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Hasta el edificio Mesones, ubicado en el número 7 de la calle Encarncación acudieron el jueves por la noche los bomberos y personal de SES ... tras recibir un aviso por parte de los vecinos del bloque, que desde hacía tiempo no veían a uno de los inquilinos del edificio. Allí encontraron en la noche del jueves cuerpo sin vida de J.M, vecino del edificio, al que sus allegados llevaban días echando de menos.
Precisamente por esto, fueron ellos los que alertaron a la Policía Nacional tras no tener noticias de él, que vivía en este piso del Casco Antiguo desde hacía poco más de un año.
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A. M.
Desde entonces, los vecinos de la zona le veían a diario pasar por la calle o salir a hacer algunos recados. De hecho, casi a diario acudía a la tienda de Manolo, que se encuentra en la calle Soto Mancera, a pocos metros de su vivienda. «La última vez que vino a comprar fue el jueves de la semana pasada. Compró unos dulces y un zumo. Desde entonces no le volví a ver», cuenta este comerciante del barrio.
«Él venía aquí a comprar, charlábamos... Por eso llevaba unos días echándole de menos», asegura este vecino, que se enteró esta mañana de su fallecimiento.
El hombre, que según sus vecinos, tenía poco más de 50 años es familiar de los actuales dueños de la pastelería La Cubana, el obrador más antiguo de Badajoz, que fue adquirido por el padre de este. «Era una persona educada y vivía solo», recordaba Juan Pedro Pascual, que vive en la misma planta que el fallecido.
Él estaba acostado cuando el jueves por la noche escuchó ruido en la calle. «Me asomé al balcón y vi varios coches de bomberos y policía intentando acceder al balcón de mi vecino. Rompieron la reja y el cristal porque la puerta estaba cerrada por dentro», cuenta el joven.
Cuando los bomberos entraron a la vivienda eran algo más de las once de la noche. Fue entonces cuando encontraron el cuerpo de la persona fallecida, que no presentaba signos de violencia.
Todo apunta, según cuentan algunos residentes en el inmueble, que habían pasado varios días desde el fallecimiento, aunque no han transcendido datos oficiales.
Por otro lado, los vecinos apuntan que cuando entraron los bomberos la calefacción estaba encendida.
Para poder acceder a la vivienda los bomberos, que se desplazaron con un vehículo ligero y un furgón de rescate, tuvieron que cortar las rejas de la ventana, algo que desde ayer tiene atemorizados a algunos de los residentes del edificio Mesones, que temen que el edificio en el que vivía el hombre en régimen de alquiler ahora sea ocupado.
«He llamado a mi casera para explicarle la situación. Le he pedido que alguien se haga cargo de lo ocurrido porque el balcón del piso donde vivía la persona fallecida está sin rejas desde anoche, tampoco tiene cristales y la altura desde la calle no es muy grande. Es un primero, por lo que el acceso desde la calle no es muy complicado, y en este barrio es muy fácil que si alguien que está pasando necesidades se aproveche de la situación al ver la ventana abierta y se cuele para ocupar la vivienda», subrayaba temeroso Pascual.
Tras pasar la noche con las ventanas del edificio abiertas, los residentes prendieron ayer incienso. Mientras, los vecinos buscan recuperar la normalidad, la pastelería La Cubana amaneció el viernes cerrada, los paseantes se detenían a mirar el cartel donde se lee que estará cerrada los días 17 y 18 por defunción.
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