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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Beatriz y Estefanía volvieron este martes a la Jefatura de Policía para ampliar la denuncia. J. V. Arnelas

«Quien echó la droga en el vino no tenía buenas intenciones»

Estefanía Maíllo y Beatriz González denuncian que alguien las drogó durante una comida a la que asistieron en un restaurante de Badajoz

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Martes, 3 de diciembre 2019

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La Jefatura Superior de Policía de Extremadura ha abierto una investigación para determinar quién añadió la sustancia tóxica que ha provocado una laguna de memoria de varias horas a dos jóvenes de Badajoz que asistieron el sábado a una comida organizada en el restaurante Machaco por los usuarios de varios gimnasios.

Estefanía Maíllo (34 años, enfermera en el Hospital Universitario de Badajoz) y Beatriz González (34 años, trabaja en el Teatro López de Ayala) llegaron a ese local a las 15.00 horas del sábado y estuvieron sentadas a la mesa durante hora y media. Junto a ellas había otros cien comensales y la fiesta se prolongó para ellas hasta pasadas las 19.00 horas en la zona de baile. «Cuando terminó la comida comenzaron las copas. Estefanía y yo no somos de cubatas y siempre pedimos una cerveza Desperados. Pero no había y al final elegimos una botella de vino semidulce para las dos», explica Beatriz.

El camarero les sirvió dos copas y ellas le solicitaron que la guardara hasta que necesitaran rellenar. Con posterioridad se la pidieron y se tomaron otras dos copas de vino. Ninguna de sus amigas lo probó.

A última hora de la tarde dejaron el local y se desplazaron junto a otras tres chicas a un pub de Santa Marina. Pero antes de entrar Beatriz comenzó a sentirse mal y a vomitar.

La propia Estefanía le echó una mano hasta que la vio recuperada. Es lo último que recuerda de ese día esta joven enfermera puesto que la siguiente vez que dio en sí estaba tumbada en la cama de su habitación. «Vi que en el salón estaba mi padre. No entendía nada porque yo vivo sola».

Su padre le explicó que sus amigas la habían acompañado a casa y que la habían dejado allí después de asegurarse de que estaría acompañada. «Me preguntó si había bebido más de la cuenta y yo le respondí que no, que no había bebido para perder el conocimiento». Con esa certeza, Estefanía llegó a una conclusión:«Me han drogado».

Por lo que ha sabido después, a ella la encontraron dormida dentro del pub, sentada en la taza del wc con la cabeza apoyada en la pared. «Yo soy enfermera y esos efectos no se causan con una pastilla, ni con dos, ni con cinco... Yo tengo una laguna de memoria de varias horas».

«Yo soy enfermera y esos efectos no se causan con unas pastillas, yo tengo una laguna de memoria de varias horas»

El domingo se desplazó al hospital para que le extrajeran una muestra de sangre en la que se detectó un alto contenido de benzodiacepinas, una sustancia que tiene un efecto antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante. «La doctora me dijo que habían encontrado algún otro tipo de mezcla, pero en ese análisis era imposible determinar cuál».

La especialista también le hizo otro comentario que jamás olvidará: «Por suerte, estabas bien acompañada, pero con una intoxicación de este tipo has podido sufrir una parada cardiorrespiratoria grave».

Con el parte de lesiones que le entregó la doctora acudió el mismo domingo a la Jefatura Superior de Policía para denunciar los hechos ante la Policía Nacional, desde donde se indica que no han recibido más denuncias sobre hechos similares.

En ese momento, Beatriz todavía no era consciente de que había sufrido un episodio similar. Ella también tenía lagunas de memoria, pero sabía que después de dejar el pub de Santa Marina había estado en otros locales acompañada de sus amigas y que finalmente se había ido a casa a dormir. «Me tumbé en la cama, pero sólo dormí 90 minutos. Al despertar no quería dormirme de nuevo, me sentía extraña».

Finalmente, el domingo por la tarde fue también al hospital para que le extrajeran sangre, pero habían pasado 24 horas y no encontraron restos de droga.

Este martes, las dos volvieron a la Jefatura Superior de Policía para ampliar su denuncia. Los agentes de la Policía Judicial querían conocer todos los detalles para esclarecer lo ocurrido. «Quien hizo eso llevaba esa sustancia en el bolsillo y sus intenciones no eran buenas. No sabemos si era para robar, para agredir sexualmente o por otro motivo. Esto es un atentado contra la libertad de las personas que no debería sufrir nadie. Ojalá lo cojan y si no consiguen identificarlo, al menos que le sirva de experiencia al autor para no hacerlo más».

De momento, no se atreven a acusar a nadie pues desconocen quién echó esa sustancia en el vino.

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