La nueva plaza del Campillo obligará a levantar un suelo del siglo XVIII piedra a piedra
El Ayuntamiento de Badajoz llega a un acuerdo con Patrimonio para poder iniciar la urbanización del yacimiento y recuperar las calles históricas
Piedra a piedra. Así se levantará el pavimento del siglo XVIII de la casa solariega hallada en el Campillo durante las primeras excavaciones, realizadas en ... 2018. Esta operación servirá para después volver a colocar el suelo histórico, también piedra a piedra, en la nueva cota de la futura plaza del Campillo, que estará casi dos metros por debajo de la actual.
Esta es la solución que han encontrado el Ayuntamiento y la Dirección General de Patrimonio para conservar este hallazgo arqueológico y a la vez poder empezar a urbanizar un terreno que ahora mismo es un enorme yacimiento.
El desmontaje del pavimento será manual. Esto supone levantar cien metros cuadrados de pavimento guijarro a guijarro, previo registro fotográfico y calcado en el suelo. Posteriormente, en la plaza nueva se colocará a modo de puzzle para reproducir exactamente su composición original. Es un método ensayado recientemente en Badajoz, ya que durante los trabajos de remodelación de la plaza de Cervantes (San Andrés) fue necesario levantar una parte del empedrado histórico portugués y se hizo siguiendo este mismo procedimiento.
Desbloqueado
Con esta solución se desbloquea una parte del proyecto de regeneración del Campillo, que es urbanizar las calles Jarilla, Peralillo y Costanilla, recuperar la antigua calle del Toril, y ejecutar la nueva plaza. Esto supone hacer nueva la red de abastecimiento y saneamiento y recuperar el trazado de estas vías, tal y como eran antes de la excavación. En cuanto a la nueva calle del Toril, conectará la plaza de nueva creación con la Plaza Alta por el arco del mismo nombre.
Estos trabajos, cuyos pliegos ya están listos para sacarlos a concurso público, costarán entorno a 2,4 millones de euros y tardarán más de un año en ejecutarse, tal y como ha explicado a HOY el concejal de Urbanismo, Carlos Urueña.
La construcción de las 35 viviendas están pendiente de las alegaciones y de la conclusión de la excavación arqueológica
Esta obra va por separado de los trabajos de construcción de las 35 viviendas unifamiliares frente a la torre de Espantaperros, cuyo proyecto está en trámite de información pública para recibir alegaciones y, a la vez, sigue pendiente de que el Ayuntamiento concluya la excavación arqueológica y Patrimonio se pronuncie sobre el futuro de los restos aparecidos. Los hallazgos son unos 80 silos musulmanes de los siglos X y XI, una necrópolis cristiana del XVI, restos de un matadero que estaba próximo a la puerta de Mérida, viviendas y una fábrica de forja del siglo XIX.
A este respecto, la empresa adjudicataria de los trabajos de arqueológica ya tiene el visto bueno de Patrimonio al proyecto para concluir la excavación. Los arqueólogos volverán al Campillo para terminar de estudiar el suelo en la zona central de yacimiento, que deben rebajarla hasta agotar el suelo ocupado históricamente, es decir, hasta que lleguen a la roca.
El otro punto de trabajo será en la fragua del siglo XIX hallada en la parte más alta del Campillo y que sorprende por el buen estado de conservación en el que se ha encontrado al vaciar los kilos de tierra que la sepultaban.
La fragua se conservará pero no donde ha aparecido
La fragua del siglo XIX, símbolo del Badajoz preindustrial, hallada durante los trabajos de excavación en el Campillo se conservará, pero no en el lugar donde ha aparecido porque atraviesa la futura calle del Toril.
Patrimonio solicitó al Ayuntamiento la conservación de este hallazgo dentro del proyecto de regeneración del Campillo, al tratarse de una forja industrial de finales del XIX, propiedad de Ramón Salas, que representa el abandono de la actividad económica de carácter gremial y el inicio de la era preindustrial en la ciudad.
Al no poder modificar el proyecto, porque los restos impedirían recuperar la calle histórica de subida a la Plaza Alta, el Ayuntamiento ha propuesto desmontar la fragua y llevarla a otro lugar, donde pueda conservarse y quedar a la vista. Patrimonio ha autorizado su levantamiento, que se hará combinando medios mecánicos y manuales, y ha solicitado que se excave lo que hay debajo hasta llegar a la roca por si aparecen restos más antiguos.
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