La fortuna de tener a una abuela centenaria
Aniversario. ·
Martina Gallardo celebró ayer su cumpleaños número 100 rodeada de sus hijos, nietos y biznietos que se reunieron en el complejo AlcántaraA sus ocho años María ya puede presumir de haber soplado 100 velas en una tarta. Lo hizo ayer para ayudar a su bisabuela, Martina ... Gallardo a apagar la llama de las tres velas que formaban la cifra de la que ya disfruta esta mujer centenaria.
Cuando hay ilusión la edad no importa, por eso Martina llevaba meses pensando en su cumpleaños, para el que quería reunir a toda la familia. Pese a que la protagonista era ella, como ocurre en todos los cumpleaños, los niños fueron los que más disfrutaron.
Con la emoción que hay en la infancia para sumar años los tres biznietos pequeños -faltaba la mayor a la que Martina perdonó la ausencia porque estaba con la selección española de natación- corrieron hacia la tarta de chocolate y galletas. Querían ser testigos de lo mayor que se puede llegar a ser y cantar cumpleaños feliz a su bisabuela.
Una canción que Martina ha escuchado en numerosas ocasiones, pero que ha podido disfrutar de mayor, pues como a muchos de los niños nacidos en los primeros cincuenta años del siglo pasado le tocó vivir una infancia complicada. «Mi madre tenía 11 años cuando comenzó la Guerra Civil y aún recuerda como tenían que esconderse en el campo. Fue una época muy dura y en su pueblo se vivió de manera muy intensa», contaba su hija mayor María Teresa Guisado.
Martina Gallardo nació en Villanueva de la Serena, allí vivió casi la mitad de su vida, hasta que casi con 40 años el destino la trajo a Badajoz junto a su marido y sus tres hijos. «Mi padre había perdido el trabajo porque cerraron una de las fábricas del pueblo, y decidieron venirse a Badajoz en busca de más oportunidades», relataba María Teresa que tenía 10 años cuando llegaron a la ciudad. Lo recuerda como una época difícil porque habían dejado atrás su casa en el pueblo para llegar a un lugar desconocido para ellos. «Aquí apenas teníamos familia y éramos muy pequeños, pero mi madre lo ha superado todo porque ha sido siempre una persona muy fuerte», subraya su hija pequeña, Amparo Guisado que presume orgullosa de tener una madre que ha vivido adelantada a su época.
Martina nació en 1925 fruto de un segundo matrimonio de su padre al enviudar de su primera mujer. «Él tenía cinco hijos de su anterior matrimonio. Después tuvo dos más, mi madre y su hermano, pero yo me enteré de mayor que no eran todos hermanos», explican sus hijos.
Primera mujer trabajadora
Martina fue una adelantada a su tiempo porque fue una de las primeras mujeres de su pueblo en trabajar. Primero lo hizo en una mercería, pero también estuvo enlos juzgados de Villanueva, pues pese a que en el siglo pasado aún había mucho analfabetismo por la falta de posibilidades ella sabía escribir a máquina.
Una de las cosas que a Martina le hubiese gustado hacer es conducir, reconoce su hija Amparo, pero las difultades de la época no se lo permitieron.
Además, siempre ha sido una gran defensora de los animales, señalan orgullosos sus cinco nietos. «Nos habla mucho de su perro Morito y cómo jugaba a ponerle lazos cuando vivía en el pueblo», subraya su nieta Maite Nuevo, que destaca el haber disfrutado de la infancia junto a sus primos gracias a las reuniones en casa de su abuela.
Ahora la visitan en la residencia que las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Badajoz tienen en La Granadilla, donde van a contagiarse de su vitalidad y de sus ganas de vivir porque pese a las dificultades que le ha tocado vivir Martina ha logrado sobreponerse a todas, por eso ayer decía que se sentía muy bien. «Me ha gustado mucho la celebración, la tarta estaba muy rica y espero cumplir los 101 para repetir», contaba a HOY feliz, porque lo más importante para Martina no fueron las velas, ni los globos, sino su familia.
Este fue el motivo por el que ayer se reunieron, querían celebrar juntos uno de los cumpleaños más importantes de sus vidas, porque saben que son unos afortunados por poder celebrar los 100 años de su abuela.
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