Badajoz
San Roque se vuelca con RuandaLa oenegé Gota de Agua se une al rastro solidario del Hospital Provincial, donde busca fondos para ayudar a niños y mujeres del país africano
«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». Para unos la frase es de Eduardo Galeano, para otros de ... San Juan Bautista de La Salle. Pero para San Roque es el lema del árbol de Navidad que ha tenido en su salón parroquial. Allí, tiene su sede la oenegé pacense Gota de Agua, que hace la vida más fácil a niños y mujeres de Ruanda.
Este año lleva el rastrillo que ha tenido en las últimas semanas en ese salón parroquial al Hospital Centro Vivo. Este fin de semana, días 16 y 17 de diciembre, el antiguo Provincial acogerá el mercado solidario con esta y otras asociaciones de la ciudad. Y Gota de Agua estará allí este sábado y domingo. El sábado abrirá de 11.00 a 21.00 horas y el domingo solo por la mañana, de 10.00 a 14.00 horas.
Gota de Agua suele vender artículos para bebés, plantas, cerámica, figuritas de decoración y artesanía del país africano. Todos los artículos proceden de donaciones, explica Andrea Seco, una de las voluntarias que dedica su tiempo a ayudar a dos comunidades distintas en el país. Unos están en el norte, en las montañas, y otros en el sur. Pero todos con necesidad de ayuda.
«Ayudamos a los coletivos más vulnerables: las mujeres y los niños. Aportamos un grano de arena»
La oenegé nació con los feligreses y voluntarios de San Roque. Pero fue Luis Romero, párroco de esta barriada hace años, quien visitó a unos compañeros de sacerdocio en Ruanda y vio la necesidad tan tremenda que pasaban. De vuelta a casa, lo comentó con la comunidad parroquial y creó 'un puente' entre San Roque y Ruanda, como explica Andrea Seco. Recogían dinero y lo enviaban. Hasta que en 2007 dieron un paso más creando una oenegé que sigue 16 años después buscando formas de ayudar.
Su fuerte es el mercadillo de Navidad, que organizan en el mismo centro parroquial entre noviembre y principios de diciembre. Pero, como la necesidad es muy fuerte, este año llevan su tarea al Provincial.
En Ruanda todavía colean las consecuencias de una guerra que terminó en 1994. Su población mantiene hoy las heridas del enfrentamiento entre hutus y tutsis. En su día fueron niños huérfanos con una vida mutilada por las minas antipersonas. Pisaron en el campo y perdieron una pierna. Fueron a coger algo que les llamó la atención y se quedaron sin brazo. Hoy son padres que tratan de buscarse la vida para ellos mismos y los suyos. Sus hijos, nietos de aquella guerra, viven con muchas carencias. El sida sigue presente.
El párroco Luis Romero vio todo aquello hace años, lo contó en San Roque y desde entonces organizan el mercadillo con el que pueden apadrinar algunos pequeños, pagan becas de internado, apoyan las cooperativas de costureras para las que compraron máquinas de coser y tricotar, y mantienen los comedores infantiles. Han puesto en marcha una guardería, han construido cisternas y aulas.
Existe una relación intensa entre las comunidades con las que se colabora y los voluntarios saben que la ayuda llega.
«Nos dedicamos a los colectivos más vulnerables, las mujeres y los niños. Lo más importante es poner nuestro grano de arena», dice Andrea Seco, que anima a todos los pacenses a acercarse estos días al Hospital Provincial y aportar algo, por poco que sea. Porque, repite, «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo».
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Para ayudar. Se puede colaborar realizando aportaciones a este número de cuenta de la oenegé Gota de Agua. ES34 0049 0585 1527 1114 0636
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