La música viaja de Badajoz a Sierra Leona con Atabal
La Fundación Atabal para la cooperación ha envíado un contenedor al país africano cargado de instrumentos que utilizarán niños rescatados de la calle
Paula Venera Vital
Domingo, 11 de agosto 2024, 21:21
Doce guitarras, una batería, diez flautas, algunos triángulos, panderetas y castañuelas. Y además, un ecógrafo. Ese es el material que ha viajado a Sierra Leona ... en el último contenedor enviado a este país africano por la Fundación Atabal, un colectivo que ha decidido utilizar la música para ofrecer a menores sin hogar una oportunidad de futuro.
Del proyecto musical habla Peligros Folgado, presidenta de esta fundación con sede en Badajoz. Cuenta que la idea surgió de un trabajo de las becarias Laura y Elena al finalizar sus prácticas del curso de jóvenes cooperantes en Sierra Leona. «Cuando terminan las prácticas tienen que entregar un proyecto y ellas habían visto que en las cárceles de este país se utilizaba la música para reinsertar a los presos. Nos llamó mucho la atención».
Peligros Folgado visitó Sierra Leona por primera vez en 2004 después de finalizar la guerra. Ese año empezó a permitirse la entrada de voluntarios y la invitaron los hermanos Javerianos para ayudar a los niños soldados y las niñas que fueron explotadas sexualmente. Después, estudió medicina tropical en Barcelona y creó la fundación para esa ayuda individual que ella podría prestar pudiese amplificarse con la ayuda de más personas.
La financiación para el proyecto musical llegó del Arzobispado de Mérida-Badajoz, que ayuda en proyectos de desarrollo. Concedió una dotación económica de 6.000 euros que se ha empleado en costear el envío, pagar el sueldo de los profesores de música, dar de comer a los niños y proporcionarles calzado en caso de necesitarlo.
Esta iniciativa musical también la compartió Atabal en redes sociales y una asociación estadounidense se ha puesto en contacto para colaborar donando más instrumentos.
Gracias a esas ayudas, los chicos sacados de la calle cuentan con cuatro profesores de música de la zona. Este nuevo proyecto está dirigido a menores de edad sin recursos a los que se les proporciona formación y comida al tiempo que descubren que tienen el apoyo de los salesianos de Don Bosco y de las hermanas Clarisas, que también trabajan en la zona y colaboran con Atabal.
«Algunas veces mandamos nosotros los contenedores llenos y otras tenemos que juntarnos con otras asociaciones para compartirlo porque es bastante caro», cuenta la fundadora de Atabal antes de indicar que además de los instrumentos han enviado un ecógrafo donado por un cardiólogo de Cáceres amigo de la fundación. Irá al hospital que Atabal terminó de construir allí hace tres años.
Peligros cuenta que a la hora de escoger en qué enfocarse para ayudar en Sierra Leona se guían por las necesidades principales del país. Hubo una época que fue el ébola, más tarde el coronavirus y el problema actual es una nueva droga que ha llegado al continente llamada kush.
Atabal no tiene personal activo allí, realiza sus proyectos a través de organizaciones que trabajan sobre el terreno, pero hace un seguimiento presencial de los proyectos una o dos veces al año. «Me jubilo pronto así que podré pasar más tiempo allí, hasta ahora con mi trabajo de enfermera solo podía ir durante mi mes de vacaciones», cuenta la presidenta.
Llegan a Sierra Leona las doce guitarras, diez flautas, la batería, triángulos, castañuelas y panderetas de Atabal
Además de la financiación que reciben de administraciones públicos y privadas, la fundación vende lotería nacional, tienen donantes privados y celebra una cena solidaria en noviembre a la que acuden más de 400 personas y cuya recaudación va destinada a las becas universitarias para chicas, que gracias a ese apoyo pueden realizar unos estudios que, de otro modo, les resultarían inalcanzables.
Con esos fondos también se han creado centros sanitarios de maternidad, un pequeño hospital para intervenciones quirúrgicas, la equipación necesaria para hacer transfusiones y un laboratorio de análisis clínico.
Ecoproyecto
El ecoproyecto es otra iniciativa en la que trabajan desde hace cuatro años. Apuesta por la sostenibilidad, concienciar del cambio climático y enseñar a reciclar.
Atabal también ha promovido la construcción de 20 casas con parcelas de cultivo destinadas a mujeres que necesitaban ese apoyo tras ser destruidas sus hogares por una inundación y un incendio.
También existe un proyecto de agricultura y ganadería para mujeres que les permite obtener ingresos con la venta de huevos. «La mujer es la que está en una situación más crítica», explica Peligros Folgado.
Con fondos concedidos por el Ayuntamiento de Badajoz y la diputación de Badajoz han sido construidos pozos y escuelas, otro de los pilares en los que trabaja Atabal.
Futuros proyectos
Una preocupación de la asociación y del continente africano es la nueva droga que ha llegado a las calles, kush. Tiene un precio muy bajo, es más adictiva que la heroína y consiste en un cóctel de fentanilo, marihuana y tramadol.
La próxima iniciativa será empezar a gestionar un plan de acción para abordar la crisis de esta droga, también conocida como droga zombi. Para ello, en las últimas semanas han comenzado a establecer contactos para buscar financiación.
Además, desde hace un año están desarrollando un proyecto en el que transforman los desechos de plástico en ladrillos, pero necesitan una universidad española que desarrolle un programa para medir la dureza de los materiales. De esta forma podría repercutir en la creación de nuevos puestos de trabajo en Sierra Leona. «Es una idea llamativa y novedosa», concluye Peligros.
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