Ayala este sábado por la noche.
Lo hizo con una reivindicación del cristianismo en la historia local desde que Alfonso IX conquistó la ciudad en 1230. Lo hizo acompañado de quienes posteriormente darían origen a la Hermandad del Santo Entierro. «Nuestro Badajoz ha sido desde el siglo XIII una ciudad donde se rezaba mucho porque se moría mucho por su carácter transfronterizo». Resumió que ha sido siempre «una ciudad de cofrades y combatientes».
Maltrato a la historia
Leonor Celdrán habló del maltrato a la historia de la ciudad y su patrimonio, lamentó que Badajoz haya perdido la mayor parte de las imágenes y cuadros que sus habitantes crearon en siglos pasados. En parte por las guerras que se vivieron en su suelo, en parte porque salieron con destino a otras ciudades donde hoy cuelgan en museos.
Tuvo un recuerdo para los artistas más espirituales y sensibles, como Luis de Morales, Pedro Rubiales, la familia de los Torres, la familia Mures, Hans de Brruselas, Estrada y Juan Labrador. «Aunque parte de su obra se ha perdido, se respira ese sentimiento estético» que ellos crearon en las iglesias y templos pacenses.
La pregonera mezcló recuerdos de su infancia con una reivindicación del pasado cristiano documentado con fechas y nombres. Se refirió a algunas de las tallas más antiguas que se podrán ver por las calles dentro de una semana, como la Virgen de las Lágrimas. «Todas (las imágenes) son fruto de una exquisita sensibilidad cristina y profundidad de la fe».
Por momentos fue crítica con el pasado, porque Badajoz dejara salir parte de su patrimonio artístico. También con la falta de memoria colectiva. «Tenemos nueve siglos de historia cristiana, solo recordamos unas cuantas anécdotas y sus protagonistas han quedado en el anonimato», dijo.
Por eso no quiso dejar de mencionar a quienes documentaron en su momento el fervor religioso de la ciudad. Tuvo un recuerdo para Solano de Figueroa, Rodríguez Moñino, Manuel Alfaro, Adelardo Covarsí y Fernándo Castón. «Ellos enriquecieron nuestro patrimonio e historia. Gracias a ellos aún nos queda la memoria de los tiempos remotos». Igual que nombró a San Pedro de Alcántara, San Juan de Ribera y Luis de Morales. «Badajoz ha sido tierra de místicos por su piedad y su virtud».
Despertar cofrade
Desde el escenario del Teatro López de Ayala reivindicó un despertar cofrade en la ciudad. «Todos somos depositarios de un legado religioso que estamos obligados a conservar y transmitir».
Dedicó sus primeras palabras a la lectura de un pasaje recogido en 'Relieves Antiguos', el libro de José López Prudencio en el que narraba la Semana Santa del siglo XVI en la ciudad. Lo hizo ambientada por la Banda Municipal de Música bajo la dirección de Vicente Soler, que interpretó distintas marchas durante el acto. Los asistentes fueron recibidos con 'Pasan los Campanilleros'.
La pregonera expresó la sorpresa y las dudas que le generaron saber que había sido la elegida para dar el pregón por la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad. Se decidió por la confianza y porque su padre, el exalcalde Miguel Celdrán, había sido pregonero y sería la primera vez que un padre y una hija compartirían el honor de dar la bienvenida a la Semana Santa de Badajoz.
Lo dijo visiblemente emocionada, dado que quien fue el regidor de la ciudad durante 18 años falleció a inicios de 2021. Se refirió a él en varias ocasiones y a Pepe Celdrán, su abuelo. De este último heredó el «cosquilleo» que aún siente cuando ve una imagen de Semana Santa por las calles de la ciudad.
Colegio Sagrada Familia
Recordó el aprendizaje religioso que tuvo en el colegio de la Sagrada Familia, donde rezaba. Los recuerdos escolares se mezclaron con los sentimientos infantiles, el sobrecogimiento que sentía cuando oía una saeta, el «cálido aroma de las mil flores de las tallas sagradas y que han quedado grabados en mi memoria». Todo se mezclaba con el impacto de ver los pies descalzos de los penitentes. Con el paso de los años, trató de transmitir el mismo sentimiento fervoroso a sus hijas.
Habló de la importancia de los valores, de la lealtad y el «amor incondicional de la ciudad» que ella siente. E invitó al recogimiento espiritual de todos los pacenses durante la Semana Santa que está a punto de comenzar.
