Conmoción entre los fotógrafos pacenses por el fallecimiento de su compañero en la Soledad
Jorge Luis Fernández, de 49 años, sufrió un infarto en la Plaza de la Soledad este Jueves Santo mientras esperaban las procesiones
El fallecimiento de Jorge Luis Fernández, de 49 años, a causa de un infarto cuando este Jueves Santo esperaba las procesiones en la Plaza de la Soledad ha conmocionado a los fotógrafos de Badajoz, que le presentan como un gran aficionado a la fotografía con un carácter afable y siempre dispuesto a «hacer equipo».
Estaba casado y tenía dos hijas, que se encuentran en el Velatorio Virgen de la Soledad, donde reciben y despiden el duelo este Viernes Santo. El funeral será mañana, sábado, en el mismo tanatorio a las 10 horas. Nacido en León, se mudó a Badajoz hace años por motivos profesionales.
Las informaciones sobre el infarto de un hombre y su fallecimiento prácticamente en el acto recorrieron ayer por la tarde el centro de la ciudad. Porque el suceso ralentizó el paso de las cofradías y porque primero miembros de Protección Civil y después los sanitarios hicieron todo lo que pudieron por reanimarle en las inmediaciones de la ermita de la Soledad, de donde en ese momento salía la procesión de la Patrona. Las calles estaban abarrotadas de pacenses, que vieron el revuelo de los sanitarios y la ambulancia llevándose a Jorge Luis.
Sus compañeros de afición, los fotógrafos, recibieron un mazazo con la noticia. Así lo define Enrique Vidarte, otro aficionado a la fotografía fijo en todas las actividades de la ciudad. «Todos los compañeros coincidimos en describirlo como un caballero de la fotografía, siempre hablando con la gente de cualquier tema con mucha educación, muy respetuoso y con una alegría. Allá donde lo vieras siempre te alegraba».
Este camionero de profesión solía realizar viajes internacionales con la cámara de copiloto. Pero esos viajes le obligaban a pasar mucho tiempo fuera de casa hasta que hace unos meses había pasado a desarrollar un puesto administrativo en su empresa. Entre enfoques y disparos de objetivo, había comentado a todos su felicidad por poder trabajar en la ciudad y dedicarle más tiempo a su afición y a su familia. A su esposa, Francis, y a sus dos hijas adolescentes. «Estaba muy contento porque por fin podía disfrutar de la familia y no era necesario viajar tanto», recuerda José Vicente Arnelas, fotógrafo de HOY.
Su trabajo tenía premio. En 2020 logró que su imagen 'Kenopsia' fuera reconocida en los Premios Ciudad de Badajoz, por lo que estuvo expuesta en el Museo de la Ciudad Luis de Morales.
«Jorge estaba muy implicado en dar visibilidad a los actos que se desarrollan en la ciudad», explica Pako Pimienta, fotógrafo profesional. Una de esas actividades es el Vía Crucis viviente que el Cerro de Reyes celebra esta mañana de Viernes de Santo. Los fotógrafos tenían previsto desayunar hoy en un bar de Valdepasillas para acercarse juntos y tomar imágenes de la representación de la Pasión de Cristo. De hecho, organizó una exposición de imágenes de esta actividad que tuvo lugar en la sala cultural de El Corte Inglés.
«Le gustaban mucho los retratos y fotografiaba a modelos. Pero realmente lo conocía de los eventos más sonados, como la Semana Santa, que es muy devoto y cofrade», explica el fotógrafo profesional José Vicente Arnelas. También se le veía tomar imágenes en Carnavales, la cabalgata de Reyes y las pruebas deportivas. Especialmente las maratones y media maratones.
El concejal de Deportes, Juancho Pérez, recuerda que era aficionado a la natación, colaboraba con el club natación Badajoz y la Federación Extremeña realizando fotografías. «Se preocupaba y se la pasaba a todo el mundo, le encantaba que todos disfrutáramos de su punto de vista, que era bonito». «Siempre que podía se apuntaba y disfrutaba como un crío chico», recuerda otro fotógrafo de Badajoz, Nicolás Lavado. «Era muy amable y siempre estaba sonriente», reconoce Lavado.
«Era muy buena persona, un hombre muy agradable y entrañable, con el que se podía hablar con calma. Una persona con la que estás y te encuentras bien, muy amigable. Todos los fotógrafos le queríamos», resume José Vicente Arnelas.