Los restos de José Pozo viajan del cementerio de Orduña al de Aceuchal para descansar junto a los de su hijo
La consejera vasca de Justicia se los entrega a un sobrino-nieto para que sean depositados en el nicho donde está enterrado su único hijo, que falleció recientemente a los 90 años de edad
Horas después de que fueran entregados en Badajoz los restos de José Gómez Narváez, se celebró un acto similar en el cementerio de Aceuchal (Badajoz). ... De nuevo estuvo presente la consejera vasca de Justicia, María Jesús San José, quién entregó personalmente los restos de José Pozo García a un sobrino-nieto para que fuesen depositados en el nicho donde ya descansa el único hijo que tenía José, quien falleció recientemente a los 90 años de edad.
José Pozo García tenía 48 años, era campesino y murió en la prisión de Orduña, oficialmente a consecuencia de una uremia nefritis aguda.
Su fallecimiento está datado el 12 de marzo de 1942 pero ha sido ahora cuando los restos han podido ser entregados a sus familiares vivos. La identificación ha sido posible por el empeño de sus descendientes, que se sometieron a un análisis de ADN para que pudieran ser cruzados con el ADN extraído a los huesos exhumados en el cementerio de Orduña.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura se recuerda que aunque ahora han podido ser identificados los restos de cuatro extremeños (José Gómez Narváez, José Pozo García, Manuel Vivas Fernández, de Villagonzalo, y Aquilino Flores Bautista, de Valencia de las Torres), en Orduña fueron enterrados 127 extremeños, por lo que todavía son muchos los que no han podido ser identificados.
Por esta razón anima a sus familiares vivos a contactar con el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos para que les sea realizada la prueba de ADN.
Los restos entregados en Aceuchal han podido ser identificados en fechas recientes junto a los de otros tres extremeños fallecidos en Orduña. El de menor edad tenía 38 años. El de mayor, 50. Se llamaban José Gómez Narváez, José Pozo García, Manuel Vivas Fernández y Aquilino Flores Bautista.
En la cárcel de ese municipio vizcaíno, en la posguerra, se llegaron a hacinar unas 4.000 personas, represaliadas por el franquismo. De ellas, la mitad eran extremeños. Apenas vivieron unos meses una vez que fueron trasladados, en su gran parte, desde el campo de concentración de Castuera porque vivieron en condiciones infrahumanas.
Los restos de estos cuatro nuevos represaliados extremeños (más los de otros dos procedentes de otras regiones) identificados en Orduña se suman a los de otros diez descubiertos en campañas anteriores de excavación. Se sabe que de esas 4.000 personas un total de 225 fallecieron con toda certeza entre 1937 y 1941 en el penal de Orduña, de los que 127 eran extremeños (125 de Badajoz y 2 de Cáceres).
El 28 de septiembre pasado, este diario contó como los restos de Ramón Torres Donoso, agricultor de Santa Amalia, iban a ser entregados a su familia. Murió cuando tenía 38 años el 15 de marzo de 1941 en la prisión central de Orduña. Era hasta ahora el último represaliado extremeño, el décimo, cuyos restos habían sido identificados.
Tras la última campaña de exhumación, realizada en diciembre del año pasado, se comunicó a las familias que se habían identificado los restos de cuatro extremeños más, todos ellos de la provincia de Badajoz. El carpintero José Gómez Narváez, de Castuera, murió el 6 de abril de 1941 a los 50 años a causa, oficialmente, de una miocarditis avitaminosis. Estaba casado. Mientras, el jornalero Manuel Vivas Fernández, de 46 años y natural de Villagonzalo, falleció el 14 de abril de ese mismo año por el mismo motivo. Igualmente estaba casado.
Por su parte, Aquilino Flores Bautista, casado, tenía solo 38 años cuando murió el 12 de marzo de 1941. Era jornalero. La causa de su muerte, endocarditis reumatismo. Por último, José Pozo García, de Aceuchal, contaba con 48 años cuando murió el 12 de marzo de 1942. Era un campesino, estaba casado y falleció a consecuencia de una uremia nefritis aguda.
Como HOY contó el 20 de septiembre de 2023, los restos de Florencio Llorens Tolesano, de Fuente del Maestre, fueron los primeros en ser identificados tras las excavaciones de Orduña. Se consiguió gracias a una prueba de ADN.
El 23 de septiembre de este año, en su pueblo, se celebró un acto cívico de homenaje a Fructuoso Llorens organizado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura con la colaboración del Ayuntamiento fontanés. Posteriormente sus restos fueron trasladados al cementerio municipal.
Lorens Tolesano era un agricultor, casado y padre de cuatro hijas, al que sacaron de casa durante la Guerra Civil y su familia nunca más supo de él después de que fuera juzgado en Consejo de Guerra el 24 de octubre de 1939 en Mérida, acusado de un presunto delito de Rebelión Militar. Por ello fue condenado a 30 años de reclusión mayor.
Después de pasar por varias instituciones penitenciarias en Extremadura (Mérida y Castuera), fue trasladado a la prisión central de Orduña para cumplir su pena. Allí murió el 6 de abril de 1941, y fue enterrado en el cementerio del municipio vasco.
Se ha anunciado que el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora impulsará campañas con las diputaciones provinciales extremeñas y el respaldo de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Gobierno. Esta actuación se enmarca en el Programa de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Guerra Civil del instituto vasco de la memoria.
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